miércoles, 20 de marzo de 2013

La momia que corre


En la esquina de la torre del reloj de Popayán, Colombia, se hacía un artista que dominaba el movimiento corporal disfrazado de momia, con la intención de conseguir unos pesos del público que admiraba su talento de estatua viva.

Había transcurrido media mañana, cuando un gamín, se alzó con la alcancía de los aportes y salió a correr. De inmediato la momia recuperó el movimiento y en veloz carrera, alcanzó al pelafustán y recuperó el producto de su esfuerzo.

Esa vez, las gentes no lo podían creer: Existía una momia que corría más rápido que un pequeño ladrón. 

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