viernes, 9 de octubre de 2009

Guido Enríquez Ruiz

 Colombia, tierra de poetas, está en mora de hacer un reconocimiento a uno de sus hijos más valiosos; de sensibilidad poética.  Guido Enríquez Ruiz vive por la palabra amalgamada en poesía; vive, porque aún exalta y reconoce en los otros el matiz fundido por su mano maestra; vive, porque ama al pensamiento y detesta a la estulticia; vive, porque enseña; vive, porque goza.

¡Largas jornadas de vida al maestro!

Guido Enríquez Ruiz apareció promediando el siglo veinte y es uno de los grandes que trascendió el siglo veintiuno; el nuevo milenio dirá lo que fue en poesía, en arte; hoy, por su vigencia, es el artista de la metáfora que no nos hace falta porque lo tenemos, tan natural como la luz, tan presente como la lluvia, tan espontáneo como la risa.

Estas calles, extraviadas en episodios de fino anecdotario, dirán que Guido Enríquez Ruiz las recorrió con sus pasos y con su pluma; que sus traducciones al idioma cervantino de extrañas lenguas adquirieron el aura poética, impronta fiel del artista de lustre y sabiduría; que dejó una estela de seguidores, poetas en cierne, amigos casuales y definitivos, contradictores leales.

La poesía de Guido Enríquez Ruiz es amor, dolor, amistad, ensoñación, ternura… virtudes y pasiones nobles del ser humano, razón de más para trascender en el tiempo; para descubrir al insondable ser, amante de la vida, el mismo que hace posible el hipotético futuro e historia el pasado.  La mujer, la pasión; el erotismo hecho mujer, caben en el extenso olimpo de poesía que domina el maestro.

Para Guido Enríquez Ruiz el amor es
  
Como una flor

Te quise sin habérmelo propuesto
sólo por retornar a los jardines.
Eras casi una flor o una mañana    
inmensamente blanca, sin tus ojos
la claridad del cielo hubiera fracasado
como cauces sin luna en el desierto.
Por eso sigo amándote aunque mires
con gran indiferencia los geranios
y no siembres claveles en tus campos;
porque sabes de lirios y sueñas margaritas,
amiga mía, sinceramente buena,
que riegas mis pretéritos jardines.

Poesía de arquitectas figuras que estimulan la inteligencia y recrean la imaginación para que fluya el amor.

Hasta donde llega nuestra memoria, Guido Enríquez Ruiz, escribió De Belén al Cacho (1986), recopilación de humor payanés expuesto en la Tertulia Payanesa; Más allá del paisaje (2000), poesía; Historia de las artes plásticas en el Cauca en el siglo XX (2000); En el jardín del tiempo (2003), poesía; El gran canto de Salomón (2007), traducción del hebreo en edición nacional de lujo y restringida; El amor se hace con arte (2008), antología universal de la poética del erotismo; y recientemente Calles de Popayán (2008), libro de historia y gracia de nuestras calles tradicionales.
Guido Enríquez Ruiz es Doctor en filosofía, Abogado, Licenciado en literatura y lengua española y profesor honorario de la Universidad del Cauca.

Del libro Más allá del paisaje, extraemos estos
  
Consejos a Don Quijote de la Mancha

No te quedes pensando, Alonso de Quijano,
en las pesadas carnes de pingüe Dulcinea,
autora de gavillas junto al llano
donde cantan los grillos y la cocina humea.

Piensa en las curvilíneas reinas de Cartagena,
soberanas de imperios creados sin ton ni son,
que, cual una moderna Magdalena,
tras de muchas Betanias esperan redención.

No te ridiculices montando en Rocinante.
¿Es que quizá no sabes de Mazdas y Renault?
-Que aun tienen los motores adelante
pero los disimulan bajo un lindo capot-.

¿No crees que es anticuado tener un escudero?
-guardaespaldas se llama en esta nueva edad
cuando el menos valiente es el más fiero
y hasta en el Kindergarten hablan de impunidad-.

¿Cómo nos engatusas con los tales molinos?
¿Te lo creerán, acaso, los sabuesos del DAS?
ahora que ni Merlín ni Baldovinos
ni el Cura ni el Barbero ni el mismo Satanás

podrán jamás hacernos creer que estabas loco
y que no lo heriste con premeditación;
tienes, entonces, que “jugarte el coco”,
buscarte algún padrino, y, si no extradición!

¿Pretendes todavía que yéndote a la Sierra
Morena puedas pronto desencantar a Aldonza?
Si en esta fértil y risueña tierra        
cada veinte centímetros te darán una onza

de una sustancia blanca que llaman cocaína
-agua de la Florida, filosofal cantera-;
Transformará a la extraña y a la vecina
como truecan los vientos invierno en primavera.

No tienes que aguantarte descomunal batalla
para dejar al otro desmenelado y roto,
basta con que negocies tu metralla,
pagues millón de pesos y alquiles una moto.

Y, en fin, oh Don Quijote, vas a modernizarte.
Déjale a Sancho Panza tu orgullo y tu ideal;
pues todo en esta vida es “cuestión de arte”…
no hay para qué inquietarse ni del bien ni del mal.

De Guido Enríquez Ruiz tendremos que repetir:


¡Largas jornadas de poesía al maestro!                                                              

3 comentarios:

Anónimo dijo...

LOS ESCRITOS DEL ING. LÓPEZ ME PARECEN UNOS REFERENTES MUY VALIOSOS EN CUANTO A LA HISTORICIDAD LOCAL PATOJA. TIENEN EL SABROSO INGREDIENTE DE PONER A REFLEXIONAR CON UNA SONRISA.

Anónimo dijo...

He tenido la buena oportunidad de leer algunos de sus libros. Su pensamiento, su forma de relatar las situaciones, con esa picaresca propia de los escritores sensatos para referirse a los hechos aún en medio de las situaciones de crisis que nos acechan cada día con mayor fuerza, son un aliciente para las mentes que conciben las ideas en grande.

Víctor López Erazo dijo...

Gracias por los comentarios. Que haya lectores que disfrutan, es ya un gratísimo premio para el que escribe.

Víctor López Erazao