miércoles, 30 de septiembre de 2009
P’a que vea
martes, 29 de septiembre de 2009
¡A beber, pues!
Genealogía enredada
lunes, 28 de septiembre de 2009
Sí, señor
domingo, 27 de septiembre de 2009
Cuestión de negocios
viernes, 25 de septiembre de 2009
En familia
Misael Enríquez, era el papá de Guido. Vicente Paredes Pardo, gran amigo de la casa, hizo este epigrama para celebrar un acontecimiento de familia:
Pues ayer se metió de cura
el hijo de Misael.
Le veremos la tonsura
cuando celebre misa él.
Felipe García Quintero
1973 fue un año de importancia poética para Bolívar, Departamento del Cauca, Colombia, pues en ese temporal periodo de doce meses nació Felipe García Quintero. Realizó estudios de Literatura y Lengua Española en la Universidad del Cauca, Crítica Cultural en Quito, Ecuador, y Filología Hispánica en Madrid, España.
La primera producción poética de Felipe García Quintero que se asomó internacionalmente, mereció el IX Premio Internacional de Poesía “Encina de la Cañada” Madrid, España, está expuesta en su libro Vida de nadie:
“Muchacha, montaña mía, ahora que el camino es el viento donde el polvo de la casa que sostiene mis huesos se entrega a su paso, y cualquier voz es agua para mis ojos, ignoro el real motivo de estas palabras:
Y vez, te lo dije un día y lo repito en su noche: no soy más que un árbol en el bosque de la intemperie. De tanto esperarte he terminado por ser una más de ellos, quienes han sido los únicos que han recibido mi cansada paciencia entre su aire.
Mírame muchacha, ya el gesto de mi abrazo ha hecho ramas en mis manos. Tengo cubierto el cuerpo de parásitas y llevo sobre mi espalda los cabellos crecidos de insectos y con aroma de orín. Mientras te hablo llegan a mí los pájaros que han construido su nido en mi voz con las pajas secas de mis venas.”
Felipe García Quintero publicó los libros de poesía Señales de Tránsito en 1997; Vida de nadie en la Editorial Altorrey de Madrid en 1999; Piedra vacía, en Ediciones de la Línea Imaginaria, Quito 2001; La herida del comienzo, en Ediciones Alhucema, Granada, 2005; Casa de huesos, una selección de poemas, publicada por Ediciones Gitanjali, en Mérida, Venezuela y más recientemente Honduras de paso, antología poética, de la misma editorial en 2007. De este último título, extractamos:
Sobre el muro
que divide el patio
entre oscuridad y presencia
algunas ramas asoman
hacia la calle
esas manos
cargadas de frutos
que los niños disputan con los pájaros
señalan el cielo
todas las noches
veo a los pequeños
intentar alcanzar
su regreso
cada uno quiere tomar
con su mano
el fruto que sus ojos tocan
el cielo devuelve
sus hojas
y mientras
caen
sus cuerpos crecen
la voz se enturbia
y bajan la mirada
la infancia es el árbol que niega sus dones.
Incursionó en el ensayo, Felipe García Quintero, y resultado de ese ejercicio son sus libros Finca raíz y propiedad horizontal: lectura del legado poético de Rafael Maya, en 1998; La vastedad inconclusa, en 2000; La ciudad de Dios, acerca de la pintura de Efraín Martínez, en 2003 y El cerco. Estudio y antología sobre la crítica del lenguaje en la poesía hispanoamericana del siglo XX, en 2005.
Pero su poesía se expande como el
Viento
1.
¿A quién tu mano busca?
¿Cuál cuerpo, en las alturas, desentierra tu cuerpo?
Tu voz ¿a quién nombra eterno?
2.
Lejos alguien dijo un día, ya sin voz:
Yo lo vi venir, a mis manos llegar.
Otro en su tarde adentro calla y asiente.
3.
Todo ya es latido y ceniza.
4.
Al aire te nombro.
Temblor
mancha pura de la voz.
Digo ardor
oquedad, delirio.
5.
Déjame en tu viaje acompañar mis pasos
soledad del mundo que entregas
¿Dónde tu puerta es ahora,
criatura del hambre,
si en ti mi carne fue comienzo?
En el presente, Felipe García Quintero, dirige la revista de poesía Ophelia, que fundó junto a los poetas Francisco Gómez Campillo y César Eduardo Samboní en 1995; es docente del Departamento de Comunicación Social de la Universidad del Cauca. Y sigue escribiendo.
jueves, 24 de septiembre de 2009
Alcaldada en Popayán
-Yo como concejal de Popayán, estoy de acuerdo con los proyectos que ha presentado el alcalde, hoy 22 de septiembre de 2009.
-¿Y quién no? Los proyectos son necesarios para la ciudad. Lo censurable es la forma como se van a hacer: entregarlos a empresarios particulares. ¿Por qué no crea el Municipio las empresas para ejecutarlos? Ahí está el ejemplo de Medellín con sus Empresas Públicas, que son técnicas y no politiqueras.
-El Alcalde dice que la Ley 142 lo obliga a contratar con empresas privadas.
-La Ley no obliga, recomienda. Dice que se debe hacer con entes especializados. ¡Pues que los cree! Así sería un servicio y no un negocio y las utilidades quedarían en el Municipio.
-Tenés razón: "eso, es falta de ignorancia."
miércoles, 23 de septiembre de 2009
Epigrama patojo
Cosa sabida y sin treta
es que en Popayán comulga
por cada nigua un poeta
y un prócer por cada pulga.
lunes, 21 de septiembre de 2009
Violín bogotano
Con ese humor sarcástico de los santafereños, en Bogotá, donde lo conocen muy bien, le dicen a Lucho Garzón, “Violín”. Porque se agarra con la izquierda y funciona con la derecha.
Yo, no leo
Llegué a las oficinas de
sábado, 19 de septiembre de 2009
jueves, 17 de septiembre de 2009
Tango
¿Que el tango es trágico? Ché, papusa, oí. ¿Que el tango es triste? Pianta de aquí. ¿Que el tango es romántico? Enfundá la mandolina. Con el tango los sentimientos se cantan y se bailan; las historias latinas alcanzan las alturas del arte, las emociones son epopeyas diarias, las tragedias son teatro humano de todos los humanos y el amor fluye, con los tropiezos que lo acrecientan.
La forma de sentir y percibir la vida, cambia con los pueblos latinoamericanos, pero la vida es la misma. Por eso nos identificamos en la música, en el arte, en la literatura; por eso las formas cambian, pero el vivir es el mismo. De ahí que nos doblegue un bolero, nos embriaguemos con una ranchera, bailemos con una salsa, un son o un vallenato y estiremos nuestra elegancia con un tango. Sin ser argentinos, nos confundimos con la tragedia, la tristeza y el romance que transitan por el tango.
Tenemos algo en común: somos latinos.
Lo dijo Cristopher Domínguez, crítico literario de México en la 22 Feria Internacional del Libro de Bogotá: Los escritores de nuestra América deberían ser más latinoamericanos en su literatura. Hoy las posibilidades son muy amplias de hacer nuestro, el arte de cualquier rincón de América, que cautive a los latinos.
Demos paso al tango. Mientras suena la música, veamos cómo opera la nostalgia del amor y la insensatez del desamor en versos cargados de tristes
Remembranzas
Letra: Mario Batistella
Música: Mario Melfi
Como son largas las semanas
cuando no estás cerca de mi,
no sé que fuerzas sobrehumanas
me dan valor lejos de ti.
Muerta la luz de mí esperanza
soy como un náufrago en el mar
sé que me pierdo en lontananza
mas no me puedo resignar.
¡Ay! Que triste es recordar
después de tanto amar,
esa dicha que pasó,
flor de una ilusión
nuestra pasión
se marchitó.
¡Ay! Olvida mi desdén
retorna dulce bien,
a nuestro amor,
y volverá a florecer
nuestro querer
como aquella flor.
Tanto el hombre como la mujer ansían un amor y cuando éste se encuentra, no hay dicha mayor; viene la etapa del ensueño mientras se alcanza la posesión. Todo esto lo expresa el poeta en palabras sencillas, en ilusiones cantadas, cuando llegue
El día que me quieras
Letra: Alfredo Lepera
Música: Carlos Gardel
Acaricia mi ensueño
el suave murmullo de tu suspirar,
cómo ríe la vida
si tus ojos negros me quieren mirar;
y es mío el amparo
de tu risa leve, que es como un cantar…
ella aquieta mi herida,
todo, todo se olvida…
El día que me quieras
la rosa que engalana
se vestirá de fiesta
con su mejor color.
Al viento las campanas
dirán que ya eres mía,
y locas las fontanas
se contarán su amor.
La noche que me quieras
desde el azul del cielo
las estrellas celosas
nos mirarán pasar,
y un rayo misterioso
hará nido en tu pelo,
luciérnaga curiosa
que verá que es mi consuelo.
El día que me quieras
no habrá mas que armonías,
será clara la aurora
y alegre el manantial,
traerá quieta la brisa
rumor de melodías
y nos dirán las fuentes
su canto de cristal.
El día que me quieras
endulzará sus cuerdas
el pájaro cantor
florecerá la vida
no existirá el dolor.
Enrique Santos Discépolo, es considerado el poeta del tango por esa aproximación que tiene del drama humano que expresa el tango. Pero Santos Discépolo se refiere al trajinar del hombre en su camino de progreso y sabe que no es un sendero abierto, que todo logro implica lucha y esfuerzo. Antes que drama, Santos Discépolo, describe el esfuerzo individual contra una sociedad amarrada por prejuicios y traiciones, engaños y rechazos, exclusiones y perversiones.
Ante la imposibilidad de cambiar a la sociedad, el hombre individual debe dejarse engullir por ella.
Uno
Letra: Enrique Santos Discépolo
Música: Mariano Mores
Uno busca lleno de esperanzas
el camino que los sueños
prometieron a sus ansias.
Sabe que la lucha es cruel y es mucha,
pero lucha y se desangra
por la fe que lo empecina.
Uno va arrastrándose entre espinas,
Y en su afán de dar su amor
Sufre y se destroza, hasta entender
que uno se ha quedao sin corazón.
Precio de castigo que uno entrega
Por un beso que no llega
o un amor que lo engañó;
vacío ya de amar y de llorar
tanta traición…
Si yo tuviera el corazón,
el corazón que dí;
si yo pudiera como ayer,
querer sin presentir…
Es posible que a tus ojos,
que hoy me gritan su cariño,
los cerrara con mis besos
sin pensar que eran como esos
otros ojos los perversos,
los que hundieron mi vivir…
Si yo tuviera el corazón,
el mismo que perdí;
si olvidara a la que ayer
lo destrozó y pudiera amarte…
Me abrazaría a tu ilusión
para llorar tu amor…
En el escalón de los ochenta años, Jorge Luís Borges dijo: “Yo, de chico, he visto bailar con corte a dos hombres, en las esquinas. Porque ninguna mujer iba a bailar eso que era un baile infame.” Te equivocaste, ché Borges; a eso te reprocho con una frase de alguien, que sabía qué era el tango y qué era el baile; dijo de él: “El tango es una forma elegante de caminar.”
miércoles, 16 de septiembre de 2009
¡Qué susto!
Alberto era un conductor del antiguo Servicio de Salud del Cauca, quien se desplazaba por toda la geografía departamental, transportando médicos visitadores y personal de campañas de salud. En uno de estos viajes, después de quince días de ausencia, llegó a las siete de la noche y encontró que había un velorio en su casa.
Palideció, pensando lo peor: ¡Se murió mi mamá! ¡Se murió mi papá! Con angustia penetró hasta la sala donde estaba el féretro y, al frente, de pie, estaban su papá y su mamá.
-¡Papá! ¡Por Dios!, ¿qué pasó?
-¡Qui`hubo mijo! No, es que el vecino de enfrente se murió y sus familiares nos pidieron permiso para velarlo aquí, porque allá no cabían.
martes, 15 de septiembre de 2009
Plutarco Elías Ramírez
En el municipio del Patía, cabecera municipal de El Bordo, departamento del Cauca, en la república de Colombia, el 17 de abril de 1933 nació Plutarco Elías Ramírez, escritor y poeta, hijo de Mariano Ramírez y Ernestina Córdoba.
Plutarco Elías, se desplaza a Popayán a estudiar, primero en la escuela privada de Roberto Casas, luego en la escuela San Camilo regentada por los Hermanos Maristas. (Es una insistente casualidad, pero quienes fueron orientados, en su niñez por estos cultores, en su edad madura practicaron la rebeldía. Pasó con Plutarco Elías Ramírez.) Hizo sus estudios secundarios en el Colegio Champagnat, en el Liceo de La Universidad del Cauca y finalmente los culminó en Bogotá.
Su infancia fue, como luego, en la adultez, la describió:
Un día yo fui niño
Un día yo fui un niño…
Y sentí la tristeza de los viajes sin rumbo.
Yo era un niño y quería ser marino.
¡Y no conocía el mar!
Y sabía la nostalgia de las playas
cuando un barco se va,
cuando un atardecer ojos y labios
se dan un adiós,
cuando el mundo naufraga en una lágrima
porque el amor se va y no volverá.
Yo era un niño;
y tuve miedo
de mirar más allá…!
La obra poética de Plutarco Elías Ramírez está llena de desgarramientos por la época convulsionada que le tocó vivir: las décadas de 1940 y 1950 que asediaban con violencia los campos colombianos.
En su libro Lo que me dijo el pueblo, exalta el dolor de vivir, canta a la vida y hace la denuncia por el enfrentamiento fratricida en Colombia. Plutarco Elías Ramírez, adopta el discurso y sigue el camino trazado por los poetas Pablo Neruda, Maiacovski, Miguel Hernández, Walt Witman y Nicolás Guillén en contra de las guerras. Un poema lo expresa:
Un día me fui
Un día me fui de la ciudad dejando
las suelas de mis zapatos hechas polvo
sobre las calles.
Me fui cayendo a trozos y rodando.
Dejé lo que no tuve y lo vivido.
Me fui de mi mismo y de mi cuarto.
Dejé las tardes en su sitio, andantes.
Dejé las noches, agrias de candela.
Y me quedé con mis impulsos grandes,
mi barba roja y mi ruda corteza esperanzada.
Me fui desde la amada desamada.
Desde mi sexo amargo.
Y me llevé mis garras tempestuosas
y mi hambre caminante y agrietada.
Me fui desde el pasado y el presente,
con mi sola esperanza atormentada,
a vivir una vida grande y dura,
a morir una muerte dura y grande.
¡Vivir entre mi pueblo, aunque a piltrafas!
¡Morir junto a mi pueblo, aunque de rastra!
Plutarco Elías Ramirez, el poeta bordeño, vivió en eterna búsqueda y en permanente rebeldía. Escribió y publicó en 1960 su poemario, Amor entre las calles; luego, escribió sin publicar Soledades Urbanas, Cantos de la soledad y Colillas. Perseguido y encarcelado, se asila en Cuba donde estudia Filosofía y letras; continúa su labor de escritor en forma profesional y elabora una monografía sobre Colombia. La muerte aparece un 23 de noviembre de 1968; lo sorprende sin avisar. Para ese instante, Plutarco Elías Ramírez había escrito
Tu adiós
Amada:
Para el día en que dejes de amarme
¡niégame hasta el recuerdo!
Se implacable mi amor.
quítame todo,
no me des ni un suspiro de adiós,
ni un bondadoso segundo de silencio,
ni una lágrima apenas de limosna.
El día en que te vayas para siempre
no vuelvas la cabeza siquiera,
échate tierra en los ojos
y lunas y mordazas,
para no saber ya cómo me quedo.
El día en que te arranques de mis brazos
no me pidas permiso,
ni me ofrezcas adioses,
ni consueles mi angustia,
ni me demuestres futuras esperanzas.
Mirando alto, tan sólo,
ándate pronto,
muy dueña de tus pasos.
Amada:
Para el día que ya no me quieras,
niégame hasta el recuerdo,
mátame hasta en la sombra,
¡y ándate tan sólo!
lunes, 14 de septiembre de 2009
Rectificación no pedida
Lo dijo la ministra de educación Cecilia María Vélez el 1 de febrero de 2009 en el programa de RCN, “Nuestro Tiempo”, que se transmitía de 8 a 9 de la mañana los domingos, cuando se refería al concurso de cuento infantil en el marco del llamado Hay Festival:
“Los niños tienen gran imaginación pero hemos notado unas falencias. Vamos a reforzar esas falencias”.
El periodista que interrogaba, se perdió una linda oportunidad de rectificar a la ministra, en vivo. Es posible que no la oyera bien o que detentara una limitación del lenguaje, igual o mayor que la de la ministra. Aunque, para el caso, en este régimen, rectificar a un ministro no es ninguna gracia.
viernes, 11 de septiembre de 2009
Lección de español
-Juanito: si yo digo no pudo haber sucedido, ¿qué tiempo verbal tengo?
-Preservativo imperfecto, señorita.
lunes, 7 de septiembre de 2009
¡Yo no tomé cerveza!
En reunión académica, fuera del colegio, unas distinguidas señoritas de al menos 13 años, aprovecharon el recreo para ir a una tienda del barrio y comprar unas cervezas. Las niñas, no acostumbradas a estas bebidas mayores, se marearon con dos botellas y hubo padres de familia que pusieron la queja a la hermana superiora del colegio, rectora de la institución religiosa.
La rectora, citó al otro día al grupo implicado en el asunto y procedió a instaurar la frágil inquisición:
-¡Primero, levanten la mano las niñas que no tomaron cerveza!
Algunas lo hicieron, entre ellas la más chiquita que aclaró:
-Yo no tomé, señora directora, pero fue porque no me quisieron dar.
Frases de borracho
“A mi nadie me obliga a comer cuando me da la gana”