miércoles, 1 de febrero de 2012

Sobre el Hay Festival de literatura


El arte, como suprema expresión del genio humano, debe estar por encima de cualquier interés político y religioso.

Esta afirmación es conveniente recordarla a propósito del llamado Hay Festival, encuentro de literatura realizado el fin de semana último en Cartagena.

Me dio pesar, por el futuro de las artes en Colombia, escuchar declaraciones de los artistas, en este caso escritores; unos viejos, a quienes se les podría atribuir senilidad política y otros jóvenes –y es lo más triste– pensando como sus caducos orientadores. Los escritores –especialmente los jóvenes– deben ser conscientes de que su orientación política apunta a su fuero privado y su arte se debe al público, sin contaminación política ni religiosa. Tampoco se trata de hacer el arte por el arte; se trata de testificar una época, la misma que vive el artista.

Voy a citar ejemplos insignes para ilustrar el asunto:

Miguel Ángel, el genio italiano, creó esculturas bellísimas de personajes bíblicos. Las esculturas están hechas para verlas y disfrutarlas como arte, nunca para propiciar un adoctrinamiento religioso. Son admiradas por los turistas de todas las religiones, que viajan a Italia.

Jorge Luís Borges, con su literatura expone el arte de narrar en su grado máximo con imaginación, lenguaje preciso e ideas universales. Su orientación política, que se sitúa a la derecha, no penetra en sus textos. Alguna vez cometió el error de alinearse públicamente con la junta militar de Argentina y por el rechazo tan fuerte de sus propios lectores, corrigió esa decisión; después, cuando lo abordaban los periodistas para hacerle definir su ideología política, hacía uso de la ironía para evitar compromisos incómodos. Su tendencia política la dejó en el clóset privado.

En el Hay Festival de Cartagena, el señor Carlos Fuentes, escritor mexicano, se atrevió a afirmar que el señor Juan Manuel Santos es el mejor presidente de América Latina.
Sin conocer sus obras, me asaltan dos inquietudes: El señor Fuentes es un político que escribe, o un escritor que debe su éxito a las lisonjas que reparte. En ninguno de los dos casos podemos encontrar el arte.

Lo grave del asunto es que escritores nuevos como Santiago Gamboa y Juan Gabriel Vásquez, colombianos de prestigio bien ganado, sigan por la misma senda trazada por estos viejos equivocados, que creen haber cruzado la línea de la excelencia y se otorgan licencia hasta para manosear el arte.

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