El periodista preguntó:
-¿Usted no cree que a nuestra justicia, considerada la
más ineficiente y lenta del mundo, no se justifica hacer un aumento de sueldo a
sus funcionarios?
El señor Gómez Méndez se salió por la tangente y no respondió la pregunta. Él antes había sido Procurador y Fiscal General de la Nación, por tanto lo tocaba en su ineficiencia y lentitud, a pesar de recibir un sueldo de seis cifras; de ahí su evasiva.
Algunas consideraciones de nuestra cosecha:
-El periodista planteó un círculo vicioso favorable al
gobierno: si los sueldos son bajos, los funcionarios laboran desmotivados y
harán el trabajo lento e ineficiente. A su vez, si el trabajo es lento e
ineficiente no se justifica aumentar los salarios porque se paga la calidad del
trabajo. El paro judicial apunta a romper ese círculo.
-El paro en la Justicia se orienta hacia la
nivelación salarial que observe con rigor la escala de méritos y dignidades con
el sueldo percibido, para evitar grandes diferencias que se traducen en
acumulación de responsabilidades en un sector de la escala, en sacrificio de
otro.
-El gobierno nacional y la rama judicial se quedaron
atrás en la modernización de los procedimientos. Esto se traduce en burocracia
inútil y pasos que se pueden eliminar sin caer en el detrimento judicial. Para
el gobierno invertir en la Justicia no es prioridad. Lo está demostrando.
La justicia, en Colombia, es un claro ejemplo de que a
mayor complejidad en los procedimientos, mayor corrupción se desarrolla. Sucede
igual en la Administración pública y en todas las administraciones. Si
tuviéramos unos procedimientos sencillos y al alcance del ciudadano común, los
corruptos no podrían esconderse y quedarían expuestos al escrutinio público. La
tutela, a manera de ejemplo, es un procedimiento sencillo que el ciudadano
común ya adoptó para la defensa de sus derechos fundamentales.
Por eso la quieren acabar los corruptos.
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