viernes, 30 de octubre de 2009

Indios son

Por esos cambios que ocurren en la Policía, para el fin de año de 1960 apareció en el cuartel de Popayán, que quedaba en la calle cuarta entre carreras diez y once, un nuevo comandante con grado de coronel. Este oficial, que venía de los santanderes, fue sorprendido cuando al presentarse en el patio de la institución estaba un conjunto de “Chirimía” con sus integrantes vestidos a la usanza guambiana, interpretando los aires musicales de diciembre.
El coronel se dirigió a uno de los asistentes que resultó ser amigo de los músicos:
-Oiga, señor, ¿ellos son indios de verdad o están disfrazados?
-“Claro que son indios, pero ellos  creen que están disfrazados.”

jueves, 29 de octubre de 2009

Frases del camino

“El problema no es la desigualdad; el problema aparece, cuando los desiguales quieren ser iguales.”
                                            Johana Pillbur (Asesora de George Bush).



“La operación fue todo un éxito pero el paciente se nos murió.”
                                                                     Médico de una EPS

"El tipo se casó cuando atisbó la soledad y se separó cuando descubrió el martirio."
         Un vecino solterón.


"Está demostrado: quien aprende manda, quien no aprende obedece."
                                                      Otro vecino desocupado; sólo piensa.

miércoles, 28 de octubre de 2009

Bolívar y Maza

Como estamos en la antesala de la celebración del bicentenario de la independencia de España, vamos a referirnos a los patriotas como los vieron en su momento las gentes que, por tradición oral, nos hicieron llegar sus andanzas.

Aquí el primero:

-Hoy tenemos una invitación con las gentes eminentes de este pueblo –dijo Simón Bolívar al General Hermógenes Maza–, así que te voy a recomendar que los calcetines que llevás puestos hoy te los quités porque nadie se aguantaría la pecueca.

-Como ordene mi General–aceptó Maza–.

En la fiesta, en el primer baile, la dama que hacía de pareja del General Maza sufrió un desmayo que casi anula la fiesta. Entonces se acercó Bolívar y reprendió a Maza:

-¡No te dije que te quitaras esos calcetines!

-Me los quité mi General –dijo Maza, y para asegurar lo afirmado se llevó la mano derecha al costado izquierdo del bolsillo de la levita, cerca al corazón– solo que como no tenía pañuelo, los puse aquí.

martes, 27 de octubre de 2009

Bicentenario con herencia

Ahora tenemos que la verdadera historia nos la cuentan los historiadores extranjeros. Con motivo del tal bicentenario de la independencia de España, tal parece que los historiadores colombianos no tienen credibilidad y se acude a unos personajes con exuberantes títulos de universidades norteamericanas a que nos recreen nuestra propia historia. El 21 de octubre de 2009 entrevistaron por RCN, radio nacional, a un profesor Bullner (creo que se escribe así), cuyo primer nombre desconozco porque los periodistas no me lo dijeron. Al señor Bullner le preguntaron cuáles fueron los tres mejores y los tres peores presidentes de Colombia en toda su historia. Vino la respuesta en un español a lo Tarzán, que da categoría en nuestro medio:
-Los mejores presidentes fueron Santander, por su calidad administrativa, Alfonso López Pumarejo por haber introducido la Social Democracia y Carlos Lleras Restrepo por esas minucias administrativas y la Reforma Agraria (frustrada). Los presidentes malos no los nombró, seguro eran el resto.
Aquí meto la cucharada. El profesor Bullner hizo lo mismo que las estrellas de la farándula: Volvió absoluta una breve apreciación; parcializó unos conceptos, algo que no debe hacer un historiador serio; redujo a cuento chino la imagen de unos personajes que es imposible definirlos en tan breves líneas.

Dijo que en Colombia había corrupción en los mandos medios y bajos de la administración, que no había existido un presidente que se hubiera robado el erario público.
Vuelvo a meter la cucharada. Daba la impresión de ser un historiador formado en la escuela de nuestro actual gobierno: como no se ha cogido al ladrón, entonces no se ha robado.
Por ninguna parte habló de la impunidad en los altos niveles de la administración. Desconoce drásticamente que nuestra justicia está hecha para favorecer a los delincuentes; éstos tienen todos los derechos, las víctimas –en este caso el Estado–, no. Por eso el Estado pierde en los estrados judiciales las demandas que interponen sus mismos servidores; es saqueado en los altos niveles y como la suprema dignidad es intocable –según nuestras leyes, se presume la diáfana honradez presidencial–, es imposible saber qué se ha robado, es imposible coger al ladrón y peor todavía, llevarlo a juicio. 
He aquí una pequeña lección para Bullner que le puede indicar que nuestra justicia favorece a los delincuentes.  Vea si no: cuando a su casa penetra un ladrón que pone en gran riesgo su integridad física y es aprehendido por las autoridades, en la etapa de audiencia pública ante el juez, el acusado (apartamentero) tiene derecho a un abogado, el afectado o sea la víctima, no tiene ese derecho y queda indefenso frente al delincuente y al abogado defensor que apabulla con sus capciosas preguntas. En esta desigual situación es muy seguro que el violador de la ley salga libre de cualquier cargo y la víctima quede expuesta a la retaliación del sindicado. Dicho de otra manera, después de la acción judicial, es como andar a oscuras cerca del nido de la serpiente expuesto al latigazo de la muerte.

lunes, 26 de octubre de 2009

Confianza inversionista

Lo dijo el Ministro de Comercio de Colombia en reunión con empresarios del Brasil, en Rio de Janeiro, en la primera quincena del mes de octubre de 2009:
“Nuestro gobierno garantiza la confianza inversionista: hay seguridad jurídica, hay facilidad para importar y exportar, hay facilidad para conseguir mano de obra barata, hay facilidad para conseguir obreros y empleados y facilidad para echarlos.” 

domingo, 25 de octubre de 2009

Joven contra viejo

El apaciguamiento normal de las cinco de la tarde en el parque Caldas de Popayán, fue interrumpido por expresiones soeces, de calibre descomunal, hirientes como una daga, que las gritaba un reciclador joven, desharrapado y maloliente. Iban dirigidos los epítetos a un viejo del mismo aspecto abandonado, de cabellos blancos y sucios hasta el gris, toscamente peinados, de vestido oscuro, saco y pantalón negros y brillantes por la falta de jabón. El reciclador conducía una carreta de mano donde llevaba desperdicios de madera, cartones y otras basuras reciclables; de cabello negro ensortijado, delgado y pálido como lo son todos los viciosos.
El viejo tomó un pedazo de cascote con la decidida intención de responder a la agresión verbal, al tiempo que profería insultos del mismo tenor a los recibidos. No pudo cumplir su propósito porque llegaron unos agentes del orden y otras personas que esperaban ver un espectáculo de sangre. El reciclador siguió con las ofensas, que insistían en la condición claudicante de la vejez del agredido y exaltaba la promesa de la juventud del ofensor, hasta que el viejo se sintió impotente para responder. El reciclador se reía sarcásticamente y así se fue con su carreta por la calle en dirección occidente, la misma del sol de atardecer.
El viejo tiró al suelo la piedra que pretendía ser agresora y caminó despacio, arrastrando sus pedazos de zapatos de color de tierra oscura sin cordones, hasta llegar al atrio del templo de Santo Domingo. Se sentó en una banca de cemento en escuadra que de tiempos inmemoriales sirve para el descanso de los estudiantes de leyes, ubicada en la esquina más clandestina, entre la iglesia y la Facultad de Derecho. Prendió un trozo marchito de cigarrillo y, solo, casi oculto, se agachó sobre sus rodillas. A esa hora la oscuridad y el frío eran ya intensos, como lo eran las lágrimas del viejo que caían en silencio sobre el andén.

sábado, 24 de octubre de 2009

La brutalidad hispana

Del libro Las huellas de los dioses del autor Graham Hancock, página 139 se lee, citando a Mysteries of the Mexicans Pyramides, p.7:
“No menos típica que el lamentable despilfarro de la riqueza intelectual oculta en el pasado mexicano fue la suerte que corrieron dos de los regalos que Montezuma, el emperador azteca, ofreció a Cortés. Se trataba de unos calendarios circulares, grandes como ruedas de carretas, uno de plata maciza y el otro de oro puro. En ambos aparecían grabados unos hermosos jeroglíficos que, sin duda, contenían un material de gran interés. Cortés hizo que los fundieran y convirtieran en lingotes.”
Comentario nuestro: los aztecas lloraban por la historia perdida y la ignorancia insalvable de quienes sacrificaron el verdadero valor de la ciencia por un mísero valor de cambio.

En ponencia expuesta por la investigadora María Cecilia Velásquez sobre la esclavitud en América, el 30 de septiembre de 2009 en el auditorio del Banco de la República en Popayán, también habló la directora del Archivo Histórico del Cauca quien dijo:
“Un alcalde de Popayán, en 1940, ordenó tirar a la basura los libros y documentos viejos de los archivos municipales, con el pretexto de que eran papeles inservibles. En volquetas sacaron valiosos textos y libros con destino a la destrucción. Se perdió mucho documento importante para la comprensión de la historia.
Aún hoy, el Archivo Histórico del Cauca sufre por la falta de interés de los gobernantes y rector de la Universidad, no se amplían las instalaciones del Archivo, pudiendo hacerse, por negligencia. Tenemos hacinados volúmenes que por la humedad y los hongos se perderían para siempre.”

Otro comentario nuestro: la herencia hispana aún corroe a los herederos de una cultura inculta. Su discurso es de defender lo nuestro, pero, como los curas, predican pero no practican. Se amparan en obras civiles efímeras y destruyen, con su negligencia y estupidez histórica, un patrimonio que los incluye a ellos. Hernán Cortés, el destructor de México, tiene discípulos aventajados en Popayán, en la Alcaldía, en la Gobernación y en la Universidad del Cauca. Serán recordados como hoy recordamos a Cortés.

viernes, 23 de octubre de 2009

Pastuso a discreción

Una vez llegó al Batallón Cisneros un telegrama donde aseguraba que la mamá del soldado Castrillón, de Popayán, había fallecido. El oficial de servicio no quería darle esa noticia intempestiva por el afecto que le tenía al payanés. Entonces el soldado Rosero Jojoa Benicio (pastuso tenía que ser) se ofreció para cumplir esa misión de informar la desgracia tratando de atenuar el golpe moral que iba a recibir Castrillón.
Se acercó Benicio al afectado y con acento sureño le dijo:
-Mirá Castrillón, ha llegado un telegrama que dice que tu mamá esta grave. El entierro es mañana a las cinco de la tarde.

jueves, 22 de octubre de 2009

Educación privatizada

La doctora Marta Franco que administra el proyecto gubernamental de los mega-colegios en Colombia, respondió con evidente mal humor y a medias (o mejor, a cuartas) las siguientes preguntas:

¿Por qué construir con recursos del Estado unos mega-colegios, dotarlos y entregarlos a unos particulares para enriquecerlos con un subsidio de más de mil millones de pesos mensuales, en vez de entregar ese proyecto a la Alcaldía Municipal?

Si un mega-colegio obligará a cerrar los colegios del área, ¿por qué mejor no se dotan y se mejoran estos colegios?

En su respuesta se limitó a decir que no se iba a enriquecer a nadie, que no era cuestión de negocios, y sucios menos, que en Bogotá le avalaron la propuesta al Alcalde (el Alcalde nuestro se somete pero no propone, se ve a leguas) y el Concejo Municipal la aprobó, y que había que seguir adelante con el proyecto.

Ahora estamos en la moda de que una forma de debatir, es negar; que una forma de conciliar, es imponer.

¡Hemos entrado al futuro!

miércoles, 21 de octubre de 2009

¡Gratis y sin fila!

En los tiempos en que Telecom era establecimiento público y a los gerentes los nombraban desde los directorios políticos, apareció un empleado de singular cultura que colocó en su escritorio, debajo del vidrio, una erótica pintura de Goya. Llegó un gerente, culto como un pedazo de yuca, y le pareció una imagen indigna de un puesto de trabajo.
-Señor Marino, le solicito que retire esa grosería de su escritorio. No es conveniente que las personas que requieran de sus servicios tengan que ver a esa mujer en posición obscena.
El empleado aprovechó el evento para dar una clase de pintura clásica modernista al gerente:
-Don Carlos, este cuadro representa una de las dualidades del pintor español Francisco de Goya que se llama La maja desnuda. En Madrid, en el museo del Prado, la gente tiene que hacer largas filas y pagar un buen precio por verla y usted la está viendo gratis...y sin hacer fila.

martes, 20 de octubre de 2009

¡Gloria al vecino!



Un abogado, curtido en derecho, dijo alguna vez que todos podían hacer lo que les diera la gana con la condición de no incomodar a los demás. Es la versión fácil que la Jurisprudencia sentó: el derecho de uno llega hasta donde empieza el derecho del otro. O la versión vulgar: molestá si querés, hasta cuando me emberraque. Este preámbulo viene a propósito de un suceso que ocurrió aquí no más, a una cuadra de mi casa.
Resulta que una vecina alquiló un garaje a una secta religiosa (no he podido distinguir entre evangélicos, protestantes, testigos de Jehová, carismáticos, cuadrangulares y otros), que de inmediato se dedicó a su culto donde incluía canciones gritadas, palmoteadas, histerismos y gritos como de marrano en matadero. El garaje quedaba exactamente frente a la casa de dos plantas de un caballero taciturno y serio, quien recibía todo el ruido desagradable del culto religioso. El afectado decidió sacar a su balcón un par de columnas o cabinas de sonido que apuntaban al frente y les conectó su amplificador de potencia de quinientos vatios por canal; colocó música salsa que es la que mayor volumen despliega y cerró su casa herméticamente.
Los pastores al fin llegaron a la casa del señor (el del frente) a pedirle que apagara el equipo que impedía realizar el culto. Pero el vecino no se dio por enterado (lo más probable es que se hubiera colocado tacos de cera en los oídos). La escena se repitió por una semana: cada que empezaba el culto al Señor, el señor (sí, el vecino) prendía su equipo de sonido.
Cansados de la situación los bullosos clericales se fueron a otra parte. Esta vez perdió el Señor con todo su poder y ganó el señor del amplificador.

lunes, 19 de octubre de 2009

Estudio o herencia

-Hijo: si no se dedica a estudiar, lo desheredo.
-Mejor papá, yo no quiero deudas.

Livio Armando Paz Navia

Por las décadas de 1940 y 1950, existía en Popayán un periódico humorístico que se llamaba “Satanás”. En ese entorno de humor, cuando aun no se inventaba la agresión física y la ciudad era engalanada por repentistas, versificadores, epigramistas, Livio Armando Paz Navia, colaboraba con “Satanás” donde se destacaba como poeta clásico, picaresco y satírico.
Fueron famosos sus “Bocetos payaneses”, donde daba vida jocosa a los personajes de la época, sin faltar a la elegancia en el decir. Aquí van unos ejemplos, extraídos del libro “De Belén al Cacho”:
Pateguaba
Se carga a media caña los calzones
y una pata golpeada que parece
una hoz…Limosnero en los portones
alaba a Dios, hasta que el sol fenece.

Toca flauta, además; y aunque les pese
la toca bien…soplándole unos rones…
De un perro el esqueleto, a sus talones
sigue la huella, que hacia atrás se crece…

Carga jigra, sombrero y mucho pelo;
de estatura que llega casi al cielo,
vive con su cabeza de alcornoque

en continuo vaivén. Nunca se lava,
le llaman por apodo “Pateguaba”,
aunque por lo de can, es un San Roque.

Zócalo
Siendo de la más mínima estatura,
(como quien dice, menos de una vara),
a pesar de todo ello, es tal la cara
que para el cuerpo es una carga dura.

Tiene para el guarapo envergadura
magistral, y por eso es cosa rara
verlo en su sano juicio…Sólo para
donde Alvarado, su mansión segura.

Perro de toda boda y agasajo,
nunca falta a los grandes festivales
para llevar el jazz y el con-trabajo…

Toca, además, maracas el maldito,
Y aunque por contextura es “del chiquito”,
se resbala también sus “especiales”.

Seguramente la mejor biografía de Livio Paz Navia es su propio soneto donde se retrata hasta el alma. Ese soneto es
Ego sum
Mi lánguido retrato es absoluto:
ojos inquietos, sin ningún contrato;
nariz larga y vulgar, -con mucho olfato-,
labios de negro y el cabello hirsuto.

Pero, a pesar de mi semblante bruto,
me ampara un corazón nada insensato;
que, aunque es algo glotón, en su arrebato
cuando el amor se rinde es impoluto.

Tengo un alma sencilla donde anida
un apego tremendo por la vida
y una avidez total a la aventura.

Y aunque me plagio siempre de poeta,
en todo mi razón es incompleta,
siendo completa solo en la locura.  

Livio Paz Navia escribió el siguiente soneto donde utilizó extensivamente la letra P de Popayán; decía que era un soneto en P de Popayanejo preparado para pasar picada.  Se llama

Por pendejear
Pobres: Pancho, Popeye, Periquita,
Pascual, Pato, Piolín, Pluto, Pilón,
Parachoques, Pillín, Paco, Pepita,
Pedro, Pablo, Paquita, Pantaleón.

Personajes peleles para pita…
pagarán, por pendéjolos, pensión
pues pudiendo pasarla pianolita,
prefieren picardear por profesión.

Parodiando parábasis pueriles
proyectan parabólicos perfiles
por precipitación positivista;

pues precisan, por pura paradoja,
paralelas paráfrasis por pioja
para pagar papel proselitista…  

No escapó a su gracia un compañero de trabajo, bastante débil de dineros, quien estaba próximo a contraer matrimonio. Livio Paz Navia asistió al homenaje que se ofrecía al próximo marido y le declamó el siguiente soneto:


¿Qué te vas a casar? Quien lo creyera
Tú que apenas te encuentras en pañales
ya piensas amarrarte en esponsales
sin un mísero cobre en la cartera.

Tú que la vida la has pasado entera
al margen de los fiscos nacionales,
desde ahora verás que otras causales
te cobrarán impuesto, a su manera…

Adiós, viejo querido: que en la hermosa
floresta del ensueño, con tu esposa
embriagados del amor viváis borrachos.

Y al despedirte en viaje al Himeneo
con todo el corazón yo te deseo,
como premio a tu arrojo, diez muchachos…   

Livio Paz Navia era frecuente animador de la Tertulia Payanesa hasta el día en que por afanes trascendentes no volvió de ese rincón de olvido adonde se fue. Digamos con él,
Qué triste me hallo, en verdad,
recordando aquellos años
cuando Teófilo Bolaños
recorría la ciudad
de a caballo, a todo full,
con briches y fugarretas…
No volveré a ver cometas
ni a nuestro amigo BAUL.
Por eso me encuentro triste
y no me alegro jamás…
Aunque echen el mejor chiste
nunca verás, cual lo viste,
a tu hermano, Livio Paz.   

domingo, 18 de octubre de 2009

¡Qué familia!

Ayer 17 de octubre de 2009, apareció un aviso en la radio local a las ocho y treinta minutos de la mañana:
“Atención: se perdió un perrito blanco, raza French Puller, de nombre Tico. Su familia lo está buscando...”

sábado, 17 de octubre de 2009

¿El pueblo unido…?

Comenzando el año 2008 se organizó un mitin a iniciativa de los estudiantes de la institución pública mixta Liceo Nacional “Alejandro de Humboldt” de Popayán. Protestaban contra la Secretaría de Educación Municipal, porque retirados unos profesores no los habían reemplazado. La denuncia se hacía en el parque Caldas, frente a la entrada principal de la Alcaldía, sin ningún resultado. Consignas iban y gritos venían; tal vez había unos cien estudiantes, todos de extracción popular.
De pronto apareció por el costado sur del parque, una gigantesca marcha de trabajadores y campesinos (bueno, eso decían) llamada Contra el Hambre, que repetía el estribillo:

“El pueblo unido, jamás será vencido”

De inmediato los muchachos y muchachas del Liceo se sintieron respaldados por la repentina manifestación y se alegraron de que al fin, iban a ser oídos por las autoridades municipales ante la magnitud de la protesta, si se unían. La marcha Contra el Hambre, que se dirigía a Bogotá, apabulló la protesta de los estudiantes pero no se detuvo un momento para apoyarlos. Alguien de los estudiantes se dirigió a los que agitaban las consignas mayores para que se quedaran unos minutos como muestra de solidaridad, pero ellos dijeron que ese era otro problema. Que ellos no tenían tiempo para perder.
La gran manifestación siguió de largo y dejó a los estudiantes con su problema, sin resolver.
Un filósofo de andén, que nunca falta, vio el acontecimiento y atinó a decir sobre la Marcha contra el Hambre:

“Deberían cambiar la consigna y reemplazarla por una que dijera:

El pueblo dividido, seguirá jodido.”

viernes, 16 de octubre de 2009

Culpable no soy

-Tenés que ir a la casa de Marco Antonio, que está cumpliendo años.
-¿Sí? Y yo, ¿qué culpa tengo?

jueves, 15 de octubre de 2009

¡Qué oso!

En los lejanos tiempos, cuando Popayán no llegaba a los cincuenta mil habitantes, cuando la televisión no se había inventado y las calles empedradas eran utilizadas por recuas de mulas, llegó un circo pobre, chiquito y con un oso de tetero, mejor dicho un osito. El cirquito se instaló en la loma de El Achiral, la misma que ahora se llama “Benito Juárez”. (¡Qúe manía la de nosotros, cambiar los nombres auténticos por personajes intrascendentes! Así pasó con el aeropuerto de Machángara.)  
El circo iba a permanecer una semana, en tránsito para Cali, pero le fue tan bien que estuvo dos meses, siempre con lleno completo. Al fin se fue y llegó a Cali el circo pobre, que había dejado de serlo, y allá se encontró con un circo mayor que no sabía que Popayán existía. Enterado el mayor del éxito de su emulito, pegó para estas tierras y se instaló en El Achiral en pleno verano de agosto. Apenas templó la carpa se la llevó un chiflón de viento el macho; los artistas, payasos y animales, entre ellos un oso grande de verdad, quedaron a la intemperie mientras rehacían la carpa; con el frío de la noche los artistas y animales se enfermaron y al oso le salió chande. Ante estas contingencias el circo volvió a Cali sin hacer ninguna presentación.  
Preguntado el maestro Valencia por estos acontecimientos tan diametralmente opuestos resolvió el asunto con una sentencia:

-Popayán no aguanta oso grande.

miércoles, 14 de octubre de 2009

Columnista partido

Cuando era director de El Liberal (diario, aunque no salía los lunes como el zapatero) Don Gerardo Fernández Cifuentes, también colaboraba Don Jaime Zúñiga quien tenía de particular escribir textos largos, propios de ensayo y no de artículo.
En uno de esos días que Don Gerardo había amanecido con la neura alborotada, se presentó a la redacción Don Jaime.
-¡Hola Jaime! ¿Qué vientos te traen por acá?–preguntó Don Gerardo–.
-Pues te traje una colaboración para el periódico. Y diciendo esto desplegó el equivalente a cuatro páginas pegadas, escritas a doble espacio, en maquina de escribir de las de antes.
Don Gerardo, ofuscado, tomó el escrito lo partió por la mitad y dijo imperativo al corrector de estilo, extendiéndole la mitad superior:
-¡Ve Julio César, revisá y ponele punto final a este texto. Y dirigiéndose al autor sentenció:
-Mañana te publicamos la primera parte; la segunda queda para dentro de ocho días. 

martes, 13 de octubre de 2009

Agenda desinteresada

El hotel Guadalajara de Buga, departamento del Valle, en Colombia, era un lugar de frecuentes reuniones laborales de las gerencias de Telecom del sur occidente colombiano. En una de ellas, que revestía gran importancia porque la iba a presidir el Vicepresidente Técnico, asistieron sin faltar ninguno, todos los gerentes, jefes de división y sección.
El Vicepresidente había llevado a este evento una agenda elegante con ribetes dorados, donde anotaba todas las quejas y demandas que le hacían los funcionarios. Todos aprovecharon la ocasión para pedir elementos y recursos de trabajo que el Vicepresidente anotaba con rigurosidad y prometía atender. Esta vez sí se iban a resolver muchas deficiencias que esperaban desde hacía meses.
Cuando finalizó la reunión, el primero en despedirse y salir fue el Vicepresidente. Entonces los funcionarios de las gerencias menores durante hora y media comentaron el interés del Vicepresidente, hasta que uno de ellos, de travieso, subió al estrado del gran salón y desde allí, con amplia sonrisa, mostró la libreta de ribetes dorados diciendo:
-¡Miren! Al vice se le olvidó la agenda.

Pensamientos de muro

“Un hombre echao pa´ lante es un primate.”


“Mis principios no tienen final.”


“El eco siempre dice la última palabra.”


“Las canas ya no se respetan, se tiñen.”


“Soy racista: Las negras me matan.”

lunes, 12 de octubre de 2009

¡Don Roberto sí curaba!

Don Roberto Sánchez era un farmaceuta de reconocida honorabilidad y de exquisito tino para diagnosticar y curar los males tropicales que eran los que afectaban a los vecinos de estas tierras. A su farmacia llegó don Rafael Fernández, quien por andar pescando en lejanas tierras de los llanos orientales agarró un mal que lo tenía desnutrido y con fiebre y a punto de entregar el chasis.

Don Roberto, apenas lo vio, hizo lo que no hacen los médicos de ahora:
-¡A ver! ¡Abrí la boca y sacá la lengua!
Don Rafael, con dificultad de enfermo, abrió la boca y cerró los ojos. Don Roberto miró esa caverna negra y media babosa y exclamó:
-¡Uhh, mijo! ¡Vos lo que tenés es un paludismo el macho! Esperame que ya vengo.
Don Roberto Sánchez desapareció tras una cortina doble de tela rala y se demoró lo mismo que mi tía colando el café. Después de la espera, apareció el farmaceuta con una botella roñosa de aguardiente caucano pero con el contenido de un color marrón.
-Mirá. Poné cuidado. Cogés un reloj y cada hora te mandás una copa de este remedio hasta que lo acabés. Mañana venís por otra botella; es para reforzar la dosis.
El enfermo después de tomarse esa botella -que sabía a agua empozada en tubo de cobre- hacia la media noche le dio por comer como preso recién soltado. Se sintió mejor y durmió a lo bebé como no lo hacia en quince días. Al otro día estaba curado; no volvió por la segunda dosis, pero eso sí:
“Don Roberto es un alma bendita que me curó de una”. 

domingo, 11 de octubre de 2009

Dilema depresivo

Una prostituta estaba muy deprimida y encima con un dilema: no sabía si tirarse al tren o al maquinista.

sábado, 10 de octubre de 2009

¡Todos, no somos empresarios!

Campo Elías Belalcázar, fotógrafo profesional, asistía con otros artistas de todas las artes a una reunión convocada por asesores del gobierno paisa que nos abruma, al auditorio de la Cámara de Comercio del Cauca, en Popayán. Corría el año 2008.
Después de la exposición de buenos motivos de los asesores, Campo Elías planteó, con la seguridad del artista, la verdadera razón de su presencia:
-Doctora Montoya, doctor Garzón: Nosotros en Popayán lo que necesitamos es una sala de exposición múltiple y permanente donde podamos exhibir nuestros trabajos artísticos todo el año.
Fue entonces cuando se nos vino encima la filosofía que anima los actos de este gobierno. Dijo la doctora Montoya, joven ella, bonita como todas las damas que adornan la avenida oriental de Medellín, con un libreto que se había aprendido de memoria, con un habladito de hija de arriero de Sonsón:


-Eso es muy fácil, ve. Organizate una empresa con tus amigos y montás la sala.

No intervine, porque empecé a imaginarme a Miguel Ángel, el genio florentino, yendo ante el Vaticano con sus argumentos artísticos y recibiendo la respuesta:


-Montá una empresa.

Si la historia hubiera sido así, con toda seguridad, no existirían La Piedad, El Moisés, El David, ni las bellas pinturas bíblicas que magnifican la Capilla Sixtina. Y también, con absoluta certeza, Miguel Ángel habría terminado vendiendo pescado en la plaza de La Santa Cruz, en Florencia (Italia).

viernes, 9 de octubre de 2009

Guido Enríquez Ruiz

 Colombia, tierra de poetas, está en mora de hacer un reconocimiento a uno de sus hijos más valiosos; de sensibilidad poética.  Guido Enríquez Ruiz vive por la palabra amalgamada en poesía; vive, porque aún exalta y reconoce en los otros el matiz fundido por su mano maestra; vive, porque ama al pensamiento y detesta a la estulticia; vive, porque enseña; vive, porque goza.

¡Largas jornadas de vida al maestro!

Guido Enríquez Ruiz apareció promediando el siglo veinte y es uno de los grandes que trascendió el siglo veintiuno; el nuevo milenio dirá lo que fue en poesía, en arte; hoy, por su vigencia, es el artista de la metáfora que no nos hace falta porque lo tenemos, tan natural como la luz, tan presente como la lluvia, tan espontáneo como la risa.

Estas calles, extraviadas en episodios de fino anecdotario, dirán que Guido Enríquez Ruiz las recorrió con sus pasos y con su pluma; que sus traducciones al idioma cervantino de extrañas lenguas adquirieron el aura poética, impronta fiel del artista de lustre y sabiduría; que dejó una estela de seguidores, poetas en cierne, amigos casuales y definitivos, contradictores leales.

La poesía de Guido Enríquez Ruiz es amor, dolor, amistad, ensoñación, ternura… virtudes y pasiones nobles del ser humano, razón de más para trascender en el tiempo; para descubrir al insondable ser, amante de la vida, el mismo que hace posible el hipotético futuro e historia el pasado.  La mujer, la pasión; el erotismo hecho mujer, caben en el extenso olimpo de poesía que domina el maestro.

Para Guido Enríquez Ruiz el amor es
  
Como una flor

Te quise sin habérmelo propuesto
sólo por retornar a los jardines.
Eras casi una flor o una mañana    
inmensamente blanca, sin tus ojos
la claridad del cielo hubiera fracasado
como cauces sin luna en el desierto.
Por eso sigo amándote aunque mires
con gran indiferencia los geranios
y no siembres claveles en tus campos;
porque sabes de lirios y sueñas margaritas,
amiga mía, sinceramente buena,
que riegas mis pretéritos jardines.

Poesía de arquitectas figuras que estimulan la inteligencia y recrean la imaginación para que fluya el amor.

Hasta donde llega nuestra memoria, Guido Enríquez Ruiz, escribió De Belén al Cacho (1986), recopilación de humor payanés expuesto en la Tertulia Payanesa; Más allá del paisaje (2000), poesía; Historia de las artes plásticas en el Cauca en el siglo XX (2000); En el jardín del tiempo (2003), poesía; El gran canto de Salomón (2007), traducción del hebreo en edición nacional de lujo y restringida; El amor se hace con arte (2008), antología universal de la poética del erotismo; y recientemente Calles de Popayán (2008), libro de historia y gracia de nuestras calles tradicionales.
Guido Enríquez Ruiz es Doctor en filosofía, Abogado, Licenciado en literatura y lengua española y profesor honorario de la Universidad del Cauca.

Del libro Más allá del paisaje, extraemos estos
  
Consejos a Don Quijote de la Mancha

No te quedes pensando, Alonso de Quijano,
en las pesadas carnes de pingüe Dulcinea,
autora de gavillas junto al llano
donde cantan los grillos y la cocina humea.

Piensa en las curvilíneas reinas de Cartagena,
soberanas de imperios creados sin ton ni son,
que, cual una moderna Magdalena,
tras de muchas Betanias esperan redención.

No te ridiculices montando en Rocinante.
¿Es que quizá no sabes de Mazdas y Renault?
-Que aun tienen los motores adelante
pero los disimulan bajo un lindo capot-.

¿No crees que es anticuado tener un escudero?
-guardaespaldas se llama en esta nueva edad
cuando el menos valiente es el más fiero
y hasta en el Kindergarten hablan de impunidad-.

¿Cómo nos engatusas con los tales molinos?
¿Te lo creerán, acaso, los sabuesos del DAS?
ahora que ni Merlín ni Baldovinos
ni el Cura ni el Barbero ni el mismo Satanás

podrán jamás hacernos creer que estabas loco
y que no lo heriste con premeditación;
tienes, entonces, que “jugarte el coco”,
buscarte algún padrino, y, si no extradición!

¿Pretendes todavía que yéndote a la Sierra
Morena puedas pronto desencantar a Aldonza?
Si en esta fértil y risueña tierra        
cada veinte centímetros te darán una onza

de una sustancia blanca que llaman cocaína
-agua de la Florida, filosofal cantera-;
Transformará a la extraña y a la vecina
como truecan los vientos invierno en primavera.

No tienes que aguantarte descomunal batalla
para dejar al otro desmenelado y roto,
basta con que negocies tu metralla,
pagues millón de pesos y alquiles una moto.

Y, en fin, oh Don Quijote, vas a modernizarte.
Déjale a Sancho Panza tu orgullo y tu ideal;
pues todo en esta vida es “cuestión de arte”…
no hay para qué inquietarse ni del bien ni del mal.

De Guido Enríquez Ruiz tendremos que repetir:


¡Largas jornadas de poesía al maestro!                                                              

¡Acontecimiento!

Hoy en la radio salió un aviso:
Ayer se graduó el joven Rodrigo U… como ingeniero de sistemas.
Felicitamos a su madre.

jueves, 8 de octubre de 2009

Educación en la Secretaría

Llegué a la antesala del Secretario de Educación Municipal de Popayán. Me tocó en suerte la compañía de dos damas, una joven y la otra de más allá de la jubilación, pero activa; después supe que eran profesoras de colegio. Me miraban, las miraba y no encontrábamos el pretexto para conversar, (averiguar quién diablos era yo, según ellas).
Se me ocurrió comentar que, pese a estar en toda una Secretaría de Educación, no había educación, por lo menos en dos aspectos: las personas que entraban y salían, seguramente supervisores y empleados de la Secretaría, no nos saludaban. Y los avisos al público, fijados en las puertas, eran muy groseros; decían: “En las tardes no se atiende. ¡No insista!” Era como el equivalente a decir: ¡No joda! Un aviso más propio del lugar debería decir: “Discúlpenos, en la tarde no atendemos”.
Con estas observaciones, las damas entraron en la charla y la primera pregunta que me lanzaron fue:
-¿Usted es rector de algún colegio?
Les dije:
-No tengo la vocación de profesor, menos la de rector.
-¿Entonces usted qué hace?
Saqué mi libro Memorias de un hombre común y les mostré.
-Yo escribí este libro.
Se pusieron a hojearlo, en especial el glosario del final de donde extrajeron una definición que las puso a reír: Atembao: Un tipo que ni ve, ni oye, ni entiende.
En ese preciso momento se acercó la secretaria del Secretario para decirnos que “el doctor no los puede atender hoy; mejor vuelvan mañana por la tarde”.
La más joven de las profesoras se interesó en mi libro y me planteó:
-¿Por qué no habla con Carlos? El puede comprar unos libros ahora que tienen la “Cátedra Popayán”.
-Si usted me lo presenta, yo hablo con Carlos.
Subimos un piso más y me presentó a Carlos, quien ni me determinó. Después de un breve coqueteo entre Carlos y la joven profesora, ella se despidió; de Carlos, con beso en el cachete; de mí, con una volteada de ojos.
Quedé frente a Carlos, quien me hizo la pregunta obvia:
-¿Qué se le ofrece?
Mostrándole el libro, le dije:
-Bueno, yo escribí este libro…
-¡Ah! Eso es con el Secretario.
Me dejó con el brazo estirado, lo cual anuló mi intención de obsequiarle el libro. Me despedí con la mejor educación que me engalana, pero con el pensamiento fijo en algo parecido a un madrazo…
Después de bajar los dos pisos con destino a la calle, me volví a encontrar con las profesoras.
-¿Cómo le fue con Carlos?
Fue entonces cuando rematé:
-Carlos resultó atembao. 

miércoles, 7 de octubre de 2009

Potencia longeva

Como ahora están de moda los llamados centros naturistas donde se consiguen desde aguas de manzanilla en grageas hasta potenciadores sexuales en pomadas, no escapan los ancianos que los frecuentan.
Una vez llegó uno que rondaba la cincuentena y media a pedir un rejuvenecedor sexual; hacía esfuerzos para disimular su decaimiento natural, pero le fallaba la memoria:

-Buenos días, señorita. ¿Tiene un remedio que se llama Megaplus?
-¿No será Megasex? –preguntó la dependiente.
-Sí. Creo que sí. Es que me lo encargaron.
-Sí, lo tenemos. Pero señor, dígale al que se lo encargó que si es hipertenso no debe tomar esto porque se le sube la presión.
-Gracias, señorita, pero yo no soy hipertenso.  

lunes, 5 de octubre de 2009

Entre colegas

Un escritor de recientes lanzamientos, paseaba en compañía de un amigo por el parque Caldas.
-Francisco, ¡cómo te parece que compré un estilógrafo Parker de cuatrocientos cuarenta mil pesos!
-¿Y para qué compraste un estilógrafo tan caro?
-Para demostrar que se puede escribir con elegancia.

domingo, 4 de octubre de 2009

Fernando Vallejo

Hay, en Colombia, un escritor de valiosos pergaminos. Su irreverencia con la clase política es agresiva y recurrente, cosecha auditorios por la afinidad de sus críticas con la impotencia de los electores adversos. También la Iglesia cae bajo su demoledora prosa, enriquecida con pasajes de la Historia, que nos deja ver el engendro del mal en cada plegaria invocada al bien. Su lugar de excelencia en las letras latinoamericanas, le otorga autoridad para ser hiriente y grotesco con lo que no le gusta. Y le gusta muy poco: el sexo y los perros. No voy a traspasar su intimidad para referirme a él, sería la peor de las estrategias para afrontar un encuentro con un personaje acostumbrado a juzgar y condenar con la misma facilidad con que lo hacían los inquisidores católicos. El encuentro al que me dispongo a acudir, es el de las posturas y disquisiciones; allí no hay agresión sino fundamento. Si furtivamente aparece la ironía es para adornar el concepto, no para atropellar al invitado.
Que Antioquia, hoy, no tiene cultura a la cima de Tomás Carrasquilla, Porfirio Barba Jacob y Fernando González, sus mentores, lo dice nuestro escritor apergaminado para descalificar, por ejemplo, a un Carlos Gaviria, verdadero arquetipo de la decencia intelectual. Que éste gane un dinero, correspondiente a su calidad profesional, al tiempo que fija su posición frente a la pobreza como político emergente, es el clásico argumento que condena a un socialista a morirse de hambre en un país capitalista, si de veras es consecuente con su posición política. Aquí, a nuestro escritor, le falló la analogía. Desconoce las conferencias, charlas y escritos, por quien ahora es el obligado referente antioqueño de honradez intelectual. Y no es el único.

Que en Colombia no hay literatura de valor, según nuestro invitado, es porque desconoce los escritos y escritores que en otros países han valorado excelsos libreros, críticos y editoriales y aún más, lectores. Y peor todavía, desconoce lo que se escribe y no se publica (o se publica hasta donde alcance el vil metal) por jóvenes desapadrinados que, inclusive en su Medellín, están abriendo el camino que no es el de la sátira ni el chiste fácil, sino la conquista de la razón despojada de atavismos religiosos y prejuicios ideológicos. Por eso no se publican masivamente. Pero ya veremos en unos años la fuerza de irrupción en la literatura nacional de nuevos talentos, que dejarán debajo de la historia a pensadores claudicantes con el actual sistema político. No se necesita llegar a viejo para ser rebelde.

Es acertado decir que la soberbia es mala consejera y nuestro contertulio, (que además de buen escritor, es escuchado) ahora quiere erigirse en la conciencia de un país que no la tiene. Le recuerdo que hace dos años planteó una solución (algo que nunca hacen los columnistas de nuestra prensa, eso de recetar remedios) para extirpar el dolor de patria, y fue renunciar a la ciudadanía colombiana. Como planteamiento comercial fue rendidor, como rasgo de carácter falló y, antes bien, le otorgó el derecho de vilipendiar a sus conciudadanos (colombianos) sin reconocer que las mayorías están lejos de ser cohonestadoras del actual estado de cosas, incluidas las políticas. (Por favor, cuente a los abstencionistas de nuestra cacareada democracia.)

También los inquisidores deben tener buena memoria para evitar un juzgamiento con sindicaciones que devuelvan la condena hacia el verdugo.