domingo, 29 de noviembre de 2009

Estupidez política

¿Por qué, personas tan inteligentes se vuelven estúpidos políticos?
Esta pregunta asaltó mi raciocinio después de asistir a una reunión con eminentes profesionales, en uso de buen retiro, que departían en alegre conciliábulo so pretexto de un cumpleaños atrasado.
Es posible que la edad (pasaban de la quinta guasca) y su éxito (todos realizados, con buenas alforjas económicas) no les permitieran otear otras formas de sociedad más justa. Creen, como los buenos conservadores, que el nuestro es el mejor país del mundo, que nuestros gobernantes no tienen par.
Como tema de conversación, en una mesa etílica, es válido hablar de política, porque podemos estar de acuerdo con Arturo Graf  con aquello de que “si los hombres se limitaran a hablar solamente de lo que entienden, apenas sí hablarían.”  Sin embargo, pasar a la etapa superior, como lo es la discusión, conlleva argumentar, y ahí aflora la estupidez; en ese momento, discutir con personajes enredados en sus apreciaciones es tan inútil como echar agua en un costal.

La historia humana está plagada de pueblos inteligentes que fueron arrastrados por dirigentes inferiores hacia la desgracia social, o la guerra. La política es una ciencia que todo el mundo cree conocer; hasta se aventuran unas definiciones parciales que pretenden recoger toda una filosofía de gobierno y las llevan a categoría de dogmas.
 Antes de adentrarme en razones, para tratar de descubrir las causas de la estupidez política, voy a citar una anécdota que le sucedió a un compañero de los profesionales citados, profesional también, ya fallecido, pero que en su momento obraba como los referidos.
Gober, que así se llamaba, adquirió una extensión de tierra en el sector considerado más bello y prometedor de Cali; como buen arquitecto, diseñó y construyó una mansión que era la envidia de sus allegados. Allí, en esa planicie campestre cerca al rio Cauca, se daban cita los amigos y compañeros de trabajo para gozar de sus eventos sociales. Con el paso de los meses ocurrió un hecho social derivado de otro político, no previsto por Gober, que cambió esa idílica mansión en una casa de espanto. Hubo un masivo desplazamiento de ciudadanos pobres, víctimas de la violencia, que se asentaron en los alrededores de la quinta estrato social máximo, de Gober. Mal contados los desplazados sumaban unos dos mil que después dieron paso a la ciudadela de Aguablanca, que hoy llega al millón de habitantes. El resultado final fue: la mansión se desvalorizó, los amigos no volvieron por el temor de ser asaltados y hasta el mismo dueño terminó deplorando su suerte.  Me atrevo a sugerir unos juicios sobre este hecho: Gober, no sabía de política, así dijera lo contrario; no tenía claro en qué país vivía; la violencia y el desplazamiento, para él, eran cuentos chinos y tal vez se consideraba exento de sus consecuencias.

Dicho lo anterior, otra vez me vuelve a asediar el interrogante: ¿Por qué, personas inteligentes alcanzan ese grado de estupidez política?
Es posible que se deba a estas razones:

-Confunden la ética con la política.
-Tienen un concepto errado del desarrollo de un país.
-Desconocen la historia de su propio país.
-Razonan con argumentos prestados.

Vamos a desglosarlos:

Se confunde la ética con la política.

En términos simples la política se ocupa del comportamiento y desarrollo de las comunidades; la ética, del comportamiento y desarrollo del individuo. Al confundir estos términos aparecen juicios como: “Conozco un amigo cubano que siendo una eminencia en ingeniería vive en un lugar que da pena. Por eso no estoy de acuerdo con Cuba.”
La política que rige en Cuba es el socialismo, donde todos trabajan para beneficio de todos, regulados por el Estado; hay prioridad del servicio hacia los asociados. El cubano es consciente de esto y lo acepta; sabe que por encima de su realización personal está el bienestar de su comunidad. También es consciente del bloqueo que afecta a su país a causa de su política.

“La paz empieza por casa.” En nuestro caso colombiano algunos sectores quieren resolver un problema político (la guerra insurgente, la violencia delincuencial) aplicando una solución ética (hacer bueno al individuo). Los problemas políticos se resuelven aplicando soluciones políticas.

“En la Alemania Oriental, los soldados nos maltrataron como si fuéramos agentes de la CIA; por eso dejé atrás mi comunismo.”
Aquí se particulariza un aspecto negativo de uno o unos individuos en un contexto de guerra fría, para descalificar toda una tesis política. El comunismo como política, es una teoría que aún no se ha aplicado en las sociedades modernas; no ha habido una sociedad comunista: sociedad sin clases y sin Estado, salvo la breve Comuna de Paris en 1871.

“En los países socialistas hay vicio y muchos suicidios.” Se refieren a los países socialistas democráticos de Europa. Esos países no tienen problemas sociales graves porque su política los ha resuelto. Hay problemas individuales que se corrigen con educación; aquí debería funcionar la ética.

¿En qué consiste el desarrollo?

Para el capitalismo producir bienes de capital; instalar fábricas que produzcan objetos que se puedan vender. Acumular capitales.      El capital es el fundamento del bienestar individual, no colectivo. El capital de unos es la pobreza de los más. Aparece la competencia como método y la desigualdad como resultado. Aquí se cumple eso de que “el fin justifica los medios”, como la suprema razón de progreso.
Las ganancias desmesuradas y el bienestar de unos pocos, arrasa con los bienes que la naturaleza provee. Ahí están, a manera de ejemplo, el sacrificio masivo de tiburones que pescan empresas multinacionales japonesas y norteamericanas, les cortan las aletas, los regresan al mar para que se mueran, con el propósito de llevar el supuesto afrodisiaco como manjar a las mesas de los opulentos que los pagan a precio de jeque árabe. Este desarrollo es depredador.

Hay otro tipo de progreso que se asienta en el bienestar de las comunidades, el respeto por la naturaleza y el respeto supremo por el ser humano. Bajo este concepto todos los asociados de una comunidad viven dignamente: tienen vivienda, educación, salud, bienestar, alimentación, como principal objetivo del desarrollo.

En el primer caso se multiplica la pobreza, la desigualdad, la agitación social, la rebeldía, la delincuencia. En el segundo, se acerca al ideal de una sociedad justa y civilizada, como debe corresponder a las sociedades comunitarias.

En Cuba un magnate ecuatoriano, usuario ocasional de un restaurante de lujo, se dirigió a su guía turístico para decirle:
-En Ecuador una langosta como ésta es más barata que aquí. Con la plata que yo tengo podría comer varios platos en mi tierra.
El guía turístico, lo miró y le lanzó un interrogante político:
-¿Bueno, usted sí, pero en Ecuador cuántos ecuatorianos pueden comer langosta?


Se desconoce la historia del país.

Por ese desconocimiento se incurre en la confusión de causas con consecuencias. Los actores actuales de perturbación como la insurgencia, la delincuencia son las consecuencias de un problema cuyas causas se remontan a los principios de la constitución de nuestro país como república. Hubo una independencia de España, es cierto, pero el grueso de la población siguió esclava y dependiente de unas castas herederas del sistema político español fundamentado en un Estado excluyente. Los patriotas establecieron un sistema político donde no hay espacio de progreso para los indios, los negros y los pobres como sociedad. Donde los detentadores del poder político y económico sólo utilizan a los marginados como perros de presa contra sus propios congéneres para sostenerse, inculcándoles conceptos hueros como defensa de la patria, defensa de la sociedad y dándoles migajas de poder y bienestar para mantenerlos aliados.
Así, la solución de nuestros problemas sociales comienza por resolver la causa: cambiar el sistema político con la participación de todos los asociados con el máximo propósito de construir una sociedad mejor, incluyente y justa. De ninguna manera se corrigen nuestros males atacando las consecuencias: tratar de acabar con violencia a la insurgencia, la delincuencia, porque lo digan politólogos pagados por el poder enclaustrado; esto sería multiplicar los errores sin fin. Si no hay una solución de fondo, radical, continuaremos con el desangre, porque las sociedades son dinámicas. A cada acción social siempre hay una reacción.

Ahora que estamos en vísperas de la celebración del Bicentenario de la independencia de España, convendría plantear unos interrogantes que refuerzan lo dicho:
¿Por qué Simón Bolívar no permitió que los negros participaran como soldados en el proceso de independencia? Me atrevo a dar una posible respuesta: porque los negros no querían independencia, querían libertad.
¿Por qué se persiguió con saña al General José María Melo cuyo mandato hizo posible la unión de caudillos irreconciliables para despojarlo del poder? Otra respuesta aventurada: Melo quería una sociedad diferente de la española, incluyente y social; no individual ni caudillista como en su momento era el gobierno de José María Obando.


Razonan con argumentos prestados.

Para nadie es un secreto que hay escritores y periodistas prepago. Son los encargados de refregar unas tesis como verdades absolutas. Estas posiciones son las que recogen nuestros  políticos de licor para exhibirlas en una discusión intrascendente.
Veamos unos ejemplos:
“El hombre es por naturaleza violento.” Falso. Como todo animal el hombre sólo responde a los ataques contra su vida, tiene elevado instinto de conservación de la especie; pero no está en su naturaleza agredir a alguien por placer. Es muy diferente que al ser formado bajo el concepto de propiedad desarrolle la violencia. Pero al no existir propiedad, germen de todo tipo de violencia ésta desaparecerá.

“El hambre se soluciona con empleo.” En un país capitalista pudo ser cierto antes de la revolución industrial; hoy se trata de eliminar la mano de obra y cuando es imprescindible se reduce a categoría de esclavitud: exceso de labor por mísero pago. Para el capitalismo es necesaria la pobreza que suministra mano de obra barata. En un futuro próximo los trabajadores laborarán por sobras de comida. El hambre como la pobreza, se solucionan con el desarrollo integral de la comunidad.

“La seguridad se consigue con más fuerza pública.” Falso. Triste civilización es esta donde el ser humano necesita de la violencia, la coacción, el castigo, para observar un buen comportamiento social. En una sociedad verdaderamente civilizada esos elementos represivos no son necesarios. La seguridad se alcanza cuando hay respeto por la vida de los demás, incluidos los animales, incluida la naturaleza que nos sostiene. Algunos países europeos después de dos guerras mundiales tienen un elevado concepto por la vida, pero aún falta llegar a esa civilización sin fuerza pública.

Dejemos ahí estas reflexiones. Las conversaciones de coctel sirven para llegar a la meditación posterior; pero qué bueno fuera alcanzar el debate porque “en un debate, el que pierde gana, porque sale de un error”, según lo enseñó Estanislao Zuleta. Mientras llegamos a ese estadio del debate, algo muy civilizado, intentemos compartir la apreciación de René Descartes sobre las charlas de mesa: “No hay nada repartido de modo más equitativo que la razón; todo el mundo está convencido de tener suficiente.”

A los señores, que hicieron posible este texto, digamos bebedores políticos, vendría bien recomendarles finalmente que traten de observar los tres principios de la racionalidad de Kant:
Pensar por sí mismo.
Colocarse en la posición del otro.
Ser consecuente.

sábado, 28 de noviembre de 2009

Obediencia debida

Alberto Mosquera tenía una finca por los lados de “Los dos brazos”, sector rural de Popayán, donde asistían amigos parranderos y amigas contratadas para que hicieran lo mismo que Eva en el paraíso pero a la vista de todos. La finca tenía un nombre muy sugestivo: “El Vaticano”.

Por esas circunstancias imprevistas, cualquier domingo se apareció el presbítero consistorial de la Arquidiócesis en “El Vaticano”, quien de inmediato ordenó a Alberto cambiarle el nombre a la finca, de lo contrario sería severamente castigado con la excomunión para lavar el insulto al Estado que representa a Dios en la tierra.

Alberto, sumiso, obedeció.

Con el paso de los días, volvió el presbítero consistorial y comprobó que el nombre de la finca había sido cambiado, ahora se llamaba

“Castel Gandolfo”.

Literatura marginal

Tengo la admiración normal por los jóvenes, en especial por los inquietos intelectuales.
En cuatro entregas, daré a conocer un texto de la joven estudiante de Licenciatura en Español y Literatura de la Universidad del Cauca, Alba María Sánchez. Este texto fue ponencia en el seminario Literaturas marginales realizado entre el 21 y 22 de octubre de 2009, en el auditorio del Banco de la República en Popayán y se titula Los restos del vellocino de oro, una novela marginal.
Primera parte.
Los restos del vellocino de oro (2008), del escritor afro descendiente, Alfredo Vanín Romero, (1950) específicamente de Saija en cercanías del municipio de Timbiquí se inserta en la marginalidad por el tema que propone. Hablar de marginalidad se torna ambiguo ya que el concepto es muy amplio, para el desarrollo me encaminaré por pensar lo marginal no solamente como el aislamiento y el no reconocimiento, en mi opinión lo marginal lleva consigo ese hecho de plantear temas vedados, con un enfoque crítico y no reconocidos por la cultura oficial, es ubicarse en el otro lado de la moneda; de esta manera temas como por ejemplo el de la violencia en nuestro país ya no va a tener una sola mirada. Es decir que ya no hay buenos y malos sino que se relativiza aquella verdad establecida como única por la voz oficial. La marginalidad es una alternativa para entender el destino del mundo dado y sus conflictivas fuerzas.
Los restos del vellocino de oro muestra la problemática de un lugar, en este caso “Isla Pájaro”, en donde se desarrolla una serie de conflictos, una pugna entre la vida y la muerte; la celebración y la precariedad. Los personajes se encuentran en una constante huida de los sicarios o “polizones”, que quizás representan al paramilitarismo que tiene invadido a este país. “Justo ahora, reaparecerán los uniformados con el hombre de civil a quien la membresía llama el alemán debido a sus cabellos monos y a sus ojos verdes, pero en realidad nacido en las tierras hacia donde se marcharía Telma” (A. Vanín, 2008:101). Por otro lado, está el goce, el disfrute de las verbenas, una de las tradiciones del pueblo, dentro de los límites que la pobreza permite.
Se evidencia una imagen del hombre que está en constante huida, Santiago al igual que sus amigos viven de refugio en refugio, sin saber en qué momento van a ser encontrados por los polizones, como ellos los llaman; es una permanente lucha por salvar sus vidas, “Haré con Santiago, si lo encuentro, una expedición que borre todo rastro de nosotros en este mundo de policías que nos persiguen hasta en el sanitario.” (A. Vanín, 2008:12).
La preocupación por ser encontrados no radica totalmente en el hecho de morir, puesto que de cierta manera en la novela hay un canto a la muerte; es más un temor al silencio, es la autoconciencia producto del ser de cada uno, de cada jasón; es un grito de protesta para no continuar en ese mismo cauce de indiferencia y marginalidad; un deseo de no continuar más siendo pasivos ante el sometimiento por parte de quienes manejan el poder, “(…)llenos de mayor incertidumbre tal como uno podía percibirlo en los rumbos que tomaba el país, la ciudad, donde los juegos políticos amenazaban en sus alianzas y manejos y eso, por su puesto, traía aparejo el surgimiento de fuerzas insospechables en defensa de los privilegiados” (A. Vanín, 2008:168).
En cuanto a ese cantarle a la muerte, no es porque esta produzca un efecto de goce o placer en los personajes, todo lo contrario, es un vacío, es nostalgia y desesperanza; que se refleja por medio de la celebración de las verbenas populares, en estas se convoca a un encuentro más, a la unión de aquellos amigos a quienes los ata una causa de lucha contra la injusticia política: “…los jasones habían aparecido con bombos y retruécanos, cada cual exhibía su lance o lamento, su nostalgia o su propósito nuevo. Vestían camisetas de verbena y dijeron tener la mía reservada para esa noche.” (A. Vanín, 2008:171)
La literatura es un campo que problematiza desde varios contextos: el social, el económico, el cultural, entre otros. La novela de Vanín pone sobre la mesa un problema de carácter social, muestra una ciudad degradada y un héroe problemático y conflictivo. Hay una preocupación por el estado del ser, del individuo inmerso en una sociedad agotada, abatida por la inconsciencia de si misma.

jueves, 26 de noviembre de 2009

¡Emergencia!

Una vez enviaron a la repetidora de comunicaciones de Munchique, en el Cauca, a un ingeniero electricista para hacer mantenimiento de rutina a las plantas eléctricas de emergencia. Por esos días, el gerente regional de Telecom atendía una importante reunión con el presidente y vicepresidentes nacionales de la empresa, hasta el punto que ordenó a su secretaria, imperativo:

-Mirta: Por favor, no me vaya a interrumpir. No me pase a nadie al teléfono, salvo que sea algo extremadamente urgente o de emergencia.
-Sí, doctor.

Ya en plena reunión, el gerente regional se vio interrumpido por su secretaria:
-Doctor, qué pena, pero tengo al ingeniero Castaño desde Munchique que dice que lo pase a usted, que es urgente.
El gerente no lo pensó dos veces. Munchique es una estación repetidora importante, por donde transitan todas las comunicaciones del sur de Colombia y El Ecuador.
-¡Páseme al ingeniero!
-Aquí está, doctor.
-A ver ingeniero, ¿qué ocurre?
-Doctor, para informarle que en Munchique llevan ya tres meses sin dotación de papel higiénico.

lunes, 23 de noviembre de 2009

Frase poética

Los niños dicen las cosas como las ven. Preguntado a un niño de seis años, que había visto por primera vez en telescopio a Júpiter el mayor planeta del sistema solar, cómo era, respondió tal como lo hubiera hecho un poeta en trance:

“Júpiter es como una esfera blanca con un color rojo.”

El colmo!

En un noticiero de la televisión se le preguntó a un reciclador de papeles inservibles del Ministerio de Justicia, el 13 de noviembre de 2009, sobre qué tan importantes habían sido esos documentos; dijo que se puso a leer los expedientes de un tipo que había violado a unos violadores.

¡Impertinente!

Una vieja, que vende ropa usada a precio de nueva, impertinente como entidad financiera en bancarrota, que tiene voz chillona como mujer dejada por el último tren de hace treinta años, llamó por teléfono a mi casa:
-¿Está Amparito?
-No está.
-¿Quién es usted?
-Ah, yo no sé.
-Bip…bip…bip…

La misma vieja volvió a insistir:
-¿Está Amparito?
-No está.
-¿Con quién hablo?
-Con el amante.
-¿Y qué hace allí?
-Esperando el bus.
-Bip…bip…bip…

sábado, 21 de noviembre de 2009

¡Ah tiempos agresivos estos!

Dos viejitas chuchumecas y dos señores menos viejos que las ancianitas, hacían fila en una moderna farmacia de una EPS en Popayán, que no cito para evitar la propaganda gratis, con el propósito de reclamar los remedios recetados por el médico.
La modernidad de la “botica” (como dicen las abuelas) consistía en la estrechez del lugar; atendida por un empleado de facciones paeces, una limpieza que dejaba ver el polvo encima de la pantalla LCD de un ordenador, un PC (para no repetir) y una cámara de televisión remota que incidía sobre la caja registradora. De pronto llegó un inmenso camión que traía nuevos pedidos de droga (farmacéutica, aclaro); el paez, con amabilidad fingida, dijo que tenía que recibir las encomiendas en el camión, por lo tanto suspendía la entrega de medicamentos y cerraba con llave de seguridad el local; que lo esperaran unos minutos afuera. Las primeras que protestaron fueron las chuchumecas:
-Señor, lo podemos esperar aquí adentro porque allá hay mucho sol.
-Qué pena señoras, pero tengo una cámara de control y debo cerrar por seguridad.
Las damas aceptaron a regañadientes el desaire de salir, mientras los caballeros atinaron a comentar:
-En este capitalismo desarrollado, que se llama neoliberalismo, todos somos ladrones mientras se demuestre lo contrario.

¡Esa es la cuestión!

Este episodio fue citado por el jurista Horacio Gómez Aristizábal.
En cierta ocasión un colega increpó a Horacio:
-Usted defiende a los malechores por plata, yo, en cambio, lo hago por honor.
-Bueno, cada uno lo hace por lo que le hace falta.
-¡Le exijo que retire sus palabras!
-Retiro las palabras, pero mantengo el concepto.

jueves, 19 de noviembre de 2009

Diferencia política

En discusión añeja, que tuvo lugar por los años sesenta del siglo veinte entre un político de la derecha y Alfonso López Michelsen (bueno, digamos que era de centro derecha en los tiempos del MRL), se cruzaron las siguientes afirmaciones:
-En Rusia las elecciones son como la carrera de un solo caballo   –dijo el de la derecha–.
-En Colombia son como la carrera de varios caballos del mismo dueño–dijo Alfonso–.

miércoles, 18 de noviembre de 2009

Francisco Gómez Campillo

La nueva poesía del Cauca, la joven poesía de Popayán, tienen un vasto horizonte con Francisco Gómez Campillo; premio departamental del género con su obra Diálogo con las ventanas; premio nacional de poesía en 1993, con su creación La tiniebla luminosa. La aparición reciente en las letras nacionales lo hizo con la propiedad de los elegidos. Un aparte del Diálogo de las ventanas dice:
Voy con mi ventana inmóvil a todos lados
La ventana que soy me lleva en su vacío
Como un pasajero poseído por las transparencias
Indecibles de este viaje vertiginoso y lento.
Las gentes que pasan frente a mi ventana
Se alejan como se alejan los días
Pero soy yo quien abandona todo para siempre
Soy el pasajero único de su ventana
Abierta en la noche al paso de los mundos
Que vengan impulsados por los cantos del espacio
Que se llevan también mi ventana distraída
Hacia regiones llenas de ventanas absolutas.

Francisco Gómez Campillo es Licenciado en Español y Literatura por la Universidad del Cauca, guionista del Grupo de Teatro del Centro Cultural Bolívar, también coadyuvó en la fundación de la revista de poesía Ophelia; publicó, en el año 2000, La fisura del Cántico, libro del cual extraemos estos apartes:
Geometrías despiertas
Los dedos se alargan como hilos de insomnio
Para tocar el florecimiento del último abajo
Pero el abismo interpone figuras geométricas
Donde los hilos del discurso duermen enredados.

Abro entonces la puerta que da a la noche
Y veo sobre los cuerpos invisiblemente encorvados
Gibas geométricas donde se acumula todo el peso
De las caídas en abismos que ya no despiertan.

¿Qué monstruo oculta ese triángulo isósceles
De mi frente brillante? Pregunto al erudito moribundo
Que lo acarrea como si fuera el último ladrillo
Para culminar la pirámide de todas mis dudas.
Oh misteriosa procesión de dodecaedros sin peso
Conectados al pavimento por un grujir de vértebras
En los abismos que los engendran mis manos saben
Que sus formas seducen el alma para el desvelo.

Amantes
Cómo has de abrazar el cuerpo de mi caída
Si mi caída es la lejanía de tu cuerpo
Si mi cuerpo y tu cuerpo ciegos se abrazan
O se pierden uno en el otro como dos espejos

Sin embargo caer es buscar tu cuerpo por las calles
Donde soy nada más que un deambular bajo los astros
Un decirme vertiginosamente tu cuerpo
Con la voz de mi caída sola brillando

Los pasos se ramifican en desorden formando
El vasto laberinto de todos mis alejamientos
Y mi cuerpo y tu cuerpo sombras son que se encuentran
Como dos cuerpos que al abrazarse se destruyen

En la ciudad donde los pasos trazan
El dibujo de una búsqueda sin centro
Donde aparecemos y desaparecemos como nubes
Prolongando la dicha o la desdicha o el juego.

Francisco Gómez Campillo en la actualidad es profesor de la Universidad del Cauca, donde ejerce la noble misión de preparar lo próximos talentos en las letras. Seguramente escalará nuevos y más altos peldaños en la escala más exigente del pensamiento estético, por eso, tal vez, tiene esa apreciación de cómo son los saltos en poesía:
La ciudad que se lleva dentro
Salta hacia fuera
Y en su lugar sólo queda la vasta oscuridad del salto

La oscuridad que se lleva dentro
Salta hacia la luz
Y en su lugar sólo queda el brillo del salto en el cielo

El salto que se lleva dentro
Salta como un gato
Y en su lugar sólo queda el ojo del gato contemplándolo

El silencio que se lleva dentro
Salta hacia el silencio
Y en su lugar sólo queda la música de todos los saltos…  

martes, 17 de noviembre de 2009

¡Sólo un deseo!

Un costeño, del litoral norte colombiano, se encontró una botella que contenía un Genio y lo liberó. En agradecimiento el Genio le concedió un deseo, no más.
-Señor Genio: quiero que vea este mapa, allí están Israel y Palestina y quiero que se acabe esa guerra que ya no soporto.
-Mira, ese mapa ya lo conozco. Esa guerra lleva siglos entre judíos y árabes; es imposible acabar con ella. Pídeme otro deseo.
-Bueno, señor Genio, entonces quiero que me concedas una mujer para casarme, que sea bella, inteligente, comprensiva, trabajadora, que me lleve el desayuno a la cama, que no me de cantaleta cuando llegue tarde, que me lave la ropa y la planche como a mi me gusta, que…
-Espera un momento. Mejor trae ese mapa que me mostraste a ver qué puedo hacer.

lunes, 16 de noviembre de 2009

¡Ay! Alfredo

Que un sociólogo reconocido como Alfredo Molano, que ha escrito varios libros, que tiene una columna en El Espectador de los domingos, haya dicho (El Espectador domingo 15 de noviembre de 2009) que por haber sido maltratado por unos agentes de la antigua Unión Soviética en Alemania dejó atrás su comunismo, refleja una débil ideología, un confundimiento entre las teorías políticas y los agentes que, en ese contexto de guerra fría, actuaban. Así son nuestros orientadores: dicen lo que conviene al gran poder; anteponen su importancia a unas tesis que controvierten el orden imperante. Ahí está su éxito editorial. 

sábado, 14 de noviembre de 2009

Epigrama "anónimo"

Desconozco al autor del siguiente epigrama que recogí de oídas. Me parece gracioso y acertado; por eso lo incluyo.




Si mal hablas de mi
es posible novedad,
si hablo bien de ti,
probable, sea verdad.
Lo más claro y seguro
en ambos casos, sean,
cual lamentador de  muro,
que las plebes no nos crean.

viernes, 13 de noviembre de 2009

Asustada improvisación

En el terremoto del 31 de marzo de 1983 en Popayán, en medio de la tragedia, sucedieron hechos anecdóticos graciosos, que en su momento no revestían tal carácter, y que ahora sirven para paliar el dolor. El impresionante sacudón de tierra causó la destrucción de varias viviendas y edificios y quedaron sepultadas varias personas. Un periodista que cubría la noticia, más nervioso que un resorte recién aflojado, encima del susto por el movimiento telúrico, se vio sorprendido ante el cambio intempestivo de la emisora y se dio a la tarea de improvisar:
“Tenemos un número indeterminado de muertos, pero a medida que las autoridades hagan el rescate, muerto que vayan sacando, muerto que vamos entrevistando.”

jueves, 12 de noviembre de 2009

Vendedor improvisado

Por esas coincidencias que sólo ocurren en el diario trajinar de ciudadanos modestos, una vez madrugué a recoger parte de una de las primeras mesadas de mi jubilación en un cajero automático y descubrí una atrasada vocación. Cuando salí me encontré con un vendedor callejero que de inmediato me ofreció una base rodante para mover neveras. Providencialmente, yo andaba buscando uno de esos rectángulos metálicos para cambiar de lugar a una descomunal nevera de vieja adquisición. Pregunté por su valor y me tasó el adminículo en quince mil pesos; saqué un billete de veinte pero el vendedor me aseguró que no tenía cambio, que era su primera venta. Dada mi necesidad, y mi altruismo, le dije que tal vez en la cafetería de la esquina le podían cambiar el billete. De inmediato el vendedor me aceptó la propuesta y me dijo:

-Señor, por favor, espéreme aquí que ya vengo.

Me dejó en el andén con las cinco bases pegadas a mis pies (tal vez en garantía por su regreso) sin darme tiempo a proponer otra cosa. Como yo no era el único que había madrugado en pos de la mesada pensional, aparecieron unas amigas (más jubiladas que yo) quienes al verme en ese estado anormal de extravío, me preguntaron:

-Y usted, ¿qué está haciendo a esta hora y con esas cosas?

Por dármelas de gracioso se me ocurrió decir que, como la pensión no me alcanzaba, pues estaba vendiendo bases para nevera a fin de cuadrar el salario. Las amigas, lo tomaron medio en serio medio en broma y me preguntaron a cómo eran.

-A quince mil pesos, cada una.

Las damas ni cortas ni perezosas dijeron que me comprarían dos, después de que sacaran dinero del cajero automático. No les creí. El bendito vendedor se demoró una eternidad, seguro porque no había podido obtener el cambio. Primero salieron las pensionadas del cubículo bancario que, haciendo efectiva la promesa, me pagaron treinta mil pesos y se llevaron dos bases, agregando, impertinentes, una recomendación adicional:

-Pero si quiere vender, tiene qué anunciar.

-Ya mismo me voy a poner a gritar -les aseguré, haciendo pistola con los dedos de los pies para que no me vieran-.

 Encartado con las tres bases y con una espera de veinte minutos ya se me estaba acabando la filantropía, cuando apareció el vendedor, sudoroso y agitado.

-Perdone la demora, señor, pero no encontraba quién me descambiara el billete.

Recibí cinco mil pesos de vuelta y le entregué dos bases (resto de dos que había vendido y la mía) y treinta mil pesos. Se sorprendió tanto, que exclamó:

-Señor, ¡pero usted es un buen vendedor! ¿Por qué no se queda otro ratico conmigo?

-¡Nooo, ya no aguanto más varadas en mitad de la calle! Agradecé que las compradoras me vieron cara de necesitado y que hoy tengo buen humor hasta para vender chucherías.

Entonces, agarrando la base de nevera en mi mano, me perdí por las calles, ya atestadas de presurosos ciudadanos.

martes, 10 de noviembre de 2009

¡Ingrato!

Un colombiano viajó al Africa y en sus correrías se encontró con un gorila que en un descuido lo violó. El colombiano muerto de la pena llegó a su país en América y se encerró en su cuarto. Su mejor amigo lo visitó y comprobó su decaimiento.
-Jesús, debes salir porque te vas a enfermar.
-Ya no quiero nada después de lo que me pasó.
-Y ¿qué te pasó?
-Es tan terrible que no me atrevo a contarte.
-Pero Jesús, para eso soy tu amigo.
-Bueno, te voy a decir pero no quiero que nadie más lo sepa: un gorila me violó en África.
-Jesús, tómalo como un accidente. Mira, yo no le voy a contar a nadie porque sería traicionar tu amistad. Nadie lo va a saber, si eso te preocupa, además el gorila está lejos y no habla.
-Eso es lo terrible: que no habla, no llama, no escribe…

lunes, 9 de noviembre de 2009

¡Sena, qué pena!

El Sena (Servicio Nacional de aprendizaje) es una institución educativa de influencia francesa; es un ejemplo de cómo se debe aprender: se empieza con la teoría, se llega de inmediato a la práctica, y se refuerza la teoría después de los resultados en ciclos con permanentes reiteraciones. Como es una forma de preparar ciudadanos para la acción diaria, en corto plazo el gobierno de la opinión cederá esta institución, como un regalo, a quienes han triplicado sus fortunas  en el presente doble cuatrenio: los grandes empresarios privados (cacaos). Tendremos entonces una entidad distinta: los estudiantes pobres deberán pagar para aprender y laborar gratis en las empresas propietarias del Sena.
Ya se está haciendo el camino hacia ese desdichado momento. 
Veamos un pequeño aspecto con dos visiones: al estudiante de gastronomía lo ejercitan en la preparación de platos internacionales; no conoce la cocina regional o local que engrandezca esa riqueza  de cada pueblo que es fundamental en el desarrollo del turismo, ese sí internacional. Un turista inglés no viene a Colombia a pasear por estos paisajes de ensueño y comer lo mismo que se consigue por los lados del palacio de Buckingham; es mayor su placer si degusta la comida, bien preparada, propia del lugar visitado.
Hace unos días una compañera de trabajo, ingeniera electrónica, arrinconada con sus hijas en el hogar por haber traspasado los ingratos treinta y cinco años, quien pretendía desde su nicho familiar superar sus conocimientos de culinaria que le permitieran, tal vez, montar un modesto restaurante en la antesala de su casa, se metió a la página web del Sena para recibir la instrucción de unos cursos virtuales de cocina. A la web del Sena entró, pero cuando quiso hacerlo al área de instrucción, salió un aviso insolente que decía: “Es para jóvenes emprendedores.” 
Claro, con la filosofía desafiante de país subdesarrollado, que acata el Sena, los jóvenes emprendedores son todos menores de treinta y cinco años. Los de más arriba ya no son emprendedores. Los viejos, superiores a cincuenta, ni se diga, sólo tienen derecho a lástima. ¿Qué dirán los japoneses cuyas empresas exitosas son dirigidas por sexagenarios? En Colombia esos viejos japoneses estarían debajo del puente, en los semáforos o en un asilo, si tienen con qué.

sábado, 7 de noviembre de 2009

Otra del “Genio”

La Administración de Hacienda Pública que ahora se llama Dian y después cualquier sigla, estaba en paro; es decir, sus empleados habían salido a la plaza del Palacio Nacional, en Popayán, para tratar de hacer pública su protesta en forma pasiva, sentados en silencio, como en un velorio.
Pasó el “Genio” Castrillón por la plaza y después de mirar a los huelguistas les gritó:
-¡Todos ustedes, están impuestos!

viernes, 6 de noviembre de 2009

Ángela de Valencia

En la escuela Normal de Popayán, su ciudad natal en 1900, doña Ángela de Valencia obtuvo el grado de maestra de escuela superior. Desde sus primeros años de estudio mostró sus dotes para la composición literaria; a la par que escribía textos académicos, exaltados por sus profesores, tenía la sensibilidad poética innata que desde el colegio cultivó con singular éxito.
Escribió par varias revistas y periódicos como Ariel, Belalcázar, Universidad, El Cauca y El Liberal de Popayán; Granada, Hogar y Patria, de Bogotá; Lumen y Lotos, de Barranquilla; El Deber, de Bucaramanga; y El Renacimiento, de Cúcuta. Los lectores de mediados del siglo veinte leían composiciones como,
A la estatua del maestro
Pobre es el bronce, y aún el mármol fuera,
para plasmar su clásica figura,
su gesto señorial y su finura
que Fidias mismo no copiar pudiera.

El molde en que su estatua se fundiera
debió de ser la aligación más pura
del oro sideral que allá en la altura
una olímpica fragua derritiera.

Su estatua es toda estrofa que él rimara,
toda idea que en su mente se acunara
y de su genio el prodigioso arcano.

El eco de su verbo portentoso
es la estatua vibrante del coloso
sobre el gran pedestal del Mundo Hispano.

En 1931, Ángela de Valencia asistió al cuarto Congreso Internacional Femenino   como delegada por el departamento del Cauca donde se hizo acreedora a los elogios de la prensa nacional: “la delegada, señora Ángela de Valencia presentó interesantes proyectos destacándose de modo definitivo su vigorosa personalidad mental.”
En 1936 publicó en Quito (Ecuador) un volumen de versos con el título de Rumor de frondas, que hizo exclamar a otro poeta célebre de la época: “Como la linda edición aquella de las Rimas de Bécquer, cualquier espíritu limado por los dioses del buen gusto querría encerrar en un libro así, lo mejor y más puro de sus canciones, romper la lira, quebrar la copa, no hacer ni un verso más y sentarse a la sombra del árbol amigo a leerse a sí mismo los frutos de su estro hasta aprendérselos todos y correr por los prados y laderas, musitándolos, como una loca Ofelia en busca de su Hamlet ideal.”
Ahora que se impone el cuidado de la naturaleza viene bien recrear la
Historia de una gota de rocío
Perla que puso el alba en el estuche
rosa de una lozana medreselva,
y en su dombo minúsculo copióse
la inmensidad de la azulada esfera.


En la flor por el viento remecida
un ensueño de gloria ella vivía,
su diminuto mundo se irisaba
al esplender el luminar del día.

Feliz era en su efímera existencia
De éter azul en linfa transformado,
síntesis de divina transparencia,
gota de luz en diáfano milagro.

Mas, al cruzar el bosque cierto día
una triste doncella enamorada,
tomó la flor para aspirar su esencia
y admirar su belleza sonrosada.

Y al recordar al adorado ausente
y pensar en su olvido y su desvío,
su dolor hecho lágrima luciente
cayó sobre la gota de rocío.

Esta al sentir lo acerbo de la angustia
que el llanto del amor guarda en su seno,
quiso volver al éter, y al instante
evaporóse en el azul sereno.

Y desde entonces, cuando el cielo envía
gemas de luz sobre la flor temprana,
siempre queda una gota suspendida
en la pupila azul de la mañana.

Ángela de Valencia se volvió personaje a fuerza de trajinar las calles de su Popayán natal. Deambuló con su prestigio, y aunque su poesía aún sigue el deambular eterno, finalmente nos dejó  de cuerpo, presentimiento que plasmó bellamente en su  poema
Penumbras
Dentro de poco vendrá aquello
que llamamos, la muerte;
yo la espero tranquila y quedamente
sin llantos ni sollozos,
sin estorbo de gentes…

Vendrá un lunes, un sábado o un jueves,
lo mismo da, qué importa?
debo marcharme por el camino largo
por donde van los muertos…

Oh! buen sepulturero,
con tu pala más grande
cava la zanja oscura,
y tú que has aprendido
a acomodar el polvo sobre el polvo,
échame mucha tierra
tanta, tanta, que sea mi sepultura
diferente de todas,
pirámide infinita
que se eleva hacia el cielo;
y después, ya mañana,
cuando sea un polvo escaso
que caber pueda todo
en las manos de un niño,
aviéntame al espacio,
quiero ser germen, flor o mariposa,
quiero ser fuente y convertirme en nube.     

miércoles, 4 de noviembre de 2009

¡Que, qué!

Un par de viejitas concejalas de Popayán asistieron a una reunión comunal del barrio Los Naranjos donde hicieron presencia unos miembros del M19. Estos señores invitaron a la entrega de armas de ese movimiento con motivo de su desmovilización por los años noventa del siglo veinte:
-Quienes quieran asistir a la entrega de armas en Santo Domingo pueden inscribirse ahora mismo.
Las viejitas levantaron las manos dieron sus nombres y datos. Después de la reunión se acercaron otros concejales a demostrarles admiración por su valor para ir a la entrega de armas:
-Ustedes son muy valientes para ir a Santo Domingo, de Corinto para arriba de la cordillera central, caminar cuatro horas y montar dos horas a caballo.
-¡Que, qué!-exclamaron las viejitas-¡quién va a ir por allá! Nosotros creíamos que era en la iglesia de Santo Domingo, por ahí por la cuarta.

¡De Buenos Aires, ché!

Guillermo López, un amigo que transita por Cali cuando no está ordeñando vacas en su finca, de Timba para arriba, que a veces se pega sus viajes al exterior, decidió ir a Buenos Aires, Argentina. Cuando llegó a Puerto Madero para embarcarse rumbo a Uruguay, de paseo, el funcionario que sellaba los pasaportes le dijo con definido acento rioplatense, después de verificar los datos del pasajero:
-¡Pero vos sos boludo! Si sos de Buenos Aires para qué me mostrás el pasaporte, ¡no lo necesitás para ir a Uruguay!
El amigo no pudo reprimir una sonrisa cuando aclaró su lugar de origen:
-Mire bien, señor, yo nací en Buenos Aires, pero Buenos Aires, Cauca, Colombia.