Que un sociólogo reconocido como Alfredo Molano, que ha escrito varios libros, que tiene una columna en El Espectador de los domingos, haya dicho (El Espectador domingo 15 de noviembre de 2009) que por haber sido maltratado por unos agentes de la antigua Unión Soviética en Alemania dejó atrás su comunismo, refleja una débil ideología, un confundimiento entre las teorías políticas y los agentes que, en ese contexto de guerra fría, actuaban. Así son nuestros orientadores: dicen lo que conviene al gran poder; anteponen su importancia a unas tesis que controvierten el orden imperante. Ahí está su éxito editorial.
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