viernes, 20 de noviembre de 2015

Mala educación: mucho atraso

Hace unos cuantos meses entrevistaban por la radio nacional al Rector del Liceo anexo a la Universidad de Nariño para que explicara cómo fue posible que su colegio alcanzara la excelencia, vale decir, el primer lugar en Colombia en las pruebas Icfes.

El Rector, entonces, expresó algo totalmente diferente a lo dicho por académicos neoliberales y periodistas adscritos a la nueva doctrina de que la educación debe ser orientada por la empresa privada para fortalecer a la empresa privada.

Dijo el Rector que a la carga académica exigida por el Ministerio de Educación Nacional se hacía énfasis en el arte, la cultura y las Humanidades. De esta forma se obtenía un conocimiento universal, y el alumno, a la vez que aplicaba sus habilidades en matemáticas, lenguaje y ciencias básicas, desplegaba, con entusiasmo, sus aptitudes artísticas. No había tiempo para aburrirse en el colegio; cada nueva sesión de conocimiento era un nuevo descubrimiento fortalecido por el sedante artístico. La literatura, como arte, era la mejor vía para alcanzar una óptima comprensión de lectura, fundamento de todo aprendizaje.

Un estudiante formado así, con la disciplina de las ciencias y la imaginación que otorga el quehacer artístico, será un profesional íntegro, contestatario, libre para optar por el libre pensamiento. Un profesional que no podrá ser esclavizado sino incluyente en el destino de su país. Tendrá la visión de cuál es el mejor camino para llegar a la patria que necesitamos. 

Pero el proceso de este Liceo no constituye una norma, sino una excepción. La mayoría de los colegios, en especial los concesionados y privatizados, preparan a sus estudiantes para que sean técnicos medianos y mal pagos.

Hace unos pocos domingos, la prensa nacional destacaba que el Icetex había eliminado los posgrados en ciencias humanas tales como la filosofía, antropología, arqueología, sicología y aquellas que tienen que ver con el medio ambiente que es lo mismo decir, con la vida. Nuestros dirigentes académicos le asignaron importancia absoluta a las carreras técnicas, de suerte que formaremos profesionales de alta calidad para que sean absorbidos por los países avanzados, dado que nuestro país no tiene industria ni tecnología desarrolladas. Los profesionales que debemos formar para nuestro país, ahora no van a tener la oportunidad de participar en el despegue de nuestros recursos humanos y naturales para alcanzar un nuevo tipo de progreso que no lo dan las tecnologías de punta.


Es triste que Colombia carezca de una política educativa acorde con lo que somos y con las potencialidades que tenemos; estamos seguros de que si hay una política en la educación, esta es impuesta por los países imperiales sobre nuestros dirigentes sumisos.

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