jueves, 17 de mayo de 2012

Trapo barato


Una señora, recatada, vestida de blanco inmaculado, que siempre abordaba el bus y pedía que la llevaran por la tercera parte del valor, llegó a una silla que consideró empolvada y exigió al conductor que le pasara algo con qué limpiarla. 

El conductor le pasó un trapo, oscuro, que había sido rojo y estaba untado de grasa. La señora se ofuscó:

-¡Ese trapo está más sucio que la silla!

-Señora, no hay más y por el precio que paga, menos–. Respondió el conductor.

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