jueves, 26 de julio de 2012

Esposos ajenos


Una dama, de feo talante, se enfrentó a Winston Churchill, el ex primer ministro inglés durante la Segunda Guerra Mundial, con estas palabras:

-Si yo fuera su esposa, le prepararía un veneno bien fuerte y se lo daría en las comidas.

A lo cual repuso Winston:

-Señora: Si yo fuera su esposo, tenga la absoluta seguridad de que me lo tomaría con gusto.

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