Antes de referirme al siguiente episodio, real, debo confesar que detesto toda forma de agresión contra los animales y aún más contra los seres humanos: rechazo las corridas de toros, abomino las guerras. Si hago este relato, es para demostrar que los países llamados civilizados no son un ejemplo a seguir.
En Francia, hace unos importantes años, cuando aún se estaba discutiendo la conformación del Mercado Común Europeo, la televisión pública se atrevió a presentar las imágenes de una corrida de toros en España; la ciudadanía en masa protestó, por considerar salvajes las escenas donde el toro, noble animal, se defendía de sus agresores con su única arma: la bravura.
La televisión, entonces, decidió suspender las escenas de la corrida de toros y en su lugar las cambió por un documental de la Segunda Guerra Mundial. Pese a las escenas crueles de la confrontación entre seres humanos, esta vez la ciudadanía no protestó.
1 comentario:
Estar por fuera no es disculpa, desconocer el citado, si yo un poco leyera, mas bien informado estuviera, pero mi compromiso es saber por el mismo medio este enviado, descubrir el letrado que desconoce el pais, donde su vida la madre le ha dado o sera por que ahora es autoexpatriado solo lee el comentario del periodista arrodillado
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