sábado, 17 de abril de 2010

Lisandro Duque Naranjo.

Señor
LISANDRO DUQUE NARANJO:

Cada vez más, se va desbarrancando mi admiración por los columnistas de El Espectador. Alfredo Molano dejó atrás una posición ideológica por un suceso insustancial de unos agentes no determinadores de una política. El resultado (que gusta y estimula al gran poder), fue sepultar en sus escritos la única política que transforma al hombre colectivo, y creer que el cambio se da por la buena voluntad de los gobernantes.
Hoy, 21 de febrero de 2009, usted se viene con una afirmación sin sustento que celebra la clase criminal gobernante: el neoliberalismo es la fase superior del socialismo. Todo mundo puede opinar de política, pero a un columnista se le exige rigor. Las ambivalencias favorecen el actual estado de cosas. Las aseveraciones, repetidas por los periodistas y escritores prepago, y peor aún, elevadas a dogma por periodistas independientes como usted, sólo favorecen los intereses de quienes quieren que esto no cambie, que este país se revuelque en su propia sangre para enriquecer a unos pocos. Una de esas aseveraciones dicen que al colapsar la URSS, se derrumbó el socialismo. Desconocen (y estigmatizan) el camino al socialismo de Venezuela, Bolivia, Brasil, Argentina, Uruguay..., del frustrado de Honduras (por el peor enemigo de los pueblos: Estados Unidos), de los países nórdicos...

Tenía una leve admiración por su columna; a partir de hoy se desvaneció.

Víctor López Erazo

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