viernes, 5 de noviembre de 2010

El desayuno de “Chancaca”.

En Popayán, algunas de nuestras damas tienen la costumbre de usar la caridad para satisfacer su filantropía y atenuar la conmiseración por las desgracias ajenas, pero a veces les sale al revés.
Doña Lucía Nates tenía la permanente costumbre de auxiliar al bardo de los pobres, como se llamaba al popular “Chancaca”. En uno de estos lances la señora estiró veinte pesos y le advirtió:

-Bueno “Chancaca”: ahora no te los vas a beber, son para que te metás un buen desayuno.

El músico de flauta, con su voz atiplada y chispa adelantada respondió:

-Misiá Nates, si lo que usted quiere es que yo desayune, le cuesta más.

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