Un
payanés, acosado por las deudas, decidió vender su finca de La Venta de
Cajibío. Por situación de orden público la finca estaba devaluada y no se
conseguían vendedores. Finalmente tras mucha insistencia publicitaria
aparecieron potenciales compradores de Cali.
El
payanés los acompañó a hacer el recorrido, pero siempre temía que le hicieran
la pregunta clave. Les mostró la casa, los abrevaderos, las caballerizas, el
entorno de bosque, las pequeñas lagunas y los sembrados de guadua. Los posibles
compradores hicieron las preguntas de rigor sobre la situación legal de la
propiedad, las facilidades de desplazamiento y el precio, hasta que llegó la
pregunta crucial:
-Señor,
¿y por aquí hay guerrilla?
-No.
No hay, Pero si quiere, se la conseguimos.
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