-Mirá Ananías: vamos a poner unas reglas en esta casa para hacer el amor. Vamos a dejar ese despelote de andar como los perros. ¿Oíste?
-¿Cómo así Secundina? ¿Vos, de qué estás hablando?
-Pues te voy a explicar: cuando yo esté bien peinada, con la permanente recién hecha, nada de nada. ¿Oíste? Cuando esté media peinada, de pronto sí, de pronto no. Y cuando esté despeinada, con las greñas en desorden, entonces sí. ¿Entendiste, negro?
-Pues si a eso vamos, yo también voy a poner mis reglas, Secundina. Cuando llegue a la casa bueno y sano, sin un trago, nada de nada, negra. Cuando llegue medio prendido, de pronto sí, de pronto no. Pero si llego borracho, entonces no me importa cómo tengás el pelo, ¿oíste, negra?
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