sábado, 10 de octubre de 2009

¡Todos, no somos empresarios!

Campo Elías Belalcázar, fotógrafo profesional, asistía con otros artistas de todas las artes a una reunión convocada por asesores del gobierno paisa que nos abruma, al auditorio de la Cámara de Comercio del Cauca, en Popayán. Corría el año 2008.
Después de la exposición de buenos motivos de los asesores, Campo Elías planteó, con la seguridad del artista, la verdadera razón de su presencia:
-Doctora Montoya, doctor Garzón: Nosotros en Popayán lo que necesitamos es una sala de exposición múltiple y permanente donde podamos exhibir nuestros trabajos artísticos todo el año.
Fue entonces cuando se nos vino encima la filosofía que anima los actos de este gobierno. Dijo la doctora Montoya, joven ella, bonita como todas las damas que adornan la avenida oriental de Medellín, con un libreto que se había aprendido de memoria, con un habladito de hija de arriero de Sonsón:


-Eso es muy fácil, ve. Organizate una empresa con tus amigos y montás la sala.

No intervine, porque empecé a imaginarme a Miguel Ángel, el genio florentino, yendo ante el Vaticano con sus argumentos artísticos y recibiendo la respuesta:


-Montá una empresa.

Si la historia hubiera sido así, con toda seguridad, no existirían La Piedad, El Moisés, El David, ni las bellas pinturas bíblicas que magnifican la Capilla Sixtina. Y también, con absoluta certeza, Miguel Ángel habría terminado vendiendo pescado en la plaza de La Santa Cruz, en Florencia (Italia).

No hay comentarios: