sábado, 14 de septiembre de 2013

Matrimonio en pañales

Doña Estereopinta acababa de cumplir con el sacramento de la confirmación para poder casarse como la iglesia católica manda. 

Su marido de siempre, por las vías naturales, y futuro esposo por las artes eclesiásticas, deambulaba en Bogotá consiguiendo recursos con sus primos políticos para el casorio. Pero ya la fecha concertada para el acontecimiento estaba muy próxima, y Mauro Miguel, el novio, no enviaba el giro para la compra del vestido de la novia. 

En plena desesperación por la tardanza, Estereopinta, redactó un telegrama explícito a su marido que decía:


TENGO AL OBISPO ENCIMA Y YO DESNUDA PUNTO

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