Un señor mandó a hacer una cinta funeraria por la muerte de su esposa. Llorando le pidió a la confeccionista que la marcara así: Lamento tu fallecimiento por un lado; y por el otro, si hay espacio, En el cielo nos encontramos.
En el sepelio los dolientes se extrañaron por esa cinta que decía por un lado: Lamento tu fallecimiento por un lado y por el otro. Por el reverso decía: Si hay espacio, en el cielo nos encontramos.
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