jueves, 14 de marzo de 2013

Química pura


Otro doctor, que tenía más títulos que una fábrica de lápidas, llegó al único restaurante que tenía Almaguer, Cauca, por esos tiempos de  mulas, caballos y bueyes, con su flamante cartón de ingeniero químico.

Entonces pidió algo novedoso:

-Tráigame un vaso de Hache dos O.

La dependiente se extrañó y le comunicó a la dueña la novedad. De inmediato ésta pasó al internado femenino y le preguntó a la directora, quien le aclaró que eso era simplemente agua.

La dueña, en persona, sirvió el agua en un vaso de cristal con un pitillo.

El doctor se extrañó y trató de corregirla:

-¿Y para qué me sirve el Hache dos O con un pitillo?

-Para que se lo meta por el Ce – U – eLe – O

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