viernes, 28 de diciembre de 2012

Diálogo torcido

 En una emisora local, de Popayán, se comentaba sobre la arrogancia del secretario de salud departamental del Cauca:
-¿Se le subió el humo?
-¡UUUh! Se cree impotente.

domingo, 16 de diciembre de 2012

Fallece El Liberal

Ayer, 15 de diciembre de 2012, dejó de existir El Liberal, el periódico más antiguo del occidente colombiano; fundado el 13 de marzo de 1938 por el ingeniero civil Paulo Emilio Bravo, en Popayán.
Hoy, es el primer domingo que ya no circula El Liberal. En este periódico se metieron alimañas que con su pensamiento lo destruyeron: no había periódico más godo que El Liberal. Hasta los viejos dejaron de leerlo. Quienes lo dirigían, no entendieron que todo cambia, hasta el pensamiento.

jueves, 13 de diciembre de 2012

Desde la banca

Sentados en el parque Caldas, en Popayán, Colombia, desgranaban recuerdos Vernaza y Garzón.
Fue Garzón quien observó un proceso de vida:
-¿Por qué será que ya no se ven viejitos como antes?
Ante lo cual sentenció Vernaza:
-Porque ahora los viejitos somos nosotros.

miércoles, 12 de diciembre de 2012

El fin del mundo

A partir de la destrucción de las culturas americanas emprendida por el imperio español, son muchas las especulaciones que sucedieron sobre los conocimientos científicos de los originarios de estas tierras.
El imperio español –como todo imperio– fundaba su existencia en el avasallamiento, por la fuerza, de los sometidos. La violencia se sobrepuso a la razón. España no tuvo la claridad mental para entender que había descubierto un nuevo mundo, que detentaba una civilización que había alcanzado su desarrollo por otros caminos diferentes a la imposición de la fuerza y de creencias equivocadas.
Fueron muchos los conocimientos científicos que se perdieron, durante la llamada Conquista, por ese afán de avasallar a unos pueblos pacíficos. Hoy vemos realizaciones de esos antiguos americanos que siguen siendo misterios, porque no hay teoría científica moderna que los pueda explicar. Ahí están las líneas de Nazca, en el Perú, y los petroglifos de San Agustín, en Colombia; las pirámides de Yucatán, en México y  la orfebrería de los Quimbayas, en Colombia; Tiahuanaco, el puerto fluvial más alto del mundo, en Bolivia y la astronomía de los Mayas.
Los Mayas tenían amplios conocimientos del universo y llegaron a plantear el funcionamiento de los sistemas cercanos; sin embargo, al perderse ese conocimiento, todo se volvió especulación y leyenda hasta nuestros días, cuando se les ha atribuido el fin del mundo este 21 de diciembre del año 2012.   
Se ha rescatado un conocimiento Maya que los científicos modernos descubrieron en el siglo XX: en el universo todo es energía y movimiento. Y la ciencia moderna asegura que la energía no se destruye sino que se transforma.
Tal vez fue eso –especulación necesaria– lo que los Mayas quisieron decir: que en este tiempo, por el movimiento del sistema solar en el universo, hasta un lugar cíclico de la galaxia, habrá cambios trascendentales de energía que nos afectarán.  
Sea como sea, tendremos un nuevo año, el 2013, y el mundo seguirá su eterno viaje por el cosmos hasta el fin de los siglos.

jueves, 6 de diciembre de 2012

Colombia sin diplomacia


Desde lejanas épocas, Colombia ha perdido territorio fundamentalmente por tres causas: No ha creado y mantenido con seriedad la carrera diplomática; no ha ejercido soberanía sobre sus fronteras y posiciones de ultramar; ha ignorado la Historia.

Veamos, como ejemplos de lo afirmado, el Conflicto con el Perú, la pérdida del islote de Los Monjes y el reciente fallo de la Corte Internacional de Justicia sobre San Andrés y sus cayos.

En el caso del Perú,  desde fines del siglo XIX era práctica común el abandono de las fronteras, la ineficiencia administrativa y los convenios dolosos en la región del Amazonas, Putumayo y Caquetá, lo cual permitió al Perú la invasión del municipio colombiano de La pedrera en 1911, las actividades criminales de la nefasta Casa Arana y la culminación de la toma de Leticia en 1932. Los peruanos se movían en dos frentes: el de la agresión y la agitación diplomática; Colombia exhibía timidez en ambos. Si se llegó a un acuerdo en 1933 fue por el hecho fortuito del asesinato del dictador Sánchez Cerro del Perú que permitió al general Oscar Benavides (el invasor de La Pedrera) asumir el poder y concretar el Acuerdo de Ginebra con Alfonso López Pumarejo. Perú obligó a Colombia –que no tenía por qué hacerlo–a pactar unas negociaciones en el llamado Protocolo de Rio de Janeiro donde los delegados colombianos eran Roberto Urdaneta Arbeláez, Guillermo Valencia y Luis Cano, ninguno diplomático de carrera, y por el Perú, Víctor Maúrtua, Víctor Andrés Belaúnde y Alberto Ulloa, todos avezados diplomáticos. En el Acta adicional se observa la pérdida de territorio colombiano y las aspiraciones satisfechas del Perú. Sólo alcanzamos la libre navegación por el rio Amazonas.

En referencia al archipiélago de Los monjes, ubicado al norte de la Guajira, para resumir, citemos al historiador César Torres del Rio en su libro Grandes agresiones Contra Colombia: “…archipiélago de Los Monjes, Propiedad de Colombia, obsequiado a Venezuela en noviembre de 1952 con el argumento de que nuestro país no poseía títulos jurídicos, y nuevamente regalado por el gobierno de César Gaviria Trujillo en 1992. ¡Doble traición! Lo sorprendente es que Colombia sí tenía y tiene aún sus derechos soberanos de propiedad.”

En el reciente fallo sobre el archipiélago de San Andrés confluyen todos los vicios de nuestra clase política: abandono estatal (denunciado tardíamente por el Vicepresidente), carencia absoluta de buenos diplomáticos (en Colombia la diplomacia no es carrera, se usa como contraprestación politiquera) e ignorancia de la historia (ni siquiera se acordaron de denunciar el Pacto de Bogotá de 1948, que hubiera impedido acudir a La Haya, en 2007, donde, según el decir de Clara López Obregón, “no teníamos nada que ganar y sí mucho qué perder”).

Hacia el futuro –lo vemos claro–, Nicaragua apunta a apoderarse de San Andrés con fuertes argumentos políticos: Seguramente declarará a los habitantes del archipiélago ciudadanos nicaragüenses que podrán seguir su vida normal de pesca y desarrollo y disfrutar, además, de los derechos de salud y educación que Nicaragua tiene, –ahora más cerca de San Andrés– y Colombia los ha negado.

miércoles, 21 de noviembre de 2012

Un poco de humor


Llegaron y se fueron los juegos nacionales.

También llegaron turistas que no preguntaban por la Semana Santa pero sí por un lugar donde todas las mujeres fueran muy buenas. Cuando les indicábamos que los conventos de monjas ahora se habían transformado en colegios, nos miraban como si fuéramos extraterrestres.

También aparecieron unos santandereanos que nos pedían que los lleváramos a Pipián. Cuando les dijimos que ese lugar no existía, nos decían que, entonces, dónde podían comer las tales empanadas de pipián. Nos tocó que tratarlos como a niños de pañal y hacerles ver la diferencia entre una salsa de papa colorada hecha con cebolla, achiote, pimienta, maní y cominos, que llamamos pipián, embutida en una masa de maíz pilado, puesta a freír, y un lugar para degustarla, que aquí se llama restaurante.

En todo el mundo los visitantes corren el riesgo de hacer el oso por el desconocimiento del lugar y de sus gentes. No los juzgamos, pero sí sonreímos, como cuando el gringo aquel preguntó,

-¿por qué aquí a todos decirles patojos?

Cuando le dijimos que a todos no, sólo a los que nos gustan las patojas. Inocente aclaró:

-¡Ah, entonces, yo también ser patojo!

El que sí andaba feliz con la arquitectura de la ciudad y la simpatía de sus gentes, era el canadiense que estaba acompañado de dos vagos recién echados de la gobernación, que fungían como guías turísticos. Al canadiense, con su escaso español, le habían enseñado, los vagos, un piropo para conquistar señoritas que repetía bien clarito cuando aparecía una bella dama: pégame una acariciadita. Las féminas pasaban del deslumbramiento inicial al rechazo total en fracción de segundo y el cuasi gringo se quejaba por su mala pronunciación.  

Se acabaron los juegos y nos quedaron enseñanzas que debemos asimilar.

Por ejemplo, los taxistas no deben ponerse a hablar mal del alcalde cuando al pasajero que llevan puede ser el secretario privado de la alcaldía. Las matronas no deben extrañarse por la cantidad abrumadora de primas de los deportistas, ellos tienen derecho a tener familia hasta por los lados del parque Mosquera. En la recepción hotelera, no santiguarse si aparece el ganador de la medalla de oro acompañado de buena plata y buena masajista, camino a la habitación. 

Todo va ligado al éxito.

Sucedió con los juegos nacionales, como todavía ocurre en los buenos matrimonios: es mejor no preguntar para que no le digan la verdad.

viernes, 16 de noviembre de 2012

Proceso de Paz


Iníciase de la Paz nuevo proceso,
comienzan las reuniones y las cábalas.
Tira y afloje con políticas de exceso
ambas arrinconadas por balas:

la una de capitalismo desbocado,
la otra de socialismo democrático;
la que favorece al rico Estado,
y la que clama Pueblo raquítico.

No auguro final feliz con Juan Manuel,
quien tiene amplios méritos de embustero,
comprometido con su clase, y conejero,
que quiere de Colombia un gran cuartel.

Si trocara en estadista su vana gloria,
algo harto difícil, este Juan lanas
ocuparía lugar en nuestra Historia
como pingüe solución a nuestras penas.

jueves, 15 de noviembre de 2012

Justicia, qué injusticia

El 1 de noviembre de 2012, por RCN radio, entre las 8 y las 8 y media de la mañana, entrevistaron al señor Alfonso Gómez Méndez y la pregunta que formuló un periodista me hizo erizar por lo carente de raciocinio.

El periodista preguntó:

-¿Usted no cree que a nuestra justicia, considerada la más ineficiente y lenta del mundo, no se justifica hacer un aumento de sueldo a sus funcionarios?

El señor Gómez Méndez se salió por la tangente y no respondió la pregunta. Él antes había sido Procurador y Fiscal General de la Nación, por tanto lo tocaba en su ineficiencia y lentitud, a pesar de recibir un sueldo de seis cifras; de ahí su evasiva.

Algunas consideraciones de nuestra cosecha:

-El periodista planteó un círculo vicioso favorable al gobierno: si los sueldos son bajos, los funcionarios laboran desmotivados y harán el trabajo lento e ineficiente. A su vez, si el trabajo es lento e ineficiente no se justifica aumentar los salarios porque se paga la calidad del trabajo. El paro judicial apunta a romper ese círculo.

-El paro en la Justicia se orienta hacia la nivelación salarial que observe con rigor la escala de méritos y dignidades con el sueldo percibido, para evitar grandes diferencias que se traducen en acumulación de responsabilidades en un sector de la escala, en sacrificio de otro.

-El gobierno nacional y la rama judicial se quedaron atrás en la modernización de los procedimientos. Esto se traduce en burocracia inútil y pasos que se pueden eliminar sin caer en el detrimento judicial. Para el gobierno invertir en la Justicia no es prioridad. Lo está demostrando.

La justicia, en Colombia, es un claro ejemplo de que a mayor complejidad en los procedimientos, mayor corrupción se desarrolla. Sucede igual en la Administración pública y en todas las administraciones. Si tuviéramos unos procedimientos sencillos y al alcance del ciudadano común, los corruptos no podrían esconderse y quedarían expuestos al escrutinio público. La tutela, a manera de ejemplo, es un procedimiento sencillo que el ciudadano común ya adoptó para la defensa de sus derechos fundamentales.

Por eso la quieren acabar los corruptos.

viernes, 9 de noviembre de 2012

Entre bustos…


Después de casi diez años de finalizada la segunda guerra mundial, el gobierno inglés hizo levantar un busto en honor a Winston Churchill. Ya en la ceremonia de apertura del monumento, se acercó una bella dama que, confidencialmente, le dijo a Winston:

-Le confieso que he recorrido muchos kilómetros para asistir al descubrimiento de su busto.

A lo cual repuso Churchill:

-Señorita, le aseguro que yo soy capaz de recorrer medio mundo con tal de ver descubierto el suyo. 

jueves, 8 de noviembre de 2012

La educación prohibida


Con el riesgo de sacrificar la modestia, comienzo con una anécdota personal para referirme al tema de hoy.

En un breve intercambio de ideas con el laureado poeta Felipe García Quintero, se me ocurrió decir que yo no era un escritor de academia. Su respuesta, a esta afirmación, corroboró lo que ya presumía:

-Mejor, –dijo Felipe– muchas veces la academia anula la capacidad de crear.

En la educación colombiana, enmarcada en códigos y normas, sucede igual, pero mucho más grave, porque anula a los niños.

Es verdad sabida que un niño desde que empieza a vivir, hace uso intensivo de sus sentidos para conocer su entorno y al mismo tiempo comienza su desarrollo cerebral. Basta con dejarle actuar en plena libertad que él aprenderá, con fundamento, la composición del mundo en que vive. Los padres y quienes lo rodean, lo cuidan mejor que cualquier profesional graduado y además le dan cariño espontáneamente. Con estos elementos humanos, un niño será un verdadero genio que en su juventud ya podrá ejercer sus facultades para aprender lo que quiera.

Sin embargo, nuestra educación, orientada desde el comienzo por principios religiosos, anula el pensamiento, cercena la capacidad de pensar, elimina la iniciativa y castra las facultades artísticas.

Es lo que se llama una educación prohibitiva; todo es prohibido. Al niño siempre se le dice no haga esto o aquello; no moleste, no grite, no cante, no hable. En la escuela al niño se lo constriñe cuando no se lo castiga; lo despojan de su personalidad, lo vuelven un modelo ejemplar porque no pregunta, no cuestiona, no exige, todo lo acepta, tal como nuestro gobierno quiere que sean sus ciudadanos.

La madre de Estanislao Zuleta –el gran filósofo colombiano–, le preguntó, cuando tenía diez años, por qué no quería seguir en la escuela y le respondió:

-Es que en la escuela no me dejan aprender. Repiten y repiten lo mismo.

La señora le otorgó la razón y lo retiró. Estanislao Zuleta nunca se graduó pero fue un filósofo que aprendió por sí mismo; un autodidacta; sabía más que los filósofos con posgrado en Europa y Estados Unidos y llenaba audiencias con sus disertaciones en las Universidades del Valle y Antioquia. Y algo muy importante: desde niño supo lo que quería ser.

Finalicemos este comentario con una apreciación, graciosa y profunda, de nuestro Nobel.

Gabriel García Márquez dijo alguna vez que al niño colombiano sí le gustaba ir a la escuela…, pero al recreo.

Donde mejor se aprende.

jueves, 1 de noviembre de 2012

Cortesía familiar


Bajo el brazo, el Genio Castrillón, siempre cargaba la prensa del día. 

En cierta ocasión se encontró con un familiar a quien no veía hacía unos largos meses, entonces, para atenuar la pena de no determinarlo en mucho tiempo, con gracia, sacó su periódico y pampeó el hombro del primo, diciendo:

-Me gusta saludarte periódicamente. 

miércoles, 31 de octubre de 2012

Otros procesos de paz


La historia colombiana es una historia de traiciones.

Desde 1780, en plena época de la colonia española, vino el primer levantamiento conocido como la Rebelión de las Comuneros. Sus peticiones eran sencillas pero justas y según el decir de Germán Arciniegas como historiador:

“Cuando se conocen las capitulaciones que pide Berbeo a nombre de los comuneros hay un movimiento de sorpresa. Para nadie es un misterio la fuerza de los sublevados, pero difícil resulta creer lo que piden en ese escrito que constituye, además, un tremendo memorial de agravios”.

Todas las peticiones fueron aprobadas por el gobierno colonial y refrendadas en una misa celebrada por el arzobispo Antonio Caballero y Góngora para después desconocerlas. Luego vinieron las persecuciones al estilo del Santo Oficio sobre un pueblo disperso que produjo una víctima simbólica: José Antonio Galán; los otros cientos de muertos son anónimos porque no fueron dirigentes.

En 1953, bajo la dictadura del General Gustavo Rojas Pinilla, se ofreció Paz, Justicia y Libertad y se extendió la mano a la guerrilla para que se desmovilizara y protagonizara la vida política del país. Bastó que la insurgencia entregara las armas para que el gobierno iniciara un exterminio que alcanzó a su máximo líder, Guadalupe Salcedo, asesinado en plenas calles bogotanas; luego, Dumar Aljure, jefe guerrillero, cayó muerto por balas asesinas cuando ya era un humilde campesino desmovilizado.

En el proceso de paz, del entonces presidente de las calamidades, Belisario Betancur, en 1982, se acordó que un movimiento político reemplazara a la guerrilla en la consecución de transformaciones sociales por vías diferentes a la armada. Se creó la Unión Patriótica que una vez alcanzó amplios triunfos electorales fue exterminada en cabeza de sus figuras políticas visibles y luego de sus militantes.

Después de recorrer estos antecedentes, estamos ahora a las puertas de otro proceso de paz que sigue el mismo libreto: un gobierno que no hará concesiones en la estructura del Estado para resolver los cinco puntos pactados y sólo aceptará la rendición,  y una guerrilla que ha asimilado las enseñanzas adversas de la historia y será aún más radical y cautelosa.

Como sucedió en el Caguán.

jueves, 25 de octubre de 2012

Sin lugar a dudas


Un familiar muy distinguido de uno de nuestros connotados senadores, increpó a su primo muy decentemente diciéndole:

-Tengo el convencimiento de que la mayoría de los congresistas son corruptos.

Ante lo cual respondió el aquilatado senador:

-Primo: no te pongás con esas consideraciones familiares; son todos.

miércoles, 24 de octubre de 2012

Un homenaje necesario


Debemos saludar, como una amable excepción, que el Concejo Municipal de Popayán se haya ocupado de un aspecto importante del trasegar humano: El arte.

El pasado 19 de octubre de 2012, en el recinto de esa corporación se escucharon voces, por mucho tiempo calladas, para exaltar la memoria de un escritor de grandes méritos, fallecido en plena juventud, como lo fue Johann Rodríguez Bravo. Sus familiares, sus amigos, sus mentores, todos ataviados de tristeza insalvable, recordamos a un artista de la palabra que nos dejó un valioso legado expresado en textos que, esperamos, sea patrimonio de la ciudad.

Johann Rodríguez Bravo murió a los 25 años de vida, en el año 2006, después de escribir las novelas Seis versiones sobre Ernesto Varona, que ocupó el segundo puesto en el VI Concurso Internacional de Novela Corta Casino de Lorca, España; Ciudad de niebla, publicada por el Instituto Cultural Iberoamericano, en Lima, como obra póstuma, donde destaca el quehacer de la juventud actual de una ciudad imprevisible como Popayán; Los sueños de Johny, aún inédita. Escribió además Aquella vida de mago y otros relatos, libro de cuentos, junto a otros que esperan ser salvados del anonimato.

Así como Cali no ha caído en el olvido de Andrés Caicedo, muerto en plena juventud, reimprimiendo sus obras, esperamos que Popayán no permita que Johann Rodríguez Bravo caiga en el ostracismo por desidia de sus cultores y amigos. Bien lo sabemos, desde tiempos pasados, que superan las tres décadas, que los entes estatales aborrecen la cultura porque sobrepasa el entendimiento de sus funcionarios.  De estos no esperemos milagros.

Que sea este homenaje un pretexto para recordar activamente la figura juvenil, que nunca envejecerá, de Johann Rodríguez Bravo. Que sus obras sean conocidas y divulgadas en los colegios municipales y departamentales del Cauca, tal como se recomendó en el Concejo Municipal, ante las autoridades locales.

Sólo auguramos que esta petición no caiga en oídos sordos. 

viernes, 19 de octubre de 2012

Humor en lanzamiento

 El pasado mes de septiembre de 2012, asistí al lanzamiento del último libro de Juan José Saavedra en la Casa Caldas. Algunos apuntes del autor de La puñalada (así se llama el libro):
Los polvos gratis, son los más caros.
La vieja cañenga llama por teléfono a la policía, al ver a dos ladrones en su sala y dice: Manden la Jaula para que se lleve a un ladrón.
Hace años que me eché el último. (Superó las expectativas geriátricas, digo yo.)
El matrimonio es la única condena donde uno queda libre, no por pena cumplida, sino por mala conducta.

miércoles, 17 de octubre de 2012

Teatro payanés en Bogotá


Saludamos con beneplácito que el autor dramático Guillermo Borrero Aragón, payanés radicado en Estados Unidos, haya escogido a Colombia para estrenar su reciente obra.
El viernes 13 de octubre de 2012 se presentó en Bogotá, en la Casa Ensamble, la obra teatral Habitación 3.3.3, conocida originalmente como La muerte de la señorita Leonor, una puesta en escena de un drama psiquiátrico muy próximo a los tormentos de Dostoievski.
En Guillermo Borrero Aragón se unifican dos cualidades para llegar a este tipo de obras: A su trayectoria de escritor de talento, une la de médico psiquiatra profesional. Muy pocos autores tienen ese bagaje para interrogar a profundidad la condición humana, husmear sus esquizofrenias y tormentos mentales y volverlos arte universal.
Habitación 3.3.3 es el desarrollo de una dislocación psicológica adquirida en la niñez por esa violencia doméstica, a veces evidente y otras, imperceptible, que conduce a un estado irreal de la protagonista donde se crean fantasmas amigos que le otorgan eso que otros le niegan, calidez humana, placer, recreación, pasajera felicidad, que contrasta con la angustia diaria, el dolor y el tormento depresivo.
Enmarcada en un ambiente de costumbres sociales rígidas, cuyo trasfondo permite las aberraciones, Leonor, la protagonista, (encarnada por Alejandra Borrero) adquiere en su niñez ese trauma que se desarrolla durante toda su vida, que la aparta de lo real, como un acto de defensa, y que finalmente la conduce a un inexorable desenlace.
¡Qué bueno fuera que pudiéramos ver en Popayán Habitación 3.3.3! Sería un comienzo para lograr que el teatro, como arte excelso, volviera por su masiva aceptación, hoy sostenida por unos pocos entusiastas, para quienes, creemos, está vedado el Teatro Municipal.

lunes, 15 de octubre de 2012

Educación municipal, ¡qué fiasco!

Una vez más afirmamos que no hay educación en la Secretaría de Educación Municipal de Popayán.
El único rasgo de buenas costumbres del actual Secretario de Educación Municipal, es la genuflexión diaria ante quien lo nombró para apagar la quemazón de su frustrado ascenso a diputado. Para este amigo de las lisonjas, la calidad en la educación se establece en el discurso –hueco y huero, como de concejal lambón–, pero no en la agitación diaria de relación con sus semejantes.
Que una institución educativa, como el Colegio Niño Jesús de Praga, insignia de persistencia educadora en un sector afectado por la pobreza, cumpla 50 años de existencia, no es importante para el Secretario de Educación, acostumbrado a las reuniones con empanadas y no con actos culturales.
Tampoco era digno de tener en cuenta la cordial invitación, con letras doradas, que le extendió el Rector del colegio para que asistiera a esta celebración cincuentenaria, porque, seguro, tenía bien apretada la agenda. Menos trascendental era disculparse con una mentira de manual, que hubiera atenuado la grosería, porque hay cosas más urgentes que atender que la educación popular, como puede ser la entrevista televisiva en un canal local que sólo sintonizan los empleados municipales.
Pero esa actitud soberbia y carente de todas las buenas maneras establecidas por Carreño, se ha extendido como una metástasis cancerosa  a los funcionarios municipales –se creen más importantes que la mazamorra– y a los rectores de los colegios municipales de Popayán –creemos que por simbiosis o por envidia–, porque tampoco asistieron a compartir las bodas de oro del Colegio, que alguna vez pisó el embajador del Japón y una esposa presidencial así fuera en plan demagógico. Colegio que han visitado artistas, poetas, escritores y simples pensadores pero donde no hay registro que un secretario, anónimo entre sus pares, haya recibido un barniz de cultura.
Esta es la trinada calidad de la educación que pregona la Alcaldía Municipal de Popayán, educación plebeya adornada con arrogancia de funcionario recién bautizado en la demagogia.

jueves, 4 de octubre de 2012

Ventajas de la velocidad

Me encontré con el papá de Chuspas, que ya frisa los 80 años de edad, en la calle, y quise ofrecerle mi último libro, pero con las angustias del afán me dijo en tono de molestia:
-Ahora no te puedo atender, porque ando a mil.
Pasados prudenciales tres meses me lo volví a encontrar y fue él quien me preguntó:
-¿Y cómo te fue con tus libros?
-Todos, los vendí a mil.

miércoles, 3 de octubre de 2012

Nueva Nación contra viejo país

¿Cuándo podremos ver en las noticias otros protagonistas, que no sean policías y militares?
¿Cuándo podrán ver nuestros hijos, en la televisión, dramas humanos y no truculentas series de violencia?
¿Cuándo serán protagonistas de los medios de comunicación los artistas, los escritores, los filósofos, los historiadores y no los capos del narcotráfico?
Estamos en Colombia, donde vemos a diario policías pontificando, como si fueran jueces, sobre sus capturas hechas; militares que sindican, acusan y condenan con una velocidad que supera a la Fiscalía y a las Cortes Penales.
Estamos en Colombia, donde el tal raiting –medida de televisores prendidos en la costa norte y Antioquia– lo determina el grado de violencia de las películas gringas y las producciones  nacionales de series del narcotráfico.  
Estamos en Colombia, donde los forjadores de la cultura y el pensamiento, tienen menos credibilidad que los políticos corruptos y cínicos.
Y después nos extrañamos, de que haya niños violentos y jóvenes criminales; nos asustamos porque la vida, en nuestro medio, vale menos que un teléfono móvil; nos lamentamos porque la inseguridad se coló hasta nuestras casas.
Ahora que se empieza a hablar de paz, conviene replantear la sociedad que nos han dado, que no es la que queremos. Es hora de volver a construir otra sociedad donde quepamos todos, con iguales posibilidades y sin discriminaciones.
Así extirparemos la violencia.
Volvamos a construir una sociedad donde todos los ciudadanos tengan las mismas oportunidades de desarrollo y donde todos los sueños se puedan cumplir.  Eso sí, no dejemos que nos la impongan, como ya lo hicieron los próceres de buena familia.
Tenemos que participar activamente en el cambio, para alcanzar el nuevo modelo de Nación.

jueves, 27 de septiembre de 2012

Comunismo en el Cielo

Cuando llegaron al infierno –según las tesis capitalistas– Marx y Engels, el Diablo no los quiso aceptar porque ponían en grave riesgo la existencia misma de la oposición al Cielo de todos los santos. Hizo los trámites ante San Pedro para que el Cielo los guardara en su seno. Así se hizo y todo volvió a quedar en santa paz.
Al pasar los años –que para esos lugares eternos son siglos–, el Diablo preguntó a San Pedro cómo le iba con esos incómodos inquilinos.
-Bien, camarada. Estamos felices con los camaradas.
-Y Dios, ¿qué opina de ellos?
-¿Dios? ¡Pero si Dios no existe!

miércoles, 26 de septiembre de 2012

Por el camino equivocado

Ahora resulta que se va a aplicar la mendicidad para resolver un problema de pensiones, en Colombia.
El señor ministro del trabajo expuso, con gran pompa ante los medios de comunicación, que una de las bondades de la reforma pensional de este gobierno, de todos los Santos, era el 20% que regalaría a aquellos indigentes que ahorren lo que puedan, hasta la vejez.
Pongamos las cosas en su justa dimensión:
Los 17 millones de pobres que carga nuestro país –según el Dane, Departamento Administrativo Nacional de Estadística–, escasamente se rebuscan y encuentran un famélico recurso para comer; entonces, ¿cuándo van a ahorrar?
Nunca, es la palabra adecuada.
Esos mismos pobres por su condición de pésima alimentación, vivienda insalubre o nula y situación higiénica lamentable, se morirán antes de alcanzar la edad de jubilación, que el gobierno estableció en 55 años para las mujeres y 60 para los varones. ¿Entonces, a quienes va a pensionar, con esa limosna, el gobierno?
A nadie, dice Perogrullo.
Sin embargo nos meten el cuento de que cuando lleguen a viejos –si es que llegan–, van a tener ese bondadoso 20%  que regala el gobierno; pero si el pobre no ha ahorrado, es cero pollito; nada.
Este país debe alcanzar su mayoría de edad y debemos transformarlo en Nación; donde se tenga la seguridad de que ser ciudadano sea un orgullo; donde nuestro trabajo se valore e irrigue a toda la sociedad; donde la salud y la educación sean derechos y no negocios; donde todos los ciudadanos, sin excepción, sean protegidos por el Estado en su vejez. Es decir, una Nación que reconozca una pensión de jubilación a todos los habitantes por el sólo hecho de ser ciudadanos. Sería una mínima retribución a los ancianos que entregaron toda una vida de trabajo, sacrificio y contribución a la grandeza de su Nación.
Es la oportunidad –ahora que se habla de paz– de convertirnos en Nación y tirar al cesto de la basura esas proposiciones Neoliberales que utilizan las limosnas ajenas dizque para mejorar las condiciones sociales de los colombianos.
De seguir como vamos, con absoluta seguridad, esta política de pantalla, que plantea resolver un grave problema social de los ciudadanos, nunca les permitirá salir de pobres a los pobres; con absoluta seguridad, seguirán siendo mendigos que votan por sus verdugos; con absoluta seguridad, se morirán sin llegar a viejos; con absoluta seguridad, quienes tiran las limosnas al corral de los pobres, seguirán usufructuando el poder.
Depende de los ciudadanos seguir así, o cambiar.

jueves, 20 de septiembre de 2012

Traviesa cucharita

Alguna vez, en el palacio de Buckingham, el embajador de Arabia Saudita que sufría la condición de cleptómano, tomó una cucharita de plata y se la echó al bolsillo. La señora, jefe de protocolo, lo vio pero no sabía cómo hacer para que devolviera la cucharita.
Entonces acudió a Winston Churchill, el primer ministro inglés, que tenía fama de recursivo y lo puso al tanto del episodio.
Winston, entonces, tomó una cucharita similar y acercándose al embajador le dijo en tono confidencial:
-Su excelencia: yo también colecciono de estas cucharitas, pero parece que nos vieron y lo mejor es devolverlas.
Churchill, colocó la cucharita sobre la mesa y lo mismo hizo el sorprendido árabe.

miércoles, 19 de septiembre de 2012

El Popayán que se fue


Cada vez son más los payaneses raizales que se van de Popayán.

Sé de familias que, en lo corrido del año 2012, se instalaron en Medellín y Bogotá. Las razones para esta emigración van desde seguir a sus hijos, que allá encontraron oportunidades de estudio y de trabajo, hasta el consabido “Popayán ya no es el mismo después del terremoto de 1983”.

En Medellín hay una colonia de payaneses del tamaño del barrio Las Américas; en Bogotá, los patojos alcanzan el mismo número de habitantes de Pandiguando y la Esmeralda, juntos; en Cali, ya impusieron el Champús como bebida típica del Valle; y en Bucaramanga, hasta se volvieron evangélicos, es decir, gente con plata. Los verdaderos payaneses se dispersaron tanto, que en Popayán hay otros ciudadanos que les da pena decir que son de aquí. A ese trote, en algunas décadas ya no tendremos las tradiciones que nos dieron reconocimiento nacional: la Semana Santa será –ya lo es– la feria de las chucherías; el Festival de Música Sinfónica será reemplazado por encuentros de música carranguera norteamericana; la Universidad del Cauca será el escampadero de estudiantes con plata aunque ignoren la cultura universal; la Torre del Reloj albergará la mendicidad con perifoneo; las casas de la cultura servirán para vender empanadas; los poetas –que aún quedan– se dedicarán a las ventas ambulantes en el puente del Humilladero; y los artistas de la danza inundarán las esquinas de los semáforos.

Es pesimismo, soportado en la real situación de una ciudad a la que le cayeron todas las desgracias. Que posee una clase dirigente del mismo tamaño de su decadencia; clase dirigente cuya grandeza estriba en construir lo que falta de un proyecto chiquito y mocho; clase dirigente que se le olvidó soñar, primer paso para llegar al desarrollo de una comunidad.

Es una pérdida que la gente de talento se vaya de Popayán, porque el apoyo está en otros lugares, porque las condiciones para vivir a la altura de su mentalidad, las ofrecen ciudades pujantes.

Bien decía Juancho, cuando se fue para Medellín:

“Yo no fui a abrir puertas: todas estaban abiertas”. 

sábado, 15 de septiembre de 2012

Como si fuera hijo


El joven estaba vestido en forma exótica, por decir lo menos. Un vestido de variados y agresivos colores, adornaba su figura que remataba en un penacho de pelo de escoba plástica verde recién cortada; como los Apaches Tomahawks.

El señor veterano se quedó mirándolo con atención, sin emitir palabra, pero con expresión de sorpresa. Entonces el joven, al sentirse señalado, le preguntó agresivo:

-Bueno viejo, ¿y usted, cuando era joven, no hizo locuras?

-¡Claro que sí! –respondió-, cuando era joven una de las locuras que hice fue hacer el amor con un pavo real, y ahora que lo veo a usted con esa pinta, me pregunto si de pronto no es mi hijo.   

miércoles, 12 de septiembre de 2012

Para que aprendan


Esta columna debería titularse Sólo para jóvenes, porque encierra unas recomendaciones que ya los adultos no siguen, por impedírselo su soberbia. 

Las recomendaciones no son mías, son de ese gran pedagogo que tuvimos la fortuna de disfrutarlo como profesor, que enfrentábamos con nuestras ideas su racionalismo alemán, que nos orientó por el camino del conocimiento para nunca abandonarlo, por ser un camino de permanente asombro, algo que ya se ha perdido en las nuevas generaciones. Ese magnífico maestro, que contribuyó a forjar nuestra disciplina mental, fue Albert Hartmann, Rector del Liceo Nacional de Varones de Popayán, entre 1963 y 1972.

Hace unos días, en un programa radial de educadores, citando una frase de un escritor, posiblemente extranjero, se aseguraba que el proceso de comprensión de lectura se aprendía y que el proceso de comprensión auditiva, no.  

Sin embargo, esto último fue lo que nos enseñó el profesor Hartmann.

Quienes fueron sus alumnos, recordarán que en sus clases de Física y Química, no permitía tomar apuntes. Llamaba amanuenses a aquellos estudiantes que sacaban sus cuadernos y se metían en las hojas para escribir todo lo que hablaba, sin mirar al profesor. Por esa rutina de escuchar con atención, cualquier cátedra verbal, sus alumnos adquirimos el placer de aprender con entusiasmo; si algún detalle se nos escapaba, en la reconstrucción escrita, en casa, lo recuperábamos o lo investigábamos. Esa práctica nos permitió usar simultáneamente la atención, la memoria, el raciocinio y la comprensión. Supimos, entonces, cómo era el entrenamiento diario de la reconocida disciplina mental de los alemanes.     

Por eso hoy nos duele que no haya educadores como el profesor Albert Hartmann; nos duele ver a estudiantes en cualquier acto académico, escribiendo sin cesar y, peor, llevando grabadoras o videocámaras –como si fueran periodistas– para captar el contenido de la conferencia, cuando tienen la mejor máquina registradora que existe en la naturaleza para aprender:

El cerebro humano.

En las circunstancias modernas, si se daña el papel, o se extravía el artefacto electrónico, se perdió el contenido de la charla porque atención no hubo y comprensión, menos.

Además –y esto es lo más grave–, el estudiante dilapidó una linda oportunidad de recrearse aprendiendo.

jueves, 6 de septiembre de 2012

Situación superada



Alguna vez un parlamentario, que detestaba a Guillermo León Valencia, hijo del poeta Guillermo Valencia, lo increpó diciendo:

-Usted por más que intente, nunca podrá superar a su padre.

-Ahí si me ganó, mi estimado amigo. En cambio usted ya superó a su papá y hasta ahora no ha hecho nada.

miércoles, 5 de septiembre de 2012

Los diálogos de paz


Ahora, cuando nuestro gobierno decide iniciar unos diálogos con la guerrilla, viene bien recordar el papel de los periodistas y ciudadanos influyentes para que esos propósitos culminen como todos queremos: con una paz estable.

Los periodistas hacen bien en informar del proceso y no constituirse en una de las dos partes; los ciudadanos influyentes, como columnistas de prensa, deben ubicarse en el momento político para que su interpretación sea correcta y no tergiversar, ni cuestionar los procedimientos.

Los anteriores diálogos fracasaron porque fueron muchos los que intervinieron a favor o en contra, apoyados en intereses particulares que inclinaron al gobierno hacia una posición extrema, hasta crearse un clima de mano dura e intransigencia que condujo a la guerrilla a otra posición igualmente extrema. Ambas actitudes llevaron al rompimiento de los diálogos.

Hace una semana el general norteamericano Stanley McCrystal, asesor del gobierno colombiano en acciones de guerra, hizo una declaración certera que todos, incluidos los políticos, deberían recoger como una recomendación: 

“La guerra es el fracaso de la política”.

En Colombia ha fracasado la política, por eso estamos en guerra.

Cuando la política triunfe, estaremos en paz. Aquí hay que entender que los diálogos que empiezan, los hacen los políticos de lado y lado; tanto los voceros del gobierno como los de la guerrilla, son políticos. Y se discutirá, en la mesa, la estructura política de Colombia para orientar a una nueva sociedad que los incluya a todos. El gobierno planteará una democracia capitalista que hay que continuar y la guerrilla una democracia socialista. Ambos tienen argumentos para imponer su estructura y ambos tienen que ceder. A manera de ejemplo, el Estado debe admitir su fracaso de una política neoliberal que cambió derechos fundamentales por servicios; política que condujo a un malestar social cada vez más agudo. No hay, en Colombia, derecho a la salud ni a la educación garantizados por el Estado, así lo diga la Constitución Nacional.

Si se alcanza una estructura de Estado que sea amplia, justa y garante de todos los derechos ciudadanos, la guerrilla no tendría razón de existir y debe desmovilizarse.

A eso se debe llegar; por eso la discusión es política. No se trata de desmovilizarse por prebendas individuales y seguir igual. Ni traicionar a los millones de muertos que dejó la confrontación.

Ojalá el periodismo y los ciudadanos influyentes lo tengan claro para que coadyuven en la transformación de nuestro país en un nuevo Estado, en una nueva sociedad, en una Colombia en paz.

jueves, 30 de agosto de 2012

Aunque sea suplente


Doña Alina Muñoz de Zambrano, bella señora, esposa de don Adolfo Zambrano, era candidata a representante a la Cámara por el departamento del Cauca, en los años upa.

Cuando se estaba confeccionando la lista para unas elecciones, en el Directorio Liberal Departamental, le propusieron al Tuerto Prado que fuera suplente de doña Alina.

El reconocido jurista, arqueó las cejas y propuso algo mejor:

-Me gustaría ser suplente, pero de don Adolfo.

miércoles, 29 de agosto de 2012

Envidia que da miedo


La envidia es natural en el ser humano, pero llega a ser un mortal defecto cuando se usa con claro objetivo político.

En nuestro país, los gobiernos han apelado a la envidia para justificar decisiones injustas, para cerrar empresas estatales, para propiciar enfrentamientos entre ciudadanos.

No está lejos, cuando el gobierno de turno (que parece el mismo perro con diferente collar), apoyado en la gran prensa aliada de sus desmanes, citaba que una señora empleada de Ecopetrol en sus instalaciones del Magdalena Medio ganaba mensualmente millón y medio de pesos, repartiendo tintos a los empleados. Presentada así la información, despertaba la envidia de otros empleados del país que sólo ganaban el salario mínimo, incluidos profesionales. Se creaba, entonces, un clima propicio para arrasar con nuestra mayor empresa estatal. Afortunadamente lograron despedazarla pero no acabarla, con el aplauso de millones de colombianos envidiosos. La prensa no decía que la señora de los tintos era una excepción, que operaba en un clima de infierno, que estaba expuesta a enfermedades tropicales, que tenía sus hijos lejos, y que hacía otras labores más importantes que repartir tintos. Aquí era importante resaltar el tamaño del salario por una labor fácil. Eso causa envidia.

Las prebendas que el gobierno otorga a los indígenas desatan la envidia de los campesinos y los negros, y hasta la de nuestra endeble clase media, y ya vemos cuántos réditos políticos les da a los gobiernos de turno, que hasta justifican los atropellos.

Ahora tenemos un caso internacional de envidia.

El señor Lance Armstrong, ciclista profesional ganador de las más importantes carreras del mundo, de pruebas olímpicas, que lo ubican como el mayor ciclista del mundo, después de haber afrontado todas las pruebas científicas de dopaje en su  momento –saliendo limpio en todas ellas–, luego de 7 años, vienen a cuestionar su deportivismo, con pruebas testimoniales. Testimonios de amigos y ciclistas rivales, que no lo alcanzaron ni en la carretera.

¡Hasta dónde llega la envidia!

Ahora solo falta que la UCI (Unión ciclística internacional) de crédito a unos envidiosos que intentan despojarlo de todos sus títulos.

Sería la primera vez que la envidia le gane a la ciencia.