viernes, 5 de septiembre de 2014

El refugio de los libros

Como los detentadores de la red Internet están aniquilando la cultura, esa que se hace con las manos y el pensamiento, siempre hay una respuesta a manera de acción y reacción para conservarla.

Ahora han salido, y otras se han refugiado, como librerías independientes asociadas a editoras, igualmente independientes o alternativas, que conservan el libro tradicional de papel y el arte en su entorno. Son como islas en medio de ese mar virtual que nos están vendiendo en la seguridad de que el presente y el futuro esta inmerso en los nuevos smarttv, smartphone y smarttablet.

Es indudable que la red Internet ha propiciado muchos cambios en la sociedad, entre ellos la inmediatez y la facilidad para obtener cualquier información, la reducción de los sistemas de acumulación, la eliminación de distancias entre sociedades dispersas, pero al igual, se está perdiendo la condición humana de compartir con la palabra, el contacto visual y auditivo tan necesario entre seres vivos.

Leer un libro tradicional, sentir su olor y oír el paso de sus páginas no lo hacen los smart, y es un placer que se auna al placer de la lectura.  Como los buenos brindis, con buenos vinos, donde operan los cinco sentidos: la vista, frente a una bella copa que contiene el color del líquido embriagador; el tacto, al acariciar el entorno de la copa; el olfato, al percibir el aroma de las uvas en destilación; el gusto, al paladear su sabor; el oído, al escuchar el golpe de las copas llenas. Ahora, sólo lo podemos disfrutar en una librería independiente que además nos otorga compañía y disquisiciones sobre el arte y el contenido del libro.


No sé como será el futuro, pero cuando haya una crisis mundial que afecte a los centros neurálgicos de la red, cuando se pierda toda esa información acumulada, cuando sea irreversible recuperarla por lo gigantesco de su estructura a pesar de las redes de apoyo y protección, creo que se volverá al libro depositado en las bibliotecas que aún persistan o en las librerías independientes, donde se habrá refugiado el conocimiento.

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