He retomado un pensamiento de Giovanni Quessep para
expresar una línea de conducta que ya no siguen los escritores jóvenes. Ahora
es moda interpretar sin argumentos propios, orientar sin brújula, confundir con
sus confusiones, entre los escritores y periodistas nuevos.
También caen en esto algunos viejos.
Un columnista, Felipe Zuleta Lleras, se atrevió a decir que ellos, los columnistas, eran los
orientadores de la opinión pública. ¡Qué desfachatez!
Los columnistas son
simples opinadores, como lo pueden ser los lectores que piensan y tienen su
propia opinión. Estos periodistas hasta se arrogan la facultad de agredir e
insultar a sus lectores.
Pero lo grave está en los escritores jóvenes que
desconocen la política y lanzan juicios políticos, desconocen su país y sientan
dogmas sobre agitaciones sociales, desconocen el mundo –a pesar de la Internet–
y repiten tesis que emiten los imperios, estos sí con clara intención de
engañar.
Bien decía Giovanni:
No es escritor quien no
tiene perspectiva ni visión del entorno del mundo en que vive.
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