viernes, 6 de noviembre de 2009

Ángela de Valencia

En la escuela Normal de Popayán, su ciudad natal en 1900, doña Ángela de Valencia obtuvo el grado de maestra de escuela superior. Desde sus primeros años de estudio mostró sus dotes para la composición literaria; a la par que escribía textos académicos, exaltados por sus profesores, tenía la sensibilidad poética innata que desde el colegio cultivó con singular éxito.
Escribió par varias revistas y periódicos como Ariel, Belalcázar, Universidad, El Cauca y El Liberal de Popayán; Granada, Hogar y Patria, de Bogotá; Lumen y Lotos, de Barranquilla; El Deber, de Bucaramanga; y El Renacimiento, de Cúcuta. Los lectores de mediados del siglo veinte leían composiciones como,
A la estatua del maestro
Pobre es el bronce, y aún el mármol fuera,
para plasmar su clásica figura,
su gesto señorial y su finura
que Fidias mismo no copiar pudiera.

El molde en que su estatua se fundiera
debió de ser la aligación más pura
del oro sideral que allá en la altura
una olímpica fragua derritiera.

Su estatua es toda estrofa que él rimara,
toda idea que en su mente se acunara
y de su genio el prodigioso arcano.

El eco de su verbo portentoso
es la estatua vibrante del coloso
sobre el gran pedestal del Mundo Hispano.

En 1931, Ángela de Valencia asistió al cuarto Congreso Internacional Femenino   como delegada por el departamento del Cauca donde se hizo acreedora a los elogios de la prensa nacional: “la delegada, señora Ángela de Valencia presentó interesantes proyectos destacándose de modo definitivo su vigorosa personalidad mental.”
En 1936 publicó en Quito (Ecuador) un volumen de versos con el título de Rumor de frondas, que hizo exclamar a otro poeta célebre de la época: “Como la linda edición aquella de las Rimas de Bécquer, cualquier espíritu limado por los dioses del buen gusto querría encerrar en un libro así, lo mejor y más puro de sus canciones, romper la lira, quebrar la copa, no hacer ni un verso más y sentarse a la sombra del árbol amigo a leerse a sí mismo los frutos de su estro hasta aprendérselos todos y correr por los prados y laderas, musitándolos, como una loca Ofelia en busca de su Hamlet ideal.”
Ahora que se impone el cuidado de la naturaleza viene bien recrear la
Historia de una gota de rocío
Perla que puso el alba en el estuche
rosa de una lozana medreselva,
y en su dombo minúsculo copióse
la inmensidad de la azulada esfera.


En la flor por el viento remecida
un ensueño de gloria ella vivía,
su diminuto mundo se irisaba
al esplender el luminar del día.

Feliz era en su efímera existencia
De éter azul en linfa transformado,
síntesis de divina transparencia,
gota de luz en diáfano milagro.

Mas, al cruzar el bosque cierto día
una triste doncella enamorada,
tomó la flor para aspirar su esencia
y admirar su belleza sonrosada.

Y al recordar al adorado ausente
y pensar en su olvido y su desvío,
su dolor hecho lágrima luciente
cayó sobre la gota de rocío.

Esta al sentir lo acerbo de la angustia
que el llanto del amor guarda en su seno,
quiso volver al éter, y al instante
evaporóse en el azul sereno.

Y desde entonces, cuando el cielo envía
gemas de luz sobre la flor temprana,
siempre queda una gota suspendida
en la pupila azul de la mañana.

Ángela de Valencia se volvió personaje a fuerza de trajinar las calles de su Popayán natal. Deambuló con su prestigio, y aunque su poesía aún sigue el deambular eterno, finalmente nos dejó  de cuerpo, presentimiento que plasmó bellamente en su  poema
Penumbras
Dentro de poco vendrá aquello
que llamamos, la muerte;
yo la espero tranquila y quedamente
sin llantos ni sollozos,
sin estorbo de gentes…

Vendrá un lunes, un sábado o un jueves,
lo mismo da, qué importa?
debo marcharme por el camino largo
por donde van los muertos…

Oh! buen sepulturero,
con tu pala más grande
cava la zanja oscura,
y tú que has aprendido
a acomodar el polvo sobre el polvo,
échame mucha tierra
tanta, tanta, que sea mi sepultura
diferente de todas,
pirámide infinita
que se eleva hacia el cielo;
y después, ya mañana,
cuando sea un polvo escaso
que caber pueda todo
en las manos de un niño,
aviéntame al espacio,
quiero ser germen, flor o mariposa,
quiero ser fuente y convertirme en nube.     

2 comentarios:

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