domingo, 24 de julio de 2011

Discurso de presentación

Discurso del doctor Hemberth Javith Paz Gómez con ocasión de la presentación del libro Un grito de silencio el 22 de julio de 2011 en el auditorio Bicentenario de la Institución Universitaria Colegio Mayor del Cauca, en Popayán:

Señoras y señores de la lectura y la cultura: presentes.

Nada hay más apasionante que satisfacerse leyendo un cuento envuelto en metáforas de las más sugerentes comparaciones.

Nos hemos recreado con unos cúmulos metafóricos plasmados en el cielo abierto del cuento, leyendo Un grito de silencio obra literaria que hoy nos entrega el novel escritor payanés Víctor López Erazo.

Ya habíamos empalagado nuestras ansias de leer algo bueno con Matemáticas para abogados, Disquisiciones en prosa, que desde la misma carátula cautivó, Lugares comunes a lo patojo y esa primera obra de humor Memorias de un hombre común, que con alta imaginación quiso congraciar a sus paisanos, el ingeniero electrónico, hoy retirado a su estudio, un laboratorio de ideas profundas, que extiende en líneas de caracteres ariales 12 en su procesador, que encantado y fluido, recoge sus concepciones, con las que emula a Cervantes, Borges, Cortázar, García Márquez, Rulfo y quien sabe a que más cuentistas y extensionistas de ideas para solazarnos con sus libros.

Hoy Víctor López Erazo se trae un universo de sintaxis metafórica para deleitarnos y ponernos a pensar en tantas cosas que suceden real y ficticiamente en nuestra vida y en la de todos nuestros congéneres, creando esta serie de cuentos que nos llevan a imaginar lo que no permite el cine o la televisión y a conocer hechos reales o de la fantasía del autor como secuencias de la guerra mundial, Pachito y la última llegada del ferro a la estación de Popayán o las últimas vicisitudes de Caldas con su fiel liberto esclavo Simón Muñoz “ayudante excepcional…imprescindible acompañante, cuando el camino se hizo agreste y el cansancio se acumulaba”, el que prometió acompañarlo siempre y así lo hizo hasta el cadalso, cuando un 30 de octubre de 1816 “con angustiosa pena vio y sintió la muerte de su amo “atribulado a un costado de la plaza” de San Francisco en Santa Fe de Bogotá. O también describiéndonos la muerte en una sinfonía apuntando para dibujar la agonía, con la frase “la misma desesperación de morir hace volver a vivir”.

Este encuentro de la fantasía con la realidad plasmado en cuentos de la más acentuada concepción es creatividad que eleva a ideas profundas de la vida, la alegría, el dolor o el heroísmo y es sintaxis que enseña a coordinar y unir las palabras para formar las oraciones y expresar conceptos que nos legan no solo satisfacciones de lectura sino enseñanzas con la cotidianidad, que como un grito de silencio penetra a la conciencia y se eleva al infinito de la mente como “…ella, se perdió en el interminable laberinto del olvido”, cuento que abre la puerta de un libro con el más acentuado sabor de un escritor que descuella en una Popayán casi olvidada en las tertulias capitalinas de la cultura y que indudablemente con Víctor empieza a recuperar la fama perdida de los intelectuales, cuyos óleos penden en alguna sala, acompañándose con Julio Arboleda autor del esbozo épico incompleto titulado Don Gonzalo de Oyón; el poeta Guillermo Valencia, o Don Juan Machado de Chaves, obispo de Popayán, autor de la obra “del perfecto confesor”, el epigramista Vicente Paredes Pardo, afortunado con el retruécano, Carmenza Aragón de Borrero sorprendente y no dignamente reconocida, o Rafael Maya excelente prosista, uno de los grandes valores líricos de la moderna literatura colombiana, o el periodista, escritor e historiador, hábil costumbrista y novelista Diego Castrillón Arboleda, entre muchos otros cultores del intelecto y de las letras…Y no es la lisonja con que los patojos nos deleitamos, sino la sinceridad de un periodista que escribe sobre la pluma calificada de un autor, conceptos que ustedes, amables componentes de este auditorio y muchas otras personas lectoras, confirmarán leyendo la nova producción literaria de Víctor López Erazo. Se darán cuenta de que tras “Después del silencio” obra de Maya viene Un grito de silencio de López, con una narrativa cuentista excelsa, oxigenada y cautivante.

Gracias.

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