jueves, 31 de mayo de 2012

La estupidez del fútbol


Los fanáticos del fútbol
llegaron al estadio
a gritar de su equipo el gol
y vituperar al contrario.

Ese fanatismo, untado de religión,
quiere desaparecer al contrario,
considerarlo enemigo o matón,
cuando es apenas, otro cavernario.

miércoles, 30 de mayo de 2012

Apología de la violencia


La televisión colombiana anuncia la apología del señor Pablo Escobar, mediante una serie que durará lo mismo que la sintonía quiera.

No es de extrañar que los grandes medios de comunicación tengan el derecho de exaltar la violencia en un país violento; eso da utilidades económicas.

Pero hay una interpretación acomodada de lo que es la apología de la violencia. Hace unos meses, el señor Francisco Santos hizo una extensa entrevista por la cadena RCN al señor Popeye, uno de los lugar-tenientes del señor Pablo Escobar. En ese extenso reportaje se hizo un descarnado repaso de los años de crímenes y asesinatos cometidos por Popeye, atendiendo las órdenes de su patrón. No podía ser mayor de macabra la descripción, que ese día RCN alcanzó un nivel de sintonía sin precedentes. Para no quedarse atrás, el periodista Darío Arizmendi de Caracol, hace unas semanas entrevistó a Salvatore Mancuso. También en este caso las descripciones fueron horrorosas, y dichas como se cuenta un cuento inocente. Sobra decir que la sintonía alcanzó un record importante.

En los dos casos anteriores no funciona eso de hacer apología de la violencia. Se trata de periodistas eminentes en medios sin tacha a quienes les importa menos que una juventud encuentre en el crimen, servido como ejemplo de virilidad, la razón de su existencia.

Ahora se llevará a la televisión la vida, obra y milagros de Pablo Escobar, sin ninguna oposición de los defensores de los televidentes, ni de las organizaciones que propagan las buenas costumbres, ni de las asociaciones religiosas que se oponen a las muertes violentas.

Aquí opera la cuestionada libertad de expresión. 

Me pregunto –preguntas que se hace uno para caminar el filo de la fantasía–, ¿que pasaría si a un cineasta le diera por llevar a la pantalla chica la vida y obra de Manuel Marulanda Vélez?

jueves, 24 de mayo de 2012

Colombia: la rectitud perdida


En Colombia varias cosas, hacer no debe:

Así haya visto el crimen, servir de testigo;
menos, familia incluida, posar de codeudor;
prestar plata, así se trate del mejor amigo;
ni porque le sobren reales, actuar de fiador.

En el primer caso, por acción honrada,
seguro usted, cual menso, pague cana
por creer en la justicia acomodada
que opera sólo, para los de ruana.

En el segundo, vióse en Historia,
de gente fiel y fina
que por obras de misericordia
quedaron en la ruina.

En el tercero, el tipo no pagó.
Le pusieron rótulo de amigo,
y, por el favor hecho, usted quedó
sin plata y con clásico enemigo. 

Para el cuarto, inexperiencia niegue:
Llegaron con lágrimas de cocodrilo
para que su patrimonio usted juegue.
Y, perdido ya, tensado quedó por un hilo.

miércoles, 23 de mayo de 2012

Ante la ausencia de Carlos Fuentes


El pasado 15 de mayo de 2012 falleció el escritor mexicano Carlos Fuentes, considerado por muchos como digno de recibir el premio Nobel de Literatura.

Carlos Fuentes se distinguió por la abundancia de su obra, aunque no por la calidad artística. Pretendió ser político y sólo alcanzó las mieles que recogen los áulicos. Como escritor dijo lo que querían oír los usurpadores del poder, los mismos que lo encumbraron como escritor, pero no les alcanzó para su coronación máxima. Su pensamiento, que pretende ser innovador, llega a defender lo mismo que defienden los conservadores, en egoísta exclusión, cuando logran el bienestar que otorga el dinero y las canonjías.

Tal vez los académicos que califican para el premio Nobel, dudaron, en el año 2010, otorgar la máxima distinción entre Mario Vargas Llosa y Carlos Fuentes; porque, tal parece, que era obligatorio premiar a un escritor latinoamericano, por aquello del mercado. Y, tal vez, si ganó Mario Vargas Llosa fue por su condición de político derrotado porque igual cantidad y calidad de literatura tenía el uno y el otro. (Con decirles que Vargas Llosa en su novela El sueño del celta, repite hasta el aburrimiento la expresión “se llenaron sus ojos de lágrimas”.)

Si algún mexicano merecía el premio Nobel, ese fue Juan Rulfo, artífice de una literatura excelsa, de donde muchos escritores americanos sufrieron una saludable influencia. A Rulfo no se lo dieron porque no acreditaba cantidad. Torpeza de académicos, como si escribir mucho es sinónimo de escribir bien; pero, además, Rulfo nunca fue lisonjero de los políticos, ni necesitó de ellos, como tampoco necesitó del Nobel para ser considerado un autor clásico de la lengua castellana.

Carlos Fuentes pasará a la historia como un escritor prolífico, como un ejemplo de permanente actividad hasta más allá de la vejez; y es admirable su dedicación al oficio. También será ejemplo del escritor político partidista que sacrifica el arte por las satisfacciones mundanas del poder.

Ahora, con su fallecimiento, puede abrir la discusión, entre el compromiso de escribir con arte, para ser leído por todos los públicos y en todos los tiempos, y el afán de escribir para unos cuantos potentados que, seguro, olvidarán bien pronto las lisonjas; olvidarán lo escrito y a su autor mucho antes de que se enfríen sus cenizas salidas del crematorio.

jueves, 17 de mayo de 2012

Trapo barato


Una señora, recatada, vestida de blanco inmaculado, que siempre abordaba el bus y pedía que la llevaran por la tercera parte del valor, llegó a una silla que consideró empolvada y exigió al conductor que le pasara algo con qué limpiarla. 

El conductor le pasó un trapo, oscuro, que había sido rojo y estaba untado de grasa. La señora se ofuscó:

-¡Ese trapo está más sucio que la silla!

-Señora, no hay más y por el precio que paga, menos–. Respondió el conductor.

miércoles, 16 de mayo de 2012

Homenaje a las madres


Se envejeció mi mamá.

Verla encorvada, frágil, con su arrume de huesos débiles, mirando un horizonte cada vez más estrecho, me obliga a ser tierno, y a comprender que nacimos y vivimos para morir.

Hace años, que nos parecen breves, esa mujer era bella y joven.

Encendía el fuego de la vida, la pasión, que hizo posible el tránsito de niña a mujer y de mujer a madre. Que propició el milagro de crear nuevas vidas, que permitió que conociéramos este mundo, para algunos, llamado valle de lágrimas y, para otros, más reales, el lugar de nuestros sueños y de nuestra existencia. Gracias mamá por traerme a vivir esta aventura alucinante; gracias mamá por darme esta vida maravillosa.

Hace años, que nos parecen añoranzas, no creíamos que mi mamá se fuera a morir.

Siendo niños, esa madre era la protección definitiva contra los espantos, la que nos resguardaba de todo mal, la que sanaba nuestro cuerpo contra las locuras infantiles, la que nos castigaba con ternuras.  Mamá, la depositaria de nuestras quejas, era invencible contra los tormentos que nos hacían llorar. Era el escudo opuesto a la ferocidad de papá. Nada maligno sobrepasaba la altivez de mamá. Era fuerte y hermosa, dos armoniosos argumentos la engalanaban para ganar el lance por la protección de sus hijos. Era eterna y no se podía morir.

Hace años,  que nos parecen tardíos recuerdos, era nuestra consejera permanente.

Siempre les dijo a las hijas mujeres que consiguieran de marido a un hombre que sirviera para algo más que para mantenerlo. “Un hombre que sabe trabajar, siempre es un buen hombre”, les decía con la autoridad de lo aprendido.  Mamá, a los varones, nos recomendaba para el casorio a las damas que supieran cocinar, barrer y planchar, aunque no fueran bonitas. Y ahí saltó nuestra rebeldía de hombres como la primera oposición a su mandato: “¿Y, entonces, las bonitas para quiénes son?”.

Mamá, en medio de sus errores, siempre tuvo razón. Sin adornos y con valor, expresó lo que sentía por el bien de sus hijos.

Hoy nos parece imposible que tan pocos años de toda una vida hayan doblegado a mi mamá.

Verla frágil entre aguas y remedios, entre sábanas y abrigos, con esa lentitud apacible de la vejez, con la certeza del final en cualquier día, nos desata la ternura, nos sinceramos con nuestros sentimientos y la abrazamos con la misma delicadeza con que acariciamos una porcelana, y la besamos como a la eterna causa de nuestra existencia. 

¡Gracias mamá por estar viva!

miércoles, 9 de mayo de 2012

Las maniobras del buen gobierno


Está comprobado, y estamos convencidos, de que las estadísticas sirven para transformar mentiras a verdades, en la Administración Pública.

Pero en este gobierno, de los anuncios y las denuncias, refuerzan las estadísticas con las declaraciones de los ministros. Debe haber una lógica del gobernante que se opone al simple raciocinio del ciudadano común: lo que el poder pregona como cierto, es pura falsedad en sus gobernados y al revés.

Hace unas semanas, la Ministra de Educación denunció un fraude en los colegios y no tuvo ningún rubor en afirmar:
“Tenemos más de ciento cincuenta mil niños fantasmas que han sido identificados”. Bueno, eso de identificar niños fantasmas no es capaz de hacerlo ni la CÍA, ni siquiera el mentalista que se acabó de presentar en el Teatro Municipal de Popayán.

El flamante Ministro de Justicia declaró cual pontífice infalible:
“Aquí no hay prisioneros de guerra porque aquí no hay guerra”.  Si en Colombia no hay guerra, ese enfrentamiento entre dos partes, que produce muertos todos los días, es un delirio que nos hemos inventado, que nos mantiene pegados del televisor como en una película de terror. Parece que no es real. El Ministro de Justicia contradice al de Defensa quien todos los días da partes de guerra contra el narcotráfico, contra la delincuencia, contra el terrorismo. Si se hablaran los dos ministros y convenciera el primero al segundo de que aquí no hay guerra, posiblemente tendríamos paz.

Pero lo más insólito lo acaba de protagonizar el inefable recién nombrado Ministro de Vivienda. Descubrió que hay pobres entre los pobres, pero resultaron poquitos, tanto, que hasta les van a dar casas gratis en cantidad de cien mil. Claro que las expectativas en votos llegan a siete millones de miserables, que sumados a los cinco millones de Familias en Acción, ya está listo el caudal electoral para reelegir al señor Santos o, en su defecto, elegir al señor Vargas Lleras. La pobreza y la miseria sirven para acumular votos entre delfines. Si fuera un gobierno de izquierda, los medios masivos de prensa estarían despotricando que esto es populismo barato, pero como es un gobierno de derecha, dicen que son acciones de Estado.

Finalicemos con un episodio amable.

El Ministro de Trabajo aseguró que el empleo virtual bajará los índices de desocupación del país. Ahora resulta que no hay desempleo, sino desocupación. Con este sofisma bajará el desempleo a un dígito: un desempleado por treinta millones de ocupados, incluidos los que buscan empleo, a partir de hoy, por Internet.

¡Las maniobras del buen gobierno!

viernes, 4 de mayo de 2012

Aplazamiento indefinido


A algunos amigos les da por enfermarse de improviso. Sucedió con Alonso; se descuidó con su diabetes que lo mandó a cuidados intensivos de nuestro hospital, antesala del viaje eterno, pero se lo aplazaron:

-Golpeé las puertas del infierno y me dijeron que no podían recibirme porque me faltaba pecar más. Ahora sé que voy a vivir un jurgo: quien se dedica a pecar, se dedica a vivir. 

miércoles, 2 de mayo de 2012

Otra vez los accidentes de tránsito


Duele, con dolor impotente, que haya muertos jóvenes en absurdos accidentes de tránsito. La semana pasada fueron cuatro jóvenes enfermeras que hacían estudios superiores en Popayán y laboraban en Santander de Quilichao.

Siempre se atribuye a imprudencia de los conductores esas nefastas consecuencias y hay en ello mucho de razón. Pero también hay que considerar otros aspectos donde tiene cabida la responsabilidad de un Estado.

La llamada autopista panamericana es panamericana pero no es autopista. No puede serlo una vía de una calzada, con excesivas y peligrosas curvas, por terrenos montañosos, con alto tráfico pesado y liviano, con un trazado hecho por políticos y no por ingenieros.

Para ser de verdad una autopista panamericana debe tener especificaciones tales como doble calzada de mínimo tres carriles, construida preferiblemente sobre valles –en este caso los valles de los ríos Cauca y Patía–, con bahías de descanso, con señalización técnica, que esté acorde con las nuevas especificaciones de los vehículos modernos. Pero en nuestro Estado, donde todas las obras las ejecuta la corrupción, los ingenieros de vías no tienen cabida. Aquí se volvió demasiado pedir, carreteras y vías modernas  porque el dinero no alcanza para construirlas y satisfacer los bolsillos de los políticos corruptos enquistados en el poder.

Así las cosas, se volvió utopía la doble calzada Santander de Quilichao–Popayán–Ipiales, la carretera al mar, la carretera Popayán–Neiva, la simple variante Timbío–El Estanquillo. Sin embargo nos meten el cuento de la competitividad internacional frente a países como Ecuador y Venezuela, donde sí hay verdaderas autopistas.

No se debe desconocer la responsabilidad de un Estado que lleva más de diez años de atraso en vías de comunicación y conduce a incongruencias como transitar con vehículos de altas especificaciones por verdaderas trochas.

Nos duele la indolencia de nuestro Estado, pero más nos duele la muerte de una juventud promisoria, a causa de esa indolencia.