En los tiempos en que Telecom era establecimiento público y a los gerentes los nombraban desde los directorios políticos, apareció un empleado de singular cultura que colocó en su escritorio, debajo del vidrio, una erótica pintura de Goya. Llegó un gerente, culto como un pedazo de yuca, y le pareció una imagen indigna de un puesto de trabajo.
-Señor Marino, le solicito que retire esa grosería de su escritorio. No es conveniente que las personas que requieran de sus servicios tengan que ver a esa mujer en posición obscena.
El empleado aprovechó el evento para dar una clase de pintura clásica modernista al gerente:
-Don Carlos, este cuadro representa una de las dualidades del pintor español Francisco de Goya que se llama La maja desnuda. En Madrid, en el museo del Prado, la gente tiene que hacer largas filas y pagar un buen precio por verla y usted la está viendo gratis...y sin hacer fila.
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