lunes, 23 de noviembre de 2009

¡Impertinente!

Una vieja, que vende ropa usada a precio de nueva, impertinente como entidad financiera en bancarrota, que tiene voz chillona como mujer dejada por el último tren de hace treinta años, llamó por teléfono a mi casa:
-¿Está Amparito?
-No está.
-¿Quién es usted?
-Ah, yo no sé.
-Bip…bip…bip…

La misma vieja volvió a insistir:
-¿Está Amparito?
-No está.
-¿Con quién hablo?
-Con el amante.
-¿Y qué hace allí?
-Esperando el bus.
-Bip…bip…bip…

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