El 10 de enero supe que el amigo de muchas horas felices falleció
el pasado 23 de diciembre de 2012: Edgar Zules Astudillo.
Fue una muerte
repentina, un infarto fulminante, que lo postró ese domingo en el barrio Camilo
Torres, cerca de su casa paterna. No había quien lo auxiliara como era debido.
Fue, para mí, un dolor agudo por una persona que estimaba entrañablemente.
Todas las muertes son esperadas, pero uno no está preparado para afrontarlas.
Como todo absurdo, nunca esperamos que pase, pero pasa y no nos cansamos de
sorprendernos…y de llorar.
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