miércoles, 23 de diciembre de 2009

Carta a un amigo de África

A esta hora me preparo para asistir al lanzamiento de mi cuarto libro "Disquisiciones en prosa". Me parece raro que esté en estas; me siento como si fuera a presentar un examen final y con la posibilidad de no aprobar. He decidido dejar de publicar cosas pequeñas; voy a dedicar mis esfuerzos a escribir obras trascendentes, así no se publiquen. También he descubierto que a pesar de dominar público, no me halagan las ceremonias; si hasta me parecen cursis. No sé si estoy llegando a la chochera, pero hoy muchas actividades, que igual de gente quisiera protagonizar, a mi me fastidian. Quisiera retirarme a un lugar donde sólo estén los verdaderos amigos o los familiares más queridos.



Esta Colombia se demorará mucho en darse cuenta cuáles son sus verdugos, por ahora los aplauden y créeme que me abruma la imbecilidad, pero la comprendo. Cuatro siglos de engaño no se desmontan en poco tiempo. Los criminales del poder le juegan a esto, por eso se ríen de nuestras tesis.


Bueno B…, voy a cambiarme de ropa con el propósito de no parecer necesitado. Con esto podré responder a quien me diga que me compra el libro "por ayudarme", que es mejor que se compre la lotería, o el balotto, que supuestamente ayuda a la salud pública.

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