sábado, 2 de octubre de 2010

Escolios de Nicolás Gómez Dávila:

De la primera edición de PROCULTURA (año 1986) del primer tomo de NUEVOS ESCOLIOS A UN TEXTO IMPLÍCITO de Nicolás Gómez Dávila extractamos los siguientes:

Mientras el escritor anhele seducir, su prosa titubea.

La única derrota sin remedio es la imbecilidad, aún victoriosa.

La poesía acostumbra, como todas las apariciones milagrosas, decir preferentemente trivialidades.

El que peor escribe es el que imita al que escribe bien.

Lo que significa la belleza de un poema no tiene relación alguna con lo que el poema significa.

De la actual anemia del arte culpemos la doctrina que aconseja a cada artista preferir la invención de un idioma estético propio al manejo inconfundible de un idioma estético común.

Con la corrupción del escritor pululan libros malos, con la del lector mueren los buenos.

En las ciencias humanas se toma la última moda por el último estado de la ciencia.

Las alabanzas a un libro, hoy día, indican sólo el partido político del autor.

El acierto estético no recompensa al trabajo, pero sólo al trabajo premia.

La exclusiva lectura de contemporáneos reseca el cerebro.

La cortesía es actitud del que no necesita presumir.


El tonto llama “prejuicios” las conclusiones que no entiende.

El que meramente lee se distingue del auténtico lector en que nunca relee.

El tonto cree engendrar verdades nuevas haciendo copular ideas confusas.

La verdad de una idea es reflejo del contexto total de la inteligencia que la adopta.

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