-Si vieras que Aurelio, con todo y que se gana 12 millones de pesos mensuales, ahora quiere que le aumenten el sueldo a 17 millones.
-¿Y eso, por qué?
-Porque acaba de presentar un proyecto de ley para aumentarse el sueldo.
-Bueno, el senador lo que quiere es redondearse la pensión ahora que se va a retirar del Congreso.
-¿Y esos tipos en qué se gastan tanto?
-Hombre pues la dignidad de senador, o ex senador, sólo le permite paseos a Miami o Europa, alojamiento en un hotel cinco estrellas, comidas exóticas como corresponde a su delicado colon, arrendamiento de limusina con chofer en Nueva York. Y eso cuesta.
-Ya veo, Aurelio nunca se va a meter a mesa larga de la galería del barrio Bolívar, ni comer chulquín, ni a montar en bus, ni andar a pie, ni pasear a Julumito, ni tomar guarapo. Porque a nosotros sí nos alcanzan los trescientos mil pesitos que recibimos de salario después de los descuentos de ley.
- Así es, mi hermano.
-Entonces no es cuento eso que le pasó a “Mocorí”.
-¿Qué le pasó a “Mocorí”?
-Pues que se compró un billete de lotería, esa que caía antes por la octava y le dijo a su hijo:
-Vea mijo: si me gano la lotería entonces me voy de paseo a las Bahamas, con “güisqui” y mujeres de lujo.
Y el hijo le preguntó:
-¿Y si no se la gana?
En ese caso toca paseo a Julumito, con guarapo y tu mamá.
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