sábado, 16 de febrero de 2013

No es para tanto


El negro Apolonio estaba enamorado de Esterlina y le propuso matrimonio.

-Esterlina, ¿vos querés ser mi mujer?

La negra, en plan de rechazo, puso sus difíciles condiciones:

-Mirá, negro: para que vos seás mi marido, tenés que tener casa, carro, finca y una herramienta de 20 centímetros, ¿oiste?

Se quedó pensando el negro y vio que podría ser, salvo una cosa:

-Esterlina, pues yo casa tengo, no es muy grande pero ahí cabemos; carro, lo voy a conseguir con mi tío Jeremías; finca, tengo la de mi abuelo que ahora está descuidada pero la puedo poner a producir. Lo que me parece difícil es que para tener una herramienta de 20 centímetros tenga que cortarme doce.

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