martes, 1 de junio de 2010

Confusión gastronómica.

En las vejeces del siglo XVIII vivía en Madrid un poeta de nombre Carrión, bohemio de buenas trancas, vividor incorregible, parásito detestable, que tropezó con una dama imprudente:
-Estoy segura que a usted lo conozco bien. ¿No comía el año pasado en casa de Lihardy?
Respondió el poeta:
-Debe tratarse de una confusión. El año pasado yo no comía.


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