miércoles, 21 de diciembre de 2011

Burocracia india moderna


En las épocas de la gobernación de don Floro Tunubalá, se agudizó el proceso burocrático hasta volverlo soez.

Un abogado que no tenía nada de indio –sólo el olor–, nada de negro –ni los ojos–, estaba adelantando un acuerdo jurídico por una importante deuda bancaria del mandatario, éste sí indio. Cuando tuvo listo el acuerdo para la firma del deudor gobernante, se presentó en el edificio de la gobernación del Cauca. Lo recibieron los recepcionistas, asesores y consejeros en manada y le dieron el turno para entrevistarse con el gobernador. 

El abogado al ver el turno que le asignaron, atinó a escribir una pequeña nota que deslizó ante la secretaria india, más próxima al mandatario, que decía:
“Don Floro: Tengo el acuerdo de su pago con el banco que quería protocolizar hoy, pero como me tocó el turno mil veintiuno entonces vendré dentro de seis meses”.

Sobra decir que don Floro mandó a un policía a detener al abogado, antes de que abandonara las instalaciones, para que ingresara con máxima prioridad al despacho gubernamental.

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