miércoles, 9 de mayo de 2012

Las maniobras del buen gobierno


Está comprobado, y estamos convencidos, de que las estadísticas sirven para transformar mentiras a verdades, en la Administración Pública.

Pero en este gobierno, de los anuncios y las denuncias, refuerzan las estadísticas con las declaraciones de los ministros. Debe haber una lógica del gobernante que se opone al simple raciocinio del ciudadano común: lo que el poder pregona como cierto, es pura falsedad en sus gobernados y al revés.

Hace unas semanas, la Ministra de Educación denunció un fraude en los colegios y no tuvo ningún rubor en afirmar:
“Tenemos más de ciento cincuenta mil niños fantasmas que han sido identificados”. Bueno, eso de identificar niños fantasmas no es capaz de hacerlo ni la CÍA, ni siquiera el mentalista que se acabó de presentar en el Teatro Municipal de Popayán.

El flamante Ministro de Justicia declaró cual pontífice infalible:
“Aquí no hay prisioneros de guerra porque aquí no hay guerra”.  Si en Colombia no hay guerra, ese enfrentamiento entre dos partes, que produce muertos todos los días, es un delirio que nos hemos inventado, que nos mantiene pegados del televisor como en una película de terror. Parece que no es real. El Ministro de Justicia contradice al de Defensa quien todos los días da partes de guerra contra el narcotráfico, contra la delincuencia, contra el terrorismo. Si se hablaran los dos ministros y convenciera el primero al segundo de que aquí no hay guerra, posiblemente tendríamos paz.

Pero lo más insólito lo acaba de protagonizar el inefable recién nombrado Ministro de Vivienda. Descubrió que hay pobres entre los pobres, pero resultaron poquitos, tanto, que hasta les van a dar casas gratis en cantidad de cien mil. Claro que las expectativas en votos llegan a siete millones de miserables, que sumados a los cinco millones de Familias en Acción, ya está listo el caudal electoral para reelegir al señor Santos o, en su defecto, elegir al señor Vargas Lleras. La pobreza y la miseria sirven para acumular votos entre delfines. Si fuera un gobierno de izquierda, los medios masivos de prensa estarían despotricando que esto es populismo barato, pero como es un gobierno de derecha, dicen que son acciones de Estado.

Finalicemos con un episodio amable.

El Ministro de Trabajo aseguró que el empleo virtual bajará los índices de desocupación del país. Ahora resulta que no hay desempleo, sino desocupación. Con este sofisma bajará el desempleo a un dígito: un desempleado por treinta millones de ocupados, incluidos los que buscan empleo, a partir de hoy, por Internet.

¡Las maniobras del buen gobierno!

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