sábado, 16 de febrero de 2013

No es para tanto


El negro Apolonio estaba enamorado de Esterlina y le propuso matrimonio.

-Esterlina, ¿vos querés ser mi mujer?

La negra, en plan de rechazo, puso sus difíciles condiciones:

-Mirá, negro: para que vos seás mi marido, tenés que tener casa, carro, finca y una herramienta de 20 centímetros, ¿oiste?

Se quedó pensando el negro y vio que podría ser, salvo una cosa:

-Esterlina, pues yo casa tengo, no es muy grande pero ahí cabemos; carro, lo voy a conseguir con mi tío Jeremías; finca, tengo la de mi abuelo que ahora está descuidada pero la puedo poner a producir. Lo que me parece difícil es que para tener una herramienta de 20 centímetros tenga que cortarme doce.

jueves, 14 de febrero de 2013

A pesar de Álvaro


Preguntado al secretario de la campaña electoral del partido liberal de Bolívar, Cauca, si ya habían llegado los auxilios departamentales, éste manifestó que sí, que estaban disponibles.

-¡Uff! Debe haber sido una enorme cantidad la que mandaron con el doctor Álvaro, desde que todavía hay.

lunes, 11 de febrero de 2013

Otra vez Savater


Dijo que hay una ética profesional y otra común, lo mismo pasa con la política. La unidad no está presente en él: Al hacer esta partición, se acerca a la división entre seres comunes y seres iluminados o eruditos.

Las razones siempre son únicas y no dependen del lenguaje en que se digan. No porque se utilice un lenguaje de alto nivel de dificultad hay mayor verdad; si se difunde en un lenguaje elemental, la verdad, puede llegar a los ciudadanos comunes y corrientes. Es a esto que temen los regímenes despóticos y sus voceros naturales y espontáneos, como Savater.

Después de estas observaciones, cae bien meditar en lo que dijo Henry- Luis Mencken:

“El hombre se hace civilizado no en proporción a su disposición para creer, sino en su facilidad para dudar”.

viernes, 8 de febrero de 2013

Otro amigo que se fue


Ayer me enteré que mi amigo del alma, mi gran amigo, Delio Paz Salazar, falleció el pasado 31 de enero de 2013.

Otra vez vuelve la pena y el dolor; otra vez me duele el corazón; otra vez se desbarrancan las lágrimas por un amigo, que es como decir un pedazo de vida de tanto transitarla juntos.

Como dice mi hermano Reynaldo: ya me está dando miedo. Pero qué es la vida, sino un camino largo hacia la muerte. Es injusto morir porque no pedimos vivir; es injusto conocer este mundo y tener que abandonarlo; es injusto, desde el principio, vivir sin nuestro consentimiento.

Tratemos de buscar consuelo donde no lo hay: en la política. Voy a citar una expresión de Giulio Andreotti, primer ministro italiano, que se atrevió a decirla en medio de la tragedia:

“La ironía es el mejor remedio para no morir, y los remedios para no morir siempre son terribles”.

lunes, 4 de febrero de 2013

Una limosnita, por amor a Dios


Cada vez me convenzo más de que nuestro pueblo está sumido en la brutalidad por su religión.

Siempre se invoca la existencia de Dios para alcanzar un favor, obtener una limosna, reconocer las aptitudes… No se apela a la fortaleza comunitaria para lograr la superación de las debilidades individuales.

Pero lo verdaderamente trágico es que se señala como culpable de una situación adversa a quien no da limosna, ni otorga un favor, ni reconoce aptitudes escondidas; cuando el verdadero culpable es el sistema político que ha negado, al pueblo atrasado en su ignorancia, la posibilidad de alcanzar un bienestar.

Es triste oír a una viejita en el puente largo invocar:

Por favor, una limosnita. Que Dios se lo pague y le dé salud.

Está apuntando a la conmiseración del individuo y de paso ofreciendo una seguridad propiciada por la religión: si usted da limosna, obtiene una satisfacción moral y un premio a esa acción, aunque no resuelva el problema.

Bajo el capitalismo este problema de la pobreza nunca se va a resolver, porque es esencia del capitalismo que haya pocos ricos sostenidos por muchos pobres. Siempre que aparece un nuevo rico, también aparecen miles de pobres.

Como decía un pensador de por aquí cerca:

“En nuestra democracia tenemos libertad para morirnos de hambre en cualquier parte y embrutecernos en cualquier iglesia”.  

sábado, 2 de febrero de 2013

Primero la plata


Se murió Rodolfo, el más tacaño de Popayán, y llegó al cielo. 

Allí San Pedro pidió que revisaran sus buenas acciones en la tierra para ver si le podían abrir las puertas. Un ángel revisó y revisó el libro de la vida y no encontraba buenas acciones. Ya se iba a tomar la decisión de mandarlo a las profundidades del averno, cuando el ángel vio en letra menuda una nota que decía: le regaló cinco centavos a Filomena.

Entonces Rodolfo exclamó:

-¡Que me los devuelva, yo me voy pa´los infiernos!