sábado, 6 de abril de 2013

¿Me bajo del caballo o sigo?


En los tiempos que se estilaba la existencia de inspectores de policía en los corregimientos de Colombia, sucedió que Floresmilo, dada su afición a las bebidas espirituosas, ejercía el cargo permanentemente borracho.

El alcalde de Almaguer, Cauca, ante la imposibilidad de destituirlo, se dio a la tarea de aburrirlo para que voluntariamente renunciara. Comenzó con un telegrama:

POR RESOLUCIÓN NUMERO TAL EL ALCALDE ORDENA SU TRASLADO PARA GUACHICONO PUNTO SÍRVASE TOMAR POSESIÓN PUNTO

Arrancó Floresmilo para Guachicono. Cuando llegó allí se encontró con otro telegrama similar que ordenaba su traslado para Caquiona. Una vez en Caquiona el telegrafista le entregó el telegrama que lo trasladaba para EL Tablón.

Iba camino, en mula, para El Tablón, cuando el telegrafista de Almaguer, amigo de farras, le invitó a un trago. En principio Floresmilo se negó, pero pudo más el placer atrasado y acordó con Primo Rúrico, quien invitaba, antes de sentarse a libar, poner un telegrama al alcalde que decía:

¿ME DESMONTO O SIGO?    

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