miércoles, 9 de diciembre de 2009

Matilde Espinosa

Fue bautizada en la parroquia de Huila, departamento del Cauca,  MATILDE ESPINOSA FERNANDEZ, nacida un 25 de mayo de 1910, hija de Luis Espinosa y María Josefa Fernández.
Antes de 1920, la familia de Matilde se trasladó a Santander de Quilichao y luego a Popayán; allí conoció, gracias a su primo-hermano Jesús María, al talentoso pintor Efraín Martínez, “El Maestro Martínez”, autor del mural “Canto a Popayán”, exhibido en el paraninfo Francisco José de Caldas de la Universidad del Cauca. El maestro Martínez, doce años mayor que MATILDE, se enamoró de la hermosa y cautivante jovencita, que apenas contaba con dieciséis primaveras; dos años después se casaron y el artista, que ya había estudiado Bellas Artes en Madrid España, retornó con su esposa a Francia, para establecerse por algunos años en París.
En la Ciudad Luz, la mujer del pintor es asediada por las musas las cuales desfilarán en Colombia después de la primera mitad del siglo XX, en 1955.
Así escribía Matilde Espinosa:


Hacia la tarde

Un desteñido sol
Recorre conmigo las estancias
Que ya no tienen nombre;
Los pasadizos vueltos hacia la tarde
Solos como los nacimientos
Y ausentes como un grito.

Emergen parecidos distantes
Bajo el ardor de las cenizas.
Se conmueven las frondas
Arrebatadas por los vientos
Sin destino como los sueños.

Lastiman los escombros
De las primaveras enterradas
Y el gemir de los volcanes
En su incandescente agonía.
Y al fondo la esperanza
Medusa desgarrada en busca
De otro mar y otra orilla
Pulsando las arenas
En esta navegación de los olvidos.



Matilde Espinosa publicó los libros de poemas: Los ríos han crecido (1955), Por todos los silencios (1958), Afuera las estrellas (1961), Pasa el viento (1970), El mundo es una calle larga(1976), La poesía de Matilde Espinosa (selección, 1980), Memoria del viento (1987), Estación desconocida (1990), Los héroes perdidos (1994), Señales en la Sombra (1996), La sombra en el muro (1997) y La tierra oscura(2003).
De este último libro extraemos el poema,


Una voz
 No era una queja
tampoco la voz del caracol
en su playa desierta.

Ni el paso de la bestia
por un peñasco oscuro.

Era el presagio que florecía
los ecos y la ráfaga azul
de un juego niño.

Era una voz sin fondo
aérea como el canto.
Si volviera a escucharla
entendería mejor el sesgo
de una voz sorprendida
en la noche.


Ha sido incluida en varias antologías y estudios críticos sobre poesía colombiana y latinoamericana. Ha viajado y vivido en París, Madrid y en países que pertenecieron a la esfera socialista. Fue traducida al francés y al inglés.
Otro poema considerado inédito es:


Un día sin nombre
¿En qué momento, amor,
se oscureció tu calle
y tu casa fue el blanco
de la sombra?

Una ola de polvo
Lloroso y amargo
Se estableció en la hora.
Desde entonces el tiempo
Madeja silenciosa
Va corriendo sus hilos
Para la dura tela
Que defiende mis lunas
Secretas.

Lentos trascienden los días
A donde sólo llega
El temblor de la luz
En el vacío.



La vida de MATILDE ESPINOSA FERNANDEZ, claudicó irremediablemente la madrugada del 19 de marzo de 2008, en el barrio El Castillo, de Santafé de Bogotá.

1 comentario:

Jorge Restrepo Fontalvo dijo...

Fue la mujer de otro grande: el maestro LUIS CARLOS PÉREZ, tal vez el más grande jurista en el ámbito de las disciplinas penales que ha tenido Colombia